Javillac
Desde sus orígenes en 1919 Citroën fue una compañía que destacó por revolucionar la manera de hacer coches en Europa, y hasta la llegada de los años treinta parecían imparables, logrando triunfar en todo lo que se proponían. Pero en abril de 1934 presentaron su proyecto más ambicioso hasta la fecha, un moderno automóvil fabricado en gran serie que traía la moderna tracción delantera a Europa.
Hasta entonces solamente un puñado de compañías, principalmente norteamericanas como Cord y Ruxton, se habían atrevido con esta moderna tecnología. El caro desarrollo de este modelo que se bautizó como Traction Avant sumado a la afición de André Citroën por los casinos y un polémico ritmo de vida llevaron al fundador a la ruina, con la familia Michelin como nuevos propietarios desde ese mismo año de 1934.
MÁS ALLÁ DE LA TRACCIÓN DELANTERA
El coche se presentó ante el público en 1934 y logró dejar boquiabierto al público del Salón del Automóvil de París, no solo por la novedosa tracción delantera, pues el diseño obra de Flaminio Bertoni era igual de moderno que las soluciones técnicas. Además, el Traction Avant se fabricó inicialmente en una gran selección de carrocerías que incluían los descapotables y coupés que terminarían desapareciendo con los años.
Para demostrar las virtudes de la moderna carrocería autoportante, especialmente en materia de seguridad, decidieron lanzar uno de estos automóviles por un barranco. Tras dos vueltas de campana, el coche soló sufrió daños en su capó, mientras que la mecánica y el habitáculo quedaron intactos, pudiendo abrir todas las puertas y solo uno de los cristales se rompió.
El Traction Avant incluyó a partir de 1939 una carrocería llamada Commerciale, que estaba destinada al transporte de mercancías y se caracterizaba por la presencia de un práctico portón trasero. De esta manera la emblemática berlina francesa se convertía en este acabado uno de los primeros coches de cinco puertas de la historia, algo que no se popularizaría hasta treinta años más tarde.
NO TODOS LOS TRACTION AVANT ERAN “11 LIGEROS”
Más allá del cariñoso mote de “Citroën Pato” mucha gente conoce al Traction Avant como el “11 Ligero”, una nomenclatura que a menudo no le corresponde a este automóvil. Cuando el modelo se lanzó en 1934 se vendió únicamente como el Citroën 7CV, nombre que hacía referencia su potencia fiscal.
Inicialmente el 7CV, conocido como 7A Berlina, montaba un motor de cuatro cilindros en línea de 1.303 centímetros cúbicos y 32 CV de potencia, que fue remplazado poco tiempo después, aún en 1934, por el 7B, de 1.529 centímetros cúbicos y 35 CV. En 1935, este motor es reemplazado por un bloque de 1.628 centímetros cúbicos y 36 CV que se montó en los 7C, versión que se fabricaría hasta el año 1940.
Junto al lanzamiento del 7A en 1934 también se comercializó el Citroën 7 Sport, que montaba un motor de 1.911 centímetros cúbicos y 46 CV. Esta versión fue reemplazada en 1935 por el Citroën 11 que heredaría la misma mecánica. Bajo esta motorización los coches se vendieron en tres tamaños; Ligero, de 4,38 metros de largo; Normal de 4,63 metros; y Familiar de 4,82 metros y fácilmente identificable por las seis ventanillas laterales además de estar disponible con disposición para 5/6 o 7/9 ocupantes.
CAMBIOS DESDE 1939
En el mismo año en el que aparecen las carrocerías comerciales de cinco puertas basados en las versiones más largas del modelo, los Traction Avant de 1,9 litros pasan a desarrollar 56 CV de potencia, figuras que incrementarían hasta los 58 CV en 1950 y 60 CV en 1955. Otros cambios más allá de la mecánica es la presencia de un acceso al maletero desde la parte trasera del coche desde 1936, pues hasta entonces se accedía desde el habitáculo, o el cambio de la parrilla cromada por una pintada ese mismo año.
Tras la II Guerra Mundial el Citroën Traction Avant continuó con su producción en 1946. Entre 1948 y 1953 los 11CV estuvieron solamente disponibles en color negro, una pintura que siempre ha sido la más frecuente en toda la gama. También en 1953 se empieza a ofrecer un maletero de mayor capacidad en los Traction Avant, y a partir de esa época es cuando el modelo es más común en España, siendo uno de los taxis más habituales del país durante los años cincuenta.
CITROËN 15CV, EL SEIS CILINDROS QUE PUDO SER UN V8
En la presentación de abril de 1934 se presentó también el Traction Avant 22CV, una ambiciosa versión de motor V8 del modelo que nunca llegó a producirse. Los primeros prototipos usaron mecánicas V8 de origen Ford, hasta que Citroën desarrolló un motor de este tipo de 3.822 centímetros cúbicos, que se creó a partir de unir dos bloques del Citroën 11, de ahí el doble de cilindrada y potencia fiscal.
Pero Michelin se hizo con una compañía que estaba al borde de la quiebra, y si querían prosperar debían eliminar cualquier tipo de coste innecesario, y así el 22CV terminó quedando en una bonita idea de la que se eliminó cualquier prueba de su existencia. Como tope de gama la marca presentó en 1938 los Citroën 15CV de motor de seis cilindros en línea de 2.867 centímetros cúbicos y 77 CV, prestaciones que se mantuvieron intactas después de la guerra.
Cuando el coche estaba llegando al final de su vida comercial, se presenta en 1954 una nueva versión más lujosa basada en la mecánica de seis cilindros, el Citroën 15 Six H, que tuvo el honor de ser el primer modelo de la compañía en introducir la revolucionaria suspensión hidroneumática, aunque solo lo hacía en el eje trasero.
Finalmente, y con el DS ya en el mercado, en 1957 cesa la producción del icónico Traction Avant, tras más de veinte años en el mercado y con unas formas de preguerra que ya habían quedado anticuadas. En total se vendieron 759.123 de estos coches que arruinaron al fundador de la compañía que no pudo ver como la tracción delantera terminó por salvar a Citroën y popularizarían esta tecnología antes de que el resto de los fabricantes se hiciesen eco de las virtudes de esta.
Imágenes: Citroën
