Hispano-Suiza aún resuena en nuestras cabezas como una seña del innegable legado automovilístico del siglo XX. Nacida en 1904 de la alianza entre los empresarios catalanes Damián Mateu y Francisco Seix con el ingeniero suizo Marc Birkigt, la marca se convirtió en un símbolo de prestigio y lujo a cuatro ruedas, contando incluso con la bendición de reyes como Alfonso XIII. Y así fue hasta 1946, año en el que suspendió definitivamente la fabricación de automóviles.
Desde entonces al parecer la marca ‘Hispano-Suiza’ ha quedado en poder de la familia Mateu para su utilización principalmente en reuniones y eventos de aficionados al automovilismo y para alguna que otra sorpresa -muy escasas- en forma de prototipo. Se trata de un uso ya no basado en lo mercantil, en la producción de coches u otros productos o servicios dentro del sector automotriz, sino más bien encaminado a mantener viva la memoria histórica de la marca en el imaginario colectivo.
Como veremos a continuación, este planteamiento suele traer quebraderos de cabeza; no es la primera ni probablemente la última vez que los propietarios de una determinada marca tienen problemas por no hacer un uso exhaustivo de ésta.
Novedades inesperadas en Ginebra
Fue hace ya unos años, en 2010, cuando comenzó el litigio jurídico por el uso de la enseña española. Tras intentar obtener sin éxito una licencia para la construcción de su nuevo modelo X10V 2 años antes, la empresa barcelonesa Delmar 04 se presentó en el Salón de Ginebra para anunciar la próxima fabricación de un polémico deportivo que rondaría los 700.000 euros y que consitituiría la resurrección de la marca. A pesar de la nueva negativa de la familia Mateu a licenciarla, los dirigentes de Delmar 04 siguieron adelante con su propuesta.
Los Mateu decidieron entonces denunciar los hechos exigiendo la propiedad y el uso exclusivo de la marca Hispano-Suiza. Además, también se discutió la necesidad de una compensación o indemnización por la utilización de emblemas y símbolos originales de la Hispano-Suiza Fabrica de Automóviles S.A en el salón suizo. Esto último ha sido declarado como competencia desleal por la Audiencia Provincial de Barcelona y ratificado por el Tribunal Supremo, siendo Delmar 04 condenada a pagar 35.560 en concepto de daños y perjuicios.
Hispano-Suiza será de quién la explote
Sin embargo, el quid de la cuestión está en que tanto el juzgado de primera instancia como la Audiencia Provincial y el Tribunal Supremo han declarado finalmente la caducidad del derecho exclusivo de utilización de la marca ‘Hispano-Suiza’ por parte de sus propietarios tradicionales. La razón es que no han fabricado vehículos a motor bajo su enseña ni la han empleado en ningún otro proyecto de la industria automotriz en los últimos 80 años.
Las tres instancias judiciales acreditan que un glorioso pasado no es suficiente para acreditar la propiedad efectiva de una marca. Y es que la propiedad industrial no es para siempre; aunque suponemos que la familia Mateu ha tenido hasta ahora la marca Hispano-Suiza registrada, ello no les asegura el derecho exclusivo a explotarla. Para ello es imprescindible demostrar actividad en los sectores reservados para su uso; salvo en contadas ocasiones, no vale solo con la notoriedad social.
En fin, que se trata de un tema jurídico complejo cuyo análisis exhaustivo se escapa al propósito de esta noticia. Más allá de la polémica, a nosotros lo que nos gustaría es ver a la Hispano-Suiza de vuelta en manos de que quién sea. ¡El caso es que vuelva a hacer coches ;)!
Por último, os dejamos enlace al reportaje de ‘El Confidencial’, más completo que nuestro contenido, y os invitamos a leer el magnífico artículo de Paco Carrión sobre un Hispano K6.
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