Javillac
Una empresa al borde de la bancarrota o necesitada desesperadamente de modernizar sus productos no son situaciones para nada insólitas en el sector del automóvil. La manera de salvar a una de estas compañías es lanzar un nuevo modelo que despierte el interés del público y mantenga al fabricante a flote, una historia que se ha repetido numerosas veces en el mundo del motor y que ha llevado a la desaparición a las marcas menos afortunadas.
Sin embargo, otras tantas pudieron sobrevivir gracias a ideas ingeniosas, o simplemente debido a un producto atractivo para las grandes masas. En esta lista aparecen algunos de los vehículos que fueron directamente responsables para la supervivencia de una marca, o bien permitieron a las mismas introducirse en una nueva era, aunque el denominador común es que fueron un éxito de ventas.
SEAT IBIZA I
Si bien el SEAT Ronda es un coche fundamental para entender la supervivencia de la firma hasta nuestros días y la difícil historia de la separación con Fiat a principios de los 80, este modelo no fue el éxito de ventas que la marca necesitaba.
El verdadero superventas llegó en 1984, con el SEAT Ibiza, un atractivo y moderno compacto con un diseño firmado por Giorgetto Giugiaro. Gracias a él, la marca española demostró al Grupo Volkswagen su capacidad industrial, mostrándose como una apuesta atractiva para los germanos.
Más de un millón de unidades de estos coches de motor “System Porsche” consolidaron la alianza entre los alemanes y SEAT. Prueba de este éxito son los más de cinco millones de estos coches que se han vendido desde entonces de todas las generaciones, convirtiendo al Ibiza en el coche español más vendido de la historia.
BMW ISETTA
Por muy diminuto y alejado de los productos que BMW suele fabricar, el pequeño Isetta fue uno de los principales responsables a la hora de mantener viva la firma germana durante los duros años de la reconstrucción en Europa tras la II Guerra Mundial.
Si bien la marca seguía fabricando motocicletas y lujosos deportivos como el 507, lo cierto es que el desarrollo de estos últimos lastraban económicamente a BMW. Por esta razón y buscando una solución a la desesperada, optaron por adentrarse en el lucrativo mercado de los microcoches, fabricando con gran éxito el pequeño Isetta de diseño italiano.
Desde BMW llegaron a lanzar un derivado único del Isetta llamado el BMW 600, convirtiendo a este microcoche en un pequeño modelo de cuatro plazas. También sobre la base del BMW 600, la marca desarrolló el 700, un pequeño coche de motor trasero que contó con gran popularidad y fue otro de los responsables de la supervivencia de la misma.
FORD FALCON
A finales de la década de los 50, el sector automovilístico estaba cambiando, especialmente en Estados Unidos. En 1958, se había iniciado la primera recesión económica tras la II Guerra Mundial y los consumidores del país ahora buscaban coches de un tamaño más reducido y menor consumo.
Por esa época, Ford había acumulado pérdidas millonarias con el desarrollo de marcas casi experimentales como los lujosos Continental Mark II de 1956 o el estrepitoso fracaso que fue el lanzamiento de Edsel, un nuevo fabricante dentro del grupo Ford que estuvo en producción apenas tres años y que costó más de 350 millones de dólares de la época a la compañía.
Es entonces cuando entra en acción Robert McNamara, primer presidente de Ford ajeno a la familia, y que se opuso al desarrollo de estas marcas que a su juicio eran superfluas. Así a finales de 1959, aparece el Ford Falcon, un modelo muy económico y un éxito instantáneo que se trasladó a países como Argentina y Australia.
Además, cabe mencionar que el éxito continuaría en 1964 cuando Lee Iacocca presenta un modelo revolucionario basado en el Falcon, el Ford Mustang, uno de los coches americanos más importantes de la historia.
CITROËN 2CV
El desarrollo de la innovadora tracción delantera en un automóvil de producción en masa durante la década de los años 30 fue uno de los principales motivos por los que André Citroën se arruinó. Así, se vio obligado a vender la que había sido la compañía más exitosa de Francia y el principal acreedor de ésta, Michelin, pasa a controlarla.
Si bien el resultante Citroën Traction Avant lanzado en 1934 se vendió muy bien para ser un vehículo tan innovador, no sería el éxito millonario en ventas asociado a la tracción delantera por parte de la marca del doble chevrón.
Aunque ya había prototipos para un modelo económico antes del inicio de la II Guerra Mundial, hubo que esperar hasta 1948 para que Citroën lanzase el popular 2CV, un coche práctico que popularizó la tracción delantera especialmente en modelos más básicos, y del cual se venderían más de cinco millones de unidades.
CHRYSLER VOYAGER
Si hay una compañía que estaba destinada a desaparecer si no es por la aparición de un coche de éxito instantáneo esa es Chrysler. A finales de los 70, la marca acumulaba pérdidas millonarias cada año, lo que llevó a pedir préstamos enormes por parte del gobierno de Estados Unidos o a vender su división europea, SIMCA, comprada por PSA en 1978.
Es en esta época cuando en Chrysler fichan al padre del Mustang, Lee Iacocca, que recientemente había salido de Ford. Este ejecutivo consiguió pagar las enormes deudas de la marca en tan sólo cinco años, y cobraba un salario simbólico de un dólar por año.
Un modelo clave en la salvación de la marca fue la introducción de un nuevo tipo de vehículo, los monovolúmenes, que debutaron en 1984 con el lanzamiento de la Chrysler y Plymouth Voyager y la Dodge Caravan, vehículos de los cuales se han vendido más de 12 millones de unidades desde entonces.
HONDA CIVIC
Para principio de la década de los 70, el mercado del automóvil estaba cambiando. Fue la época en la que se presentó una nueva generación de compactos que hacían uso de la tracción delantera y que gozaron de gran popularidad, especialmente tras el inicio de la Crisis del petróleo de 1973, dado que estos coches tenían un consumo de combustible muy económico.
Durante la década de los 60, los coches japoneses empezaron a exportarse con relativo éxito a nivel mundial, pero Honda era uno de los fabricantes que menos coches vendía, siendo mucho más populares sus motocicletas.
En 1972 aparece el Honda Civic, como un último intento de lanzar un coche que fuese un auténtico superventas. El vehículo venía a sustituir al diminuto Honda N600, siendo mucho más grande y moderno en todos los aspectos que el vehículo anterior.
El éxito no se limitó solamente a Japón, la escasez de combustible en los 70 hizo que fuese también un triunfo en los Estados Unidos, resultando la elección de muchos compradores en el país frente a las alternativas de coche económico que se fabricaban allí.
VOLKSWAGEN GOLF MK1
Sustituir al coche más vendido de la historia y tratar de replicar ese volumen de ventas es una tarea muy difícil. En esa complicada tesitura se encontraba Volkswagen en los años setenta, con el Escarabajo vendiéndose todavía pero con un diseño muy desfasado anterior a la II Guerra Mundial.
Por aquella época la gama de la marca se caracterizaba por coches de motor y tracción trasera y mecánica refrigerada por aire. Una colaboración entre NSU y Audi llevó al desarrollo del Volkswagen Passat, el primer tracción delantera de la marca, y esta tecnología sería heredada por el Golf, presentado en 1974.
El nuevo Golf se convirtió en un éxito instantáneo a nivel mundial, al ser uno de los nuevos utilitarios modernos y económicos presentado en los 70. La popularidad se vio incrementada con la aparición del acabado GTI en 1976, al hacer uso de la moderna alimentación por inyección que dio una fórmula para el éxito y creó una nueva categoría de automóvil, los “hot hatches”, que fue copiada por otras tantas compañías.
LANCIA Y10 E YPSILON
Presentado en 1985, el Autobianchi Y10 se lanzó como el sustituto del popular A112 italiano. El nuevo modelo se basaba en componentes de origen Autobianchi y Fiat, en muchos mercados fuera de Italia se vendió directamente como Lancia Y10.
Este modelo de acceso era un pequeño compacto de tres puertas sería la alternativa al popular Fiat Panda, pero era aún más pequeño y con una suspensión más cómoda. Del diminuto Lancia llegó a existir una versión equipada con turbo que desarrollaba 85 CV.
El coche se fabricaría hasta 1996, cuando fue sustituido por el Lancia Ypsilon, un coche que cuenta con gran popularidad en Italia, y ambos piezas clave en la supervivencia de Lancia, que en la actualidad planean un futuro de vehículos eléctricos en el Grupo Stellantis.
PORSCHE BOXSTER 986
Durante la década de los 90, Porsche se encontraba en una situación delicada. Contaban con una gama de emocionantes deportivos, pero algo anticuados. El legendario 911 iba disminuyendo en ventas y su cara fabricación no daba suficiente dinero, mientras que coches como el 928 habían perdido el interés del público.
En los 80, fueron modelos como el 924 y el 944 de concepción más convencional de motor delantero de 4 cilindros y tracción trasera los que mantuvieron la compañía a flote, pero en 1996 el Boxster sería la solución.
Este coche contaba con motor central y emplearía el 6 cilindros en línea de los 911, pero ligeramente menos potente para asegurar el puesto del 911 como buque insignia. El Boxster se convirtió en un éxito gracias a su enorme parecido con el modelo estrella de la marca y transmitir una experiencia de Porsche genuina por una fracción del precio.
Este éxito permitió salvar a Porsche y desarrollar otros modelos de gran éxito como el Cayenne y Cayman y, especialmente, seguir fabricando el icónico 911.
ASTON MARTÍN V8 VANTAGE
Este modelo presentado en 1977 fue anunciado como “el primer superdepotivo británico” por la marca. Pese a que en esa época los coches con esa denominación eran normalmente de motor central, el Aston Martin tenía una configuración más tradicional de motor delantero y tracción trasera.
La marca contaba con un potente motor V8 desde finales de los sesenta, con el DBS V8 ofreciendo 314 CV de potencia. El V8 Vantage sería la evolución técnica de este modelo, con mejoras que hacían incrementar la potencia hasta los 390 CV, cifras que permitían al coche competir con coches como Porsche, Ferrari o Lamborghini de la época.
El Aston Martin V8 Vantage se convirtió en el coche de cuatro plazas más rápido del mundo en su momento, y la producción se alargó con múltiples mejoras hasta 1989, haciendo que la firma británica y su potente V8 tuviese la fuerza suficiente como para sobrevivir una época complicada.
LINCOLN CONTINENTAL 4ª GENERACIÓN
Los años 50 fueron una época de excesos estilísticos en el diseño del automóvil en Estados Unidos. Lincoln fue una de las marcas que produjo algunos de los coches más barrocos del momento a finales de la década y marcas como Cadillac contaban con el favoritismo del público.
Los coches de la marca eran gigantescos y tras los batacazos de los Edsel y los Continental Mark II la supervivencia de Lincoln pendía de un hilo. Robert McNamara, en su idea de fabricar coches útiles alejados de cualquier tipo de alarde estético, estaba dispuesto a eliminar la marca de alta gama del catálogo de Ford.
La última oportunidad fueron los Lincoln de 1961, nacidos a partir de un sobrio y elegante diseño de Elwood Engel para el Ford Thunderbird de 1961, que finalmente se adjudicó para Lincoln. Como medidas para ahorrar costes la gama se redujo a un único modelo, el Continental, que con un moderno diseño carente de aletas traseras y cualquier tipo de decoración superflua, unido a una carrocería mucho más pequeña que sus predecesores y competidores fueron todo un éxito que alargaron la producción de esta generación hasta 1969.
AMC GREMLIN
Para acabar con nuestra lista de 12 coches que salvaron a sus marcas, hablaremos precisamente de la única que terminó desapareciendo. El mercado automovilístico estadounidense estaba dominado por los “big three”: Chrysler, General Motors y Ford. Muy alejado y en el cuarto puesto se encontraba AMC, marca nacida en los años 50 tras la unión de Nash y Hudson.
American Motors Corporation sabía que la competencia estaban trabajando en nuevos compactos para competir con modelos extranjeros, pero se adelantaron a sus rivales, además de contar con un desarrollo más económico al convertir su sedán AMC Hornet en un “hatchback” al eliminar el tercer volumen.
El coche se lanzó en 1970 como AMC Gremlin, se convirtió en el primer subcompacto de fabricación estadounidense y en todo un éxito instantáneo al adelantarse a modelos como el Ford Pinto y Chevrolet Vega por unos meses.
El Gremlin se mantendría en producción hasta 1978, tras haber vendido más de 670.000 unidades, dando un respiro económico a AMC que terminaría desapareciendo en 1988.
Fotografías de las marcas.
