¿Te gustan los coupés? Pues quizá te sientas un poco apenado, como nosotros, por la falta de oferta actual. Sin embargo, los coupés de los 90, esos coches que tanto nos hicieron babear a muchos, está ahora más a mano que nunca. Habrá quien nos diga que estamos con la crisis de los 40 -o de los 50, o la que sea-, pero nada más lejos de la realidad, pues la cuestión radica que en ahora es cuando nos los podemos permitir.
Los coupés tiene algo especial que siempre los ha convertido en objeto de deseo, o al menos los convertía, porque llevamos años con una caída importante en la oferta de este tipo de coches. Actualmente, solo algunas marcas de alta gama, las ahora llamadas “premium”, cuentan con un coupé, o dos, en su gama. Hay alguna marca lejos de ser alta gama, como Toyota, que todavía cuenta con ese tipo de coches en su catálogo, de hecho, tiene nada menos que dos, y uno de ellos con prestaciones destacables. Sin embargo, las marcas generalistas, han abandonado el segmento en pos de los SUV. Ni siquiera tienen carrocerías de tres puertas, lo que deja las aspiraciones de cualquier amante de los coupés ancladas en el mercado de segunda mano.
Tener que limitarse al mercado de segunda mano no es un problema, sobre todo si eres amante de los coches clásicos, ¿verdad? Menos, todavía, cuando ahora se tiene al alcance, por precios bastante interesantes, aquellos coupés de los 90 con los que muchos llegamos a soñar. El Fiat Coupe, el Toyota Celica, el Peugeot 406 Coupé, el Mitsubishi Eclipse… coches que a muchos nos arrancan una sonrisa con solo ver su nombre y nos trasladan a unos años, en los cuales, las revistas en papel nos permitían soñar con conducir alguna vez uno de ellos. Lo bueno es que ya no tenemos por qué soñar, pues los coupés de los 90 son más accesibles que nunca, muchos de ellos con precios muy por debajo de los 5.000 euros.
AUDI COUPE
Desarrollado sobre la base del Audi 80, el coupé estaba más cerca de un sedán de dos puertas que de un coupé propiamente dicho. Pero no por diseño, claramente diferenciado del sedán, sino por planteamiento y por personalidad. No era un modelo que podamos definir como deportivo, a no ser que apostemos por el Audi S2, que son sus 220 CV era un automóvil respetable en su época.
Lo que más destacaba del Audi Coupe era su calidad de fabricación, su fiabilidad y su habitáculo de cuatro plazas. También destaca por su versatilidad, pues no es un coupé radical, sino más bien un GT de alta gama con el que viajar cómodamente, pero con un alto nivel de confort y seguridad, si se busca una unidad con tracción total.
ALFA ROMEO GTV
Fabricado entre 1995 y 2006, el Alfa Romeo GTV es, quizá, uno de los coupés de los 90 más bellos. Su diseño, obra de Pininfarina, desborda personalidad, y sí, deportividad. Deportividad que también se aprecia a sus mandos, tanto por la postura de conducción como por su comportamiento. También estaba la cuestión de la usabilidad, totalmente en un segundo plano, culpa de su pequeño maletero –muy pequeño– y sus plazas traseras totalmente de adorno.
La versión más deseada, equipada con el V6 Busso de 240 CV, es la quinta esencia del coupé italiano, pero también es la más cara de todas. Se vendió con motores de 144 y de 150 CV, también tuvo uno de 165 CV, pero ya entrados en los 2000.
FIAT COUPE
Con un diseño que no dejó indiferente a nadie, también obra del maestro Pininfarina -¡lo diseñó Chris Bangle!-, el Coupe llegó al mercado con una campaña de marketing que todavía hoy le acompaña allá por donde aparece. La Macchina, como se le llamó en la publicidad, se sustentaba sobre la plataforma del Fiat Tipo, al igual que el Alfa GTV, pero era ligeramente menos deportivo que su primo.
En su primera aparición al mercado, lo hizo con un propulsor que rendía 144 CV y otro, mucho más interesante, con turbo y 195 CV. Motores, los dos, que tenían la misma base, un cuatro cilindros de origen Lancia, cuyas raíces se remontan a diseños de mítico Aurelio Lampredi. Luego llegó un motor de 130 CV, quizá algo escaso para las aspiraciones del Fiat Coupe, mientras que el turbo pasó a rendir 220 CV. El motor de 144 CV desapareció y en su lugar se introdujo un cinco válvulas de 147 CV.
FORD PROBE
No podemos negar que el Ford Probe tiene algo que lo hace interesante y permite que destaque entre los añorados coupés de los 90, hasta que te pones a sus mandos y te das cuenta de que es todo fachada. Su diseño es atractivo y ciertamente “noventero”, obra de Mimi Vandermolen, la primera mujer que estuvo a cargo del diseño de un coche de producción, pero no tenía un talante tan decidido como su aspecto, ni siquiera en su habitáculo.
El Probe era el resultado de un desarrollo conjunto con Mazda. De hecho, el Ford Probe se basa en una plataforma de Mazda -la del MX-6- y sus dos motores disponibles, un cuatro cilindros con 115 CV y un V6 con 165 CV, eran de origen japonés.
HYUNDAI COUPE
Pocos coupés han causado tanto revuelo como el modelo surcoreano. Su éxito fue aplastante y se vendieron como pan caliente, gracias a un precio “de derribo” y a un diseño que con el paso de los años ha ganado en atractivo. Muchos lo llamaron “el coupé de los pobres”, pero otros tantos se reían de aquella aseveración al volante de su deseado Hyundai Coupe.
Bajo su interesante diseño, el cual, se volvió todavía más personal con el restyling de 1999, se escondían motores de origen Mitsubishi con hasta 140 CV -un 2.0 atmosférico-, mientras que su tren de rodaje estaba desarrollado en colaboración con la división de ingeniería de Porsche. Era barato, era bonito y además, era fiable, pues todavía se encuentran muchas unidades en circulación.
HONDA PRELUDE
Entre los coupés de los 90 también había modelos muy especiales, como el Prelude, pues tenía una marcada personalidad japonesa y sus cualidades, como la suavidad y finura de funcionamiento y su comportamiento, lo situaban en un escalón diferente al resto. Era caro, menos popular que otros coupés de los 90, pero igual de bueno o puede que más.
La década de los 90 vio nacer a dos generaciones del Honda Prelude, una en 1992 -la cuarta generación- y otra en 1997 -la quinta y última-, ambas caracterizadas por su eje trasero direccional y sus motores atmosféricos de altas revoluciones, puramente nipones.
MAZDA MX-3
Posiblemente, el más olvidado de todos los coupés de los 90, a pesar de contar con un diseño más que atractivo y absolutamente japonés, y de contar con una versión realmente interesante, animada por un llamativo motor V6 de solo 1,8 litros, capaz de rendir 136 CV. También es cierto que era un coche caro, y sus motores “de acceso” eran poco interesantes, con 90 CV primero y con 110 CV luego .
Según la propia Mazda, no compartía plataforma con ningún otro modelo, sino que se había desarrollado una específica, pero en realidad se partía de la plataforma del Mazda 323 con eje trasero de doble trapecio.
MITSUBISHI ECLIPSE
Un claro ejemplo de la influencia que tiene el cine en muchos aspectos del día a día y de la vida cotidiana, es el Mitsubishi Eclipse, o mejor dicho, la segunda generación del Eclipse. Su aparición en la famosa película A todo gas -la primera entrega de la saga Fast & Furious– le aupó hasta el olimpo de los coches más deseados. Ello también provocó que fuera presa de tuning, lo que complica encontrar unidades en estado original.
Por diseño, ciertamente, uno de los coupés de los 90 más equilibrados e interesantes, y por motores, más de lo mismo. El Eclipse más deseado es el equipado con el motor del Lancer EVO, pero con 210 CV en lugar de 280 CV, aunque su variante más popular, por precios, era el equipado con propulsor de origen Chrysler de 140 CV.
OPEL CALIBRA
Hay pocos automóviles que necesiten menos presentación que el Calibra. Se mostró oficialmente en 1989 y sobre la plataforma del Opel Vectra, lucía una sensacional carrocería que presumía de un coeficiente aerodinámico de récord: 026 Cx. Lo que pocos saben, o a pocos les interesa, es que solo la versión de acceso, el menos potente de todas, tenía ese coeficiente, en el resto de variantes era superior.
Esa versión de acceso contaba con un motor 2.0 con culata de ocho válvulas y 115 CV, que con culata de 16 válvulas pasaba a rendir 150 CV. El más deseado es el Opel Calibra turbo, con 204 CV, aunque no podemos olvidar al equipado con el V7 de 2,5 litros y 170 CV.
PEUGEOT 406 COUPE
Nuevamente, Pininfarina dibujaba un coupé de líneas esbeltas y elegantes, y con un equilibro de proporciones de verdadera referencia. El Peugeot 406 Coupe es uno de los coupés de los 90 más alabados por su diseño, aunque como ocurre con, por ejemplo, el Audi Coupé, no hablamos de un auténtico deportivo.
Articulado sobre la plataforma del Peugeot 406 -lógicamente-, tenía un talante más GT que deportivo. Era plenamente usable como único coche, ofrecía confort y capacidades ruteras como bien sabe hacer la firma francesa, pero su objetivo no era la deportividad más pura. Entre los coupés de los 90, es una de las pocas opciones con motor turbodiésel, de 136 CV, aunque como suele ocurrir, el más deseado monta un bloque V6 de 194 CV.
ROVER COUPE
La extinta Rover puso en circulación, en la década de los 90, un coupé que, quizá, no destaca especialmente por diseño –que resulta tan atractivo como el que más–, pero que se ganó a los expertos por su comportamiento y por la notable personalidad de su propulsor turbo con 197 CV. Un motor explosivo, que encandilaba a todo aquel que se ponía a sus mandos.
Basado en la gama 200, el Rover Coupé recordaba claramente al Honda Civic, pues no debemos olvidar que por aquellos años, Rover y Honda había firmado un acuerdo de colaboración de donde salieron los mejores Rover. Y entre ellos, el Coupe, que se ofreció con motores de 109 y 136 CV, más el ya mencionado turboalimentado. Por cierto, su techo esconde dos placas de vidrio que se pueden desmontar para convertirlo en una suerte de targa.
TOYOTA CELICA
Como ocurrió con el Prelude, la década de los 90 vio nacer dos generaciones del Toyota Celica; una en 1990 y otra en 1994. Dos generaciones muy diferentes entre sí, con un claro talante deportivo en el caso de la primera gracias a sus faros retráctiles -la quinta generación del coupé nipón-, mientras que la segunda lucía un frontal con cuatro proyectores circulares un poco menos agresivo.
La generación de 1990 se volvió famosa gracias a las victorias de Sainz en el Mundial de Rallies y a su versión GT Four con motor turbo y 220 CV. La segunda fue menos llamativa, aunque no por ello menos interesante, pues la opción más potente se iba hasta los 241 CV.
VOLVO C70
El Volvo C70 es uno de los coupés de los 90 que más desapercibido pasa, pero estéticamente hablando, es una auténtica demostración de estilo, clase y equilibrio de proporciones. Para muchos, uno de los coupés más bonitos que se han fabricado, pero al mismo tiempo, uno de los más olvidados.
Tomaba la base del Volvo 850 y en su desarrollo se contó con la colaboración de TWR. Del 850 también tomó el motor más potente de la gama, un 2.3 turbo con 240 CV, aunque se podía optar a un 2.5 atmosférico de 193 CV.
VOLKSWAGEN CORRADO
Otro de esos coupés de los 90 que no necesitan presentación. El Corrado es uno de los coches de VAG más famosos y enfocados a la conducción de cuantos ha fabricado la marca alemana. Incluso se le llegó a considerar como el mejor tracción delantera de su época.
Tomaba la base del Volkswagen Golf y se vestía con una carrocería de formas rotundas y cargadas de personalidad. Pero eso era lo que se veía, donde no alcanzaba la vista también presumía de cosas como un alerón que emergía de forma automática a partir de 120 km/h y motores como el mítico VR de 190 CV o el G60, con 160 CV. El motor de acceso tenía 116 CV, una potencia que, parece, era estándar en el segmento.