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Bandit Trans Am: Pure American Dream

Relatar la historia de Pontiac en unos pocos párrafos sería inabarcable. Contar la trayectoria de uno de sus modelos, en Firebird, podría resultar reiterativa. Incluso, dar a conocer el significado de Trans Am tampoco aportaría una gran cosa. Pero si fijamos la atención en 1977, entonces la combinación, Pontiac Firebird Trans Am, es asequible y cobra vida propia.

Durante 33 años de vida, el Firebird mantuvo una producción tan irregular como apasionante. En concreto, los Trans Am gozaban de un corazón bajo el capó que rezumaba centímetros cúbicos, torques brutales y aceleraciones precedidas de olor a goma quemada. 1977 significó en cierto modo el canto del cisne de todos esos elementos, con la llegada del que, posiblemente, fue el último muscle car de la marca con el más genuino sabor americano.

El Firebird Trans Am apareció ese año con un nuevo diseño del frontal, con líneas más suaves que las de su antecesor, aunque con un matiz más agresivo. Pudo haber sido un vehículo más dentro de la gama alta de Pontiac. Sin embargo, la película Smokey and the Bandit, traducida para nuestros cines de una manera tan particular como «Los caraduras», convirtió al coche en objeto de culto.

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El film era de argumento previsible y presupuesto contenido -esto último al contrario que las multimillonarias producciones actuales, como por ejemplo la saga Fast & Furious-, pero los elementos encajaban perfectamente. Bandit, un personaje al margen de la ley interpretado por Burt Reynolds, es «contratado» para llevar un cargamento de cerveza desde el estado norteamericano de Georgia al de Texas, para después volver con otro al punto de partida. Todo ello en 28 horas.

En realidad, era un Kenworth W900A conducido por el cantante country Jerry Reed -autor del pegadizo tema central de la película, East bound and down– el que transportaba la cerveza, y el Trans Am servía de cebo para un sheriff que había hecho de la caza del bandido un asunto personal. Todo ello se aderezó con una joven novia a la fuga, interpretada por Sally Field, que puso el contrapunto delicado al rudo y poco amigo de las formas Reynolds.

La película sirvió a Pontiac como plataforma de lanzamiento para mostrar las virtudes de su nuevo modelo. Y lo consiguió. Utilizó un vehículo negro con perfiles dorados inspirados en el Lotus de F1 John Player Special, que pronto dio vida a la mítica serie Black and Gold Special Edition T/A, una opción situada por encima de la Limited Edition. Los S/E portaban en su placa de identificación los códigos Y81, para los coupés con techo duro, e Y82, para los T-top, o techos en forma de T con dos zonas desmontables, sobre el conductor y el acompañante.

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Sin embargo, el gran secreto no es visible en la película. En efecto, se utilizaron cuatro Trans Am (cada uno preparado de forma distinta según la demanda de los especialistas), pero no de la serie fabricada en 1977. Los cuatro eran del año anterior, cuyo frontal era distinto al del nuevo modelo; el director de la película y especialista de cine, Hal Needham, vio la estética del Black and Gold Pontiac 50th Anniversary Trans Am -como también se le llamaba-, y decidió que el vehículo protagonista de su película tenía que «aparentar ser mucho más rápido que ese coche».

Por ello, las unidades fueron modificadas para ser iguales a las que saldrían al mercado en el 77, montando el nuevo frontal que se denominó ‘Batman’ y añadiendo las conocidas llantas Snowflak, que se hicieron imprescindibles en el modelo. El eterno pájaro de fuego sobre el capó ponía la inconfundible rúbrica a los 15.667 S/E que serían fabricados en 1977, aunque el resto del equipamiento era muy similar a la Limited Edition de 1976, incluidas las especificaciones en cuanto a emisiones se refería.

Los motores que animaban a los Trans Am eran dos big block. El más común, un 6.6 litros -400 pulgadas cúbicas- V-8 de 200 caballos, que era el estándar en 49 estados norteamericanos, y otro 6.6 Oldsmobile -403 pulgadas cúbicas- de 185 CV, montado sólo en California o en los condados situados a gran altitud. Sólo en estos T/A californianos era opcional el primer motor.

Sally Field y Burt Reynolds en una escena de la película 'Smokey and the Bandit'
Sally Field y Burt Reynolds en una escena de la película ‘Smokey and the Bandit’

Tras el éxito de la película, los Black and Gold Special Edition Trans Am pronto fueron conocidos como los Bandit Trans Am. Las opciones Bandit costaban 556 dólares sin T-top y 1.141 con ese tipo de techo practicable. En ambos casos, los adhesivos dorados estaban incluidos en el precio, así como los detalles, también en color dorado, que aparecían en el volante y en la cubierta del tablero de instrumentos.

Un folleto publicitario del Trans Am de 1977 afirmaba: «Durante más de una década, los Firebird han convertido a conductores en entusiastas». Más de 40 años después, la frase se mantiene toda su vigencia.

Imágenes a tamaño completo (1.200 px. aprox.)


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Escrito por Alberto Ferreras

Alberto Ferreras (Madrid, 1968) desarrolló su trayectoria profesional en el diario El País desde 1988, donde trabajó como editor gráfico y redactor del suplemento Motor hasta enero de 2011. Titulado en Fotografía, fue finalista del Premio Ortega y Gasset de... Ver más

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