De entre todos los modelos creados por Mercedes el 540K Autobahn Kurier es sin duda uno de los más fascinantes. El cual hace gala de un diseño aerodinámico donde deportividad y gentileza se dan la mano a la manera de los coupé firmados por Mercedes. Además, su ocho cilindros en línea de 5’4 litros es capaz de entregar 115CV. Cifra nada desdeñable para la época, más aún si tenemos en cuenta cómo la acción de un compresor la aupaba hasta los 180CV.
Eso sí, tan sólo de forma ocasional en momentos donde el conductor necesitase de un extra de potencia para adelantar. Característica accionada por un pedal responsable de liberar la gasolina contenida en un pequeño depósito. Líquido que, por unos instantes, sobrealimentaba el motor teniendo que esperar unos minutos para volver a realizar la acción si fuera preciso. Un mecanismo ingenioso y muy útil para ciertos momentos, aunque desaconsejable de forma constante ya que podría hacer trizas el cigüeñal.
De todos modos, resulta realmente asombrosa esta utilización del compresor en el automovilismo para la temprana fecha de 1938 a pesar de haberse usado ya de forma profusa en la aviación. Otra de las singularidades del 540K Autobahn Kurier, del cual Mercedes sólo fabricó dos unidades. Una de ellas -la única superviviente a día de hoy- fue entregada en Gibraltar al oftalmólogo barcelonés Ignacio Barraquer, cuya familia lo custodió durante décadas hasta su venta y traslado a la colección Keller.
Actual propietario que el pasado mes de agosto se hizo con el triunfo en el Concurso de Elegancia de Pebble Beach gracias a este modelo. Una excusa perfecta para recordar al Mercedes 300S. Otro de los modelos que tuvo en su garaje el doctor Barraquer, del cual este octubre se cumplen 70 años desde su presentación en el Salón de París.
MERCEDES-BENZ 300S. EL RESURGIR TRAS LA CONTIENDA
Tras la Segunda Guerra Mundial las grandes marcas automovilísticas alemanas se enfrentaron a una particular travesía del desierto hasta encontrar de nuevo su rumbo. Así las cosas, BMW tuvo que fabricar ollas y material de cocina. Productos tan alejados de los flamantes 328 con los que reinase en la Mille Miglia como necesarios para sobrevivir tras la contienda. En ese sentido, cuando Mercedes-Benz retomó su producción automovilística en 1946 sólo contaba con el turismo de gama media 170V aparte de algunos modelos industriales necesarios para la reconstrucción.
Un vehículo que llegó a vender más de 70.000 unidades antes de la Segunda Guerra Mundial, pero que después de ella adolecía los atrasos obvios de un modelo nacido en 1936. Por ello, si Mercedes quería volver a ser lo que había sido necesitaba presentar un vehículo de alta gama donde lujo y potencia se mezclasen con acabados al más alto nivel. De esta forma nació en 1951 el 300S. El modelo con el que Mercedes volvía con todo su esplendor al mercado, haciendo hincapié en una larga serie de innovaciones técnicas con las cuales sacar pecho en materia de ingeniería.
De hecho, a pesar de su estética conservadora bajo la carrocería del 300S se esconden soluciones mecánicas tan avanzadas que incluso fue base e inspiración para el prestacional 300SL de 1954. Todo ello centrado en su motor M188. Variante del mítico M186 de seis cilindros en línea y tres litros fundido en aluminio. El mismo bloque montado en el 300SL pero también en la berlina 300 Adenauer (W186). Una berlina de prestigio cuya versión coupé fue precisamente el 300S gracias a un peso rebajado a los 1670 kilos y una potencia aumentada hasta los 150CV.
300SC. SEGUNDA SERIE CON INYECCIÓN ELECTRÓNICA
Con la berlina 300 Adenauer Mercedes volvió al segmento de los coches de representación. Nivel donde se movía con Bentley o Rolls gracias a este modelo que tomó el relevo de los impresionantes 700 (W150) previos al conflicto bélico. No obstante, el lanzamiento del 300S como una versión dos puertas más prestacional y deportiva fue un acierto a nivel publicitario ya que la mezcla de encanto visual y potencia clamaba a los cuatro vientos la vuelta de Mercedes por la puerta grande. Más aún si se tiene en cuenta el precio.
Alrededor de un 50% más que la berlina. Motivo por el cual sólo se fabricaron 216 unidades a lo largo de sus cuatro años en producción. Tras ello fue sustituido por el 300SC en 1955. Segunda serie de este tope de gama en Mercedes, la cual incluía como principal novedad la inyección directa aplicada por primera vez al automovilismo en serie por el 300SL para auparlo hasta los 176CV. Un invento tomado de la aviación, donde la marca la había usado en el motor DB605. El V12 invertido que propulsó a los cazas nazis Messerschmitt BF109/110 fabricado en números superiores a 40.000 unidades.
Tras esto, en 1958 el 300SC (W188) cesó su producción siendo sustituido en 1961 por el coupé derivado de las nuevas berlinas 300SE (W112). Modelo diseñado por Friedrich Geiger. Responsable de los 500K previos a la guerra, cerrando así el círculo de una historia en la que Mercedes va asentando su tradición de coupés derivados de berlinas. Algo en lo que, setenta años después, el Mercedes 300SC de 1951 tiene mucho que decir.
Fotografías: Catawiki / Mercedes-Benz / Pebble Beach
P.D. La unidad con la que hemos ilustrado este artículo es la del Doctor Ignacio Barraquer. Conservada por la familia durante décadas hasta su venta a través de Catawiki el pasado 2017. Un vehículo en perfecto estado de origen,el cual no ha recibido ninguna restauración reseñable.