Hablar sobre el precio de mercado alcanzado por diversos automóviles ya es un tópico en sí mismo. Es más, dado que estos son obviamente inalcanzables para el aficionado medio, tratar estas cifras resulta un ejercicio de fetichismo monetario. Una curiosidad. Un asombro de barra de bar.
Sin embargo, tras ellas se esconde un fenómeno con repercusiones imprevistas en segmentos mucho más populares. Y es que, no en vano, el incremento de los precios en las gamas más altas arrastra colateralmente a las medias e incluso las masivas.
De esta manera, no sólo los automóviles más exclusivos se han convertido en un polémico “valor refugio” para inversionistas sin escrúpulos. Sino también otros mucho más comunes, llegándose a ver durante los últimos tiempos auténticos descaros en materia de cotizaciones.
Algo que, además, viene probado por los bajos kilometrajes de no pocos clásicos. Escondidos en almacenes de seguridad en vez de ser expuestos -y disfrutados- en museos, colecciones o circuitos.
En suma, una burbuja especulativa peligrosamente similar a la vivida en el mundo del arte, con ramificaciones polémicas en torno al lavado de dinero negro proveniente de negocios ilícitos. No obstante, de una manera u otra siempre solemos caer al comentario cuando se celebra alguna de estas subastas emblemáticas.
Así las cosas, el antiguo Enzo Ferrari de Fernando Alonso se encuentra estos días en el centro de la noticia debido a los 5,4 millones de euros dejados en éste por un comprador anónimo.
Sin duda una cifra realmente impresionante aunque, consultando el portal de Glenmarch, vemos cómo en 2015 se llegaron a desembolsar más de 6 millones de dólares por otra unidad. Concretamente la última de todas la producidas; ofrecida por Ferrari al Vaticano en forma de regalo corporativo. Curiosamente, el Enzo Ferrari ahora en la palestra es justo lo contrario. Es decir, la primera unidad. Fabricada en 2002 bajo la referencia Scocca nº1.
Además, en su historial no sólo cuenta con el fetiche de ser la primera unidad de producción. Sino también el haber pertenecido a Fernando Alonso, quien precisamente lo adquirió en sus tiempos a sueldo de la Scuderia Ferrari. Respecto al kilometraje, como viene a ser habitual en estos automóviles exclusivos, éste apenas ha sumado viajes. De hecho está fijado en unos 4.800 kilómetros asegurando así un perfecto estado de conservación certificado por Ferrari Classiche.
En suma, una de las mejores ventas realizadas por la casa Monaco Car Auctions. La cual, por cierto, cerró el trato unos días después de haber finalizado sin éxito la subasta previa. En fin, cosas de los negocios.
Fotografías de Monaco Car Auctions.