Más allá de la innovación y de sorprender al público con un producto novedoso, detrás de cada automóvil producido no hay otro objetivo que el de generar beneficios para la marca que lo construye, pero sorprendentemente ha habido muchos ejemplos de coches que han dado más quebraderos de cabeza que dinero.
Aunque la gran mayoría de candidatos de este club tan particular han sido fabricados en el siglo XXI desde LA ESCUDERÍA hemos decidido centrarnos en el siglo pasado con alguna excepción para ver algunos de los coches que generaron pérdidas, en muchos casos millonarias, a sus respectivos fabricantes.
CONTINENTAL MARK II
Para 1956 Ford Motor Company decidió introducir una nueva marca de gran lujo llamada Continental, que no había que confundir con el icónico Lincoln Continental. El propósito no era otro que demostrar lo que la compañía era capaz de construir y su meta era crear el automóvil más lujoso del mundo, hecho completamente a mano. Su precio base era de 10.000 dólares, equivalente a 100.000 dólares de la actualidad, lo que lo convertía en el coche de producción más caro del mundo, e incluso así Ford perdía dinero con cada unidad fabricada, por lo que este experimento solo duró hasta 1957.
SMART FORTWO
El diminuto y popular coche urbano fabricado como un proyecto conjunto entre la marca de relojes Swatch y Mercedes-Benz desde 1998 ha sido uno de los automóviles menos rentables de todos los tiempos. Si bien el concepto es brillante, y resulta un vehículo ideal para trayectos por ciudad la compañía perdía más de cuatro mil euros por coche fabricado lo que hizo que se acumulasen pérdidas de 3.350 millones de euros entre 1997 y 2006.
HONDA INSIGHT
Presentado como prototipo en 1997 y lanzado al mercado en 1999 el Honda Insight nació como un biplaza que hizo historia al ser el primer vehículo híbrido de la marca japonesa, llegando a venderse en Norteamérica antes que el Toyota Prius por tan solo unos meses. Este coche tenía el menor consumo de todos los coches vendidos en Estados Unidos, y si bien esto podía suponer un ahorro a la larga para sus compradores, el desarrollo de esta tecnología unido a la carrocería de aluminio y la devaluación del Yen japonés frente a otras monedas hizo que Honda perdiese dinero con cada Insight.
AUDI A2
Seguimos la lista con otro vehículo con una carrocería y también chasis fabricados en aluminio; el Audi A2, fabricado entre 1999 y 2005. Destinado a ser el rival más directo del Mercedes-Benz Clase A, otro vehículo que también perdió dinero a sus fabricantes, el A2 terminó vendiendo poco más de 170.000 unidades, casi la mitad de lo que preveía la marca que terminó perdiendo unos 7.500 euros por cada uno de estos coches.
EDSEL
Después del duro golpe económico que supusieron los Continental Mark II de 1956 y 1957 Ford lanzó una nueva marca que generaría unas pérdidas históricas. En 1958 se presentó Edsel, como una firma que sería una gama intermedia dentro de Ford Motor Company, pero los coches estaban cargados de problemas y no lograron cautivar al público, y para 1960, año en el que desaparece esta marca, las pérdidas habían sido de 350 millones de dólares de la época, cifra superior a los 3.000 millones de dólares actuales.
VOLKSWAGEN PHAETON
Pasamos al siglo XXI para uno de los mejores Volkswagen de la historia, al menos en cuanto a lujo se refiere, pero también se trata de uno de los más incomprendidos y que más dinero hizo perder a la marca. El Volkswagen Phaeton, fabricado entre 2002 y 2016, era el buque insignia de la marca, y su precio y nivel de equipamiento se podían comparar a un Audi A8. La compañía tenía unas previsiones de vender 50.000 unidades por año, pero de nuevo el producto no sedujo al público, y solo se hicieron 84.253 unidades con unas pérdidas cercanas a los 28.000 euros por cada coche.
BUGATTI VEYRON
Aparte de ser el coche de producción más rápido del mundo en su momento, el Bugatti Veyron también era el más caro, con un precio original de 1,2 millones de euros. Este coche se desarrolló cuando la compañía estaba en manos del grupo Volkswagen, y todo este proceso fue extremadamente costoso, pero serviría también como publicidad. El resultado fue que por cada Veyron le costó a Volkswagen 4,5 millones de euros en pérdidas.
MINI
Quizá pueda sorprender que un clásico popular con tanto éxito comercial como fue el Mini original, fabricado entre 1959 y el 2000, pudiese generar pérdidas con cada unidad fabricada. El problema era que su fabricación era demasiado compleja como para tener el título de coche más barato de Reino Unido, lo que hacía que en un inicio por cada unidad la empresa perdiera unas 30 libras de la época. Pero como el coche no evolucionó mucho en los cuarenta años que estuvo en producción y apenas requería publicidad para venderse terminaba saliendo más barato a la compañía que otros automóviles.