FOTOS FIAT-BARTOLETTI TIPO 642: BONHAMS AUCTIONS
Cuando recordamos al Coronel Kurtz decir aquello del “horror” en Apocalypse Now, siempre nos viene a la cabeza la genial dirección de Francis Ford Coppola. Sin embargo… No son tantos los que recuerdan al magistral director de fotografía que hizo posible aquellos 153 minutos llenos de planos impactantes: Vittorio Storaro.
En el automovilismo deportivo ocurre algo parecido. Todo el mundo recuerda el agudo pilotaje de Michael Schumacher pero… ¿Aquellos 5 campeonatos mundiales con Ferrari hubieran sido posibles sin el soporte técnico de Jean Todt y Ross Brawn? Seguramente no. Por ello nunca hay que olvidar el papel esencial de aquellos que, aunque no estén en el primer plano de los objetivos, son esenciales para el buen desenvolver logístico y técnico de la situación.
Nuestro protagonista de hoy es uno de esos, porque si bien su nombre ha estado ligado a bólidos tan rabiosos como el Maserati 250F o el Ford GT, pilotos como Fangio o Carrol Shelby y circuitos como Le Mans o Reims… Él nunca se dedicó a cruzar victorioso las líneas de meta, sino a llevar a éstos sanos y salvos hasta los trazados donde las cámaras recogían las gestas de una época donde el automovilismo deportivo sabía más de pasión y riesgo que de telemetría e informática.
Además, y por si estás pensando que las referencias cinematográficas en esta noticia aparecen otra vez como “marca de la casa”, te diremos que están del todo justificadas ya que uno de los propietarios del protagonista de hoy fue Solar Productions: la productora con la que Steve McQueen rodó la descomunal Le Mans. En suma, un objeto para mitómanos que ha sido subastado en Goodwood ayer; con todos ustedes el FIAT-Bartoletti Tipo 642 Racing Car Transporter.
FIAT-Bartoletti Tipo 642: UN SECUNDARIO DE EXCEPCIÓN
En cierta medida, todos los camiones de las escuderías son testigos de excepción. Pero lo de este FIAT… Rebasa toda media. Ya desde sus inicios no pudo estar en mejor lugar, transportando ni más ni menos que a los bólidos de la escudería Officine Alfieri-Maserati que en 1957 disputaron los grandes premios en los que Fangio voló con su 250F hasta ganar el Campeonato de Pilotos. Desde luego, eso es “llegar y besar el santo”.
Pero aquí no queda la cosa, porque en 1960 fue adquirido por la escudería norteamericana Scarab, aquella que durante aquel año intentó desembarcar -con tan escasa suerte como gran audacia- en una Fórmula 1 dominada exclusivamente por europeos. Desmontada aquella intentona de “asaltar Europa” a base de potencias con sonido bronco producidas por los V8 “small block” Chevrolet, el FIAT-Bartoletti pasó a manos de otro americano con ganas de conquistar el Viejo Mundo: Carrol Shelby.
Éste estaba -adelantando lo que sería la batalla Ferrari vs Ford en Le Mans 1966– completamente obsesionado con batir a los Ferrari 250 GT dominadores en la escena de las competiciones de Gran Turismo. Finalmente lo consiguió en 1965 gracias a un -descaradamente parecido al Ferrari 250GTO- Cobra Daytona que llegaba a Le Mans con unos 100CV más que su rival montado -paradojas de la vida- en este camión de fabricación italiana.
Tras esto, el Tipo 642 Racing Car Transporter siguió su servicio para con el motor americano siendo el transporte principal de la escuderia de Alan Mann -oficial de Ford en el Reino Unido y equipada con los radiantes GT40 del momento-, aunque pudo reconciliarse con su país de origen al servir en el equipo de David Piper trasladando los míticos Ferrari P y 275LM pintados en el verde característico de esta escuadra.
¡Y tras esto el cine! Ya que fue adquirido por la productora de Steve McQueen para usarlo como vehículo de figuración en el rodaje de la que, hasta la fecha, sigue siendo la mejor y más ambiciosa cinta de homenaje al mundo del automovilismo deportivo. Como ves, a veces no está nada mal ser un “secundario de lujo”… Fíjate en todo lo que ha presenciado este camión.
Curiosamente fue actuando como piloto en el rodaje de esta película cuando David Piper perdió parte de una pierna al estrellar un Porsche 917.
FIAT-Bartoletti Tipo 642: RESTAURACIÓN Y SUBASTA
Ya llegados los 70, nuestro FIAT-Bartoletti empezaba a ser una pieza de museo. La razón era obvia: mientras que en la época donde se alumbró este vehículo los equipos necesitaban poco más que los coches y un cierto arsenal mecánico que viajar junto a los mecánicos para lanzarse a las carreras… La creciente complejidad en el mundo de la competición exigía mayores recursos y una logística más amplia.
De repente, aquel viejo testigo de excepción se quedaba anticuado. Por suerte el vehículo no se perdió en algún desguace, sino que cayó en las manos del coleccionista y entusiasta de Cobra y Scarab Don Orosco. Él supo valorar la importancia histórica de este vehículo -curiosamente sobretodo para el motor norteamericano y su sesentera obstinación por desbancar a Ferrari en Europa-, restaurándolo hasta dejarlo en el perfecto estado cuasi original en el que hoy lo vemos. Para ello lo repintó en su característico color azul, retornando así los cambios en la pintura que Steve McQueen hiciera en un rodaje donde el Bartoletti fue adaptado para representar el papel del transporte oficial de Ferrari. Además, los detalles de la madera -de origen sudafricano- y los asientos fueron retornados a su estado original.
Con esta cuidada restauración y la inapelable historia que encierra… Ojalá hubieramos podido comprarlo nosotros 😉
PD: el camión es tan icónico que ha sido reproducido a escala en varias versiones. Puedes adquirirlo con la caracterización que lució en la película Le Mans, portando a los Cobra de la escudería Shelby, con los GT40 de Alan Mann y en el verde característico del equipo de David Piper.
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