Si hablamos de Antonio Albacete hijo seguramente a muchos de vosotros se os venga a la cabeza la imagen de este piloto conduciendo una bestia con más de 5.500 kilos y mil y pico caballos. No en vano este deportista madrileño, aparte de ser un especialista en Minis clásicos, ha ganado tres veces el Campeonato Europeo FIA de camiones, cosechando 130 victorias en este torneo y 16 veces la corona de campeón en el campeonato nacional. De todos modos, y como de casta le viene al galgo… Lo cierto es que la pericia al volante de Antonio Albacete viene heredada de su padre.
También llamado Antonio, éste regentó durante décadas los talleres de preparación MePre en el centro de Madrid. Allí empezó durante la década de los 60 personalizando sencillos SEAT 600 para convertirlos en balas capaces de dar la talla en numerosas carreras de ascensión y rallyes de aficionados. Con esos inicios se fueron forjando unas credenciales automovilísticas unidas a la ligereza, la manejabilidad y la competición; cualidades que cristalizaron a la perfección en el pequeño Mini MePre 1973 protagonista de un nuevo vídeo de Petrolicious en España.
Y es que, tras la grabación del histórico Pegaso Z-102 descapotable de Coupe-Pueche, el canal referencia en vídeos de clásicos a escala internacional ha decidido filmar toda la rabia de este Mini en el mejor lugar para celebrar la historia del motor en España: el Circuito del Jarama. Y vaya si nos ha llamado la atención ver a Antonio Albacete en una montura con 10 veces menos peso que sus habituales camiones… Más aún nos ha captado la historia de este Mini MePre. Vamos con ella…
MINI MEPRE, PERSONALIZADO A MANO
A comienzos de los setenta el reglamento de muchas competiciones en España exigía que el motor de los coches fuera de producción nacional, por lo que se abría el campo a una enorme cantidad de preparaciones e ingenios salidos de las manos de mecánicos tan apasionados como artesanales. Uno de ellos era Antonio Albacete padre, el cual se encontraba en pleno desarrollo de coches ideados para competir en subidas en cuesta cuando de repente, en un viaje a Inglaterra, descubrió los Mini Sprint de Neville Trinkett.
Abalados por el mismísimo Stirling Moss, estos Minis preparados artesanalmente rebajaban su altura gracias a una reducción en las suspensiones y un techo recortado, logrando así un coeficiente de penetración aerodinámica más eficiente, un centro de gravedad más bajo y un mejor agarre para la potencia desarrollada por sus motores trucados. Tal fue el impacto de estas máquinas en Antonio Albacete que éste, al regresar a Madrid, dejó de lado su trabajo con los SEAT 600 y empezó a adaptar varios Mini Cooper S para la competición nacional que, aunque fue concebido para carreras de ascenso, también permitía ser pilotado en circuitos y rallies.
Tras los cambios en el reglaje de las suspensiones con conos de goma y cuatro amortiguadores telescópicos regulables Koni -y el reajuste de la carrocería reduciendo la altura de la misma sin ver necesariamente comprometida la visibilidad del conductor- el Mini MePre conseguía estar 20 centímetros por debajo de uno de serie y 12 respecto a uno de competición homologado. Además, la mayor inclinación del parabrisas también ayudaba a una mejor aerodinámica que complementaba a un agarre seguro sobre el asfalto gracias a unos ejes ensanchados y una distribución de pesos que exigió poner el depósito de combustible en una nueva posición.
Una estructura perfectamente estudiada para albergar la potencia de un bloque motor de 1293 cc creado a partir de la mezcla de elementos del Mini con otros de fabricación nacional, capaz de entregar de 115 a 130 CV gracias a mejoras como el carburador Weber de doble cuerpo. Sin duda una potencia sobrada para empujar los en torno a 500 kilos que el Mini MePre da en báscula, situando la experiencia de conducción de este pequeñín junto al nervio y agilidad de los coches de carreras más alegres.
MINI 1275 GT. PARTE DE UNA SAGA FAMILIAR
Con todas esas credenciales mecánicas Antonio Albacete presentaba en 1973 su Mini 1275-GT. Una de esas curiosidades artesanales salidas del ingenio de un grupo de entusiastas mecánicos decididos a dar el campanazo en las competiciones nacionales. A partir de ese momento esta unidad -aunque no con las mismas modificaciones sí fueron varios los Mini modificados en los talleres MePre- participó en numerosas carreras de ascensión y competiciones en el Jarama, sirviendo como un taller de ensayo para otros modelos del taller.
De hecho, tanto se ensayó con él que bajo su capó -el cual se abre a la manera del Jaguar E-Type, dejando a la vista todo el tren delantero en un momento- ya han pasado tres motores diferentes. Cifra ésta superior a la de sus propietarios, pues exceptuando los cinco años que que perteneció a un aficionado a los rallye el Mini 1275-GT de MePre siempre ha estado en manos de la familia Albacete.
Una familia que cuida de su legado automovilístico, habiendo decidido que aunque éste coche aún podría dar mucha batalla en diversas competiciones… Eso supondría tener que someterlo a nuevas modificaciones y reglamentos que lo alejarían más de su estado original. Al igual que los grandes campeones este Mini MePre se ha ganado el derecho a que lo cuiden y mantengan en su estado original. Y nos parece perfecto, porque sólo escuchando su motor en el vídeo que Petrolicious acaba de dedicarle… Nos damos cuenta de que estamos ante algo realmente bien hecho.