Cuando en el mundo de los clásicos se menciona la palabra “eléctrico” casi todos torcemos el gesto. Sin embargo, los motores alimentados por baterías no son algo precisamente novedoso. En realidad vienen desde muy lejos. No obstante tampoco vamos a remontarnos a 1900 con el record de la ‘Jamais Contente’, ni a 1931 con aquel Bugatti de 1CV. Por ahora nos quedaremos en 1971 con el Opel Elektro GT. Uno de los derivados del pequeño “Corvette” alemán que ahora ha vuelto a la palestra gracias al Salón de Frankfurt 2019.
Esta cita es un escaparate habitual para las novedades de las marcas germanas, las cuales están decididas a ofertar toda su gama en versión eléctrica. En el caso de Opel, su director ejecutivo Michael Lohscheller fija para el 2024 la oferta de versiones eléctricas en todos los modelos. Un horizonte acompañado de novedades como el Corsa e Rally. El primer eléctrico para este tipo de competición y del cual se prevé una copa monomarca en el próximo 2020.
Además de mirar al futuro con lanzamientos así, Opel ha recurrido a su pasado para exhibir músculo mostrando en Frankfurt el Elektro GT de 1971. Un clásico que abrió el camino a las novedades junto a las cuales pudimos verlo. Al fin y al cabo, ya hace casi 50 años, George Von Opel estaba convencido de que lo eléctrico era el futuro. Parece que el tiempo le está dando la razón.
EL DERIVADO MÁS CURIOSO DEL OPEL GT
El pasado 2018 se cumplieron 50 años del lanzamiento del Opel GT. Uno de esos coches raros e inesperados por no encajar bien en la identidad de la marca que lo desarrolló. Y es que, hacia mediados de los sesenta, Opel nunca había fabricado pequeños deportivos en serie y sus escasas incursiones en la competición vinieron acompañadas de propulsión por cohetes. Sin embargo, la posibilidad de seducir a un público joven con ganas de disfrutar un deportivo asequible cambió el rumbo de la marca.
Así nació el Opel GT. Rodeado de expectación y ahora recordado como un éxito de ventas del cual apareció una versión muy especial: la Elektro. Eso sí, nunca pensada como un modelo que fuera a llegar a producción en serie. Lejos de ello, este proyecto fue una motivación personal del nieto del fundador de Opel para experimentar las posibilidades de los motores eléctricos. Unas posibilidades que si bien sí rendían en potencia… No respondieron adecuadamente en materia de autonomía.
En 1971 el Elektro llegó hasta los 189 km/h de velocidad punta acelerando de 0 a 100 en tan sólo 6 segundos. Unas cifras de récord a las que pudo llegar gracias a los dos motores Bosch capaces de rendir hasta 118/120 CV. Además, sus ruedas carenadas y demás mejoras en la aerodinámica concedieron al Elektro un aspecto deportivo en nada asemejable a lo que pensamos cuando hablamos de eléctricos. Sin embargo había un problema fundamental.
CONDENADO POR LAS BATERÍAS
De sobra sabemos eso de que “la felicidad dura poco”, pero es que en el caso del Elektro tan sólo duraba 44 kilómetros. ¡Y eso que las enormes baterías de níquel y cadmio fabricadas por Varta ocupaban casi todo el suelo situado detrás del conductor! De esta forma, Opel comprobaba en sus carnes el mayor problema que los coches eléctricos han presentado e incluso aún presentan: la autonomía.
Por mucho que la inminente Crisis del Petróleo del 73 diera algo de razón a George Von Opel y su idea de que el futuro sería eléctrico… Lo cierto es que incluso las mejores baterías daban lo que daban, por lo que los ingenieros pusieron sus esfuerzos en experimentar con las posibilidades del diésel. De hecho, un año después de la presentación del Elektro, Opel batía 18 récords mundiales con un prototipo diésel también derivado del GT.
No obstante, casi medio siglo después, el Elektro GT puede sentirse orgulloso de haber abierto camino en la senda de eléctricos con alto rendimiento. Un nuevo segmento al que se están sumando marcas como Porsche con su reciente Taycan. En fin, otra muestra más de que en el mundo de los clásicos encontramos no pocas respuestas para el futuro del automovilismo.