FOTOGRAFÍAS CONCENTRACIÓN PEUGEOT 205: LA ESCUDERÍA
Ya hemos dicho antes que en la historia del automovilismo no siempre se tiene en cuenta a los contables. Y ojo, porque su palabra es tan importante como la de cualquier ingeniero jefe. Al fin y al cabo, un coche no sólo es exitoso por conquistar al aficionado con su estética o comportamiento. También ha de llenar las arcas de la empresa. Y bueno, a finales de los 70 las de Peugeot se encontraban en serio peligro.
Inmóvil entre la innovadora Citroën y el éxito de Renault con su R5, Peugeot perdía por momentos su posición dentro del automovilismo galo. Se requería un serio golpe de timón capaz de impulsar sus cuentas al despegue de los 80. ¡Y vaya si lo consiguieron! Porque con casi cinco millones y medio de unidades vendidas a lo largo de 16 años, el 205 fue el talismán salvador de Peugeot.
Un utilitario pensado bajo la premisa de competir con el R5. Pequeño pero con gran habitabilidad. Alegre pero con consumos reducidos. Práctico pero capaz de conquistar a toda una generación de jóvenes. La misma que durante los 80 fantaseó con sus versiones deportivas. Aquellas como la GTI o la Rallye, dotadas de una combinación de nobleza y agilidad capaz de hacer sentir a cualquiera como un piloto experimentado. Puro disfrute al volante.
Todo un icono de los 80 y parte de los 90 que hoy en día se alza como uno de esos jóvenes clásicos capaces de arrastrar no pocas legiones de aficionados. Algo que pudimos verificar el pasado sábado 28 de septiembre en la concentración del Club 205 en Chanoe Madrid. Otro de los eventos celebrados en este espacio pensando para disfrutar del mundo del motor y que, en cada nuevo calendario de actividades, plantea interesantes concentraciones.
DENTRO DEL MÁXIMO SECRETO: EL PROYECTO M24
Si escuchas algo llamado Proyecto M24 y encima te dicen que es “máximo secreto”, ¿qué pensarías? Bueno, pues al menos nosotros tendríamos en mente algún nuevo cacharrito del MI6 británico a la manera de las películas de James Bond. Sin embargo éste fue el nombre con el que Peugeot comenzó a trabajar en la idea de un nuevo utilitario con el que sustituir al anticuado 104.
Un proyecto que se extendió desde 1977 hasta 1982 bajo el más absoluto secreto. Una jugada comercial pensada a largo plazo, en la que Peugeot se jugaba tanto el paso a una nueva época como su saneamiento contable. Movidos por la idea de crear un coche lo más habitable, económico y dócil posible, los ingenieros de Peugeot se afanaron en un diseño innovador y aerodinámico.
Sin embargo, no es ninguna novedad decir que en los 70 Peugeot no destacaba precisamente por las virtudes de su diseño. De hecho, el último Peugeot estéticamente reseñable había sido el 504 Coupé de 1969 ultimado por Pininfarina. Así las cosas, los franceses comenzaron a hacer un prototipo al mismo tiempo que encargaban otro a la firma italiana.
Lo curioso es que finalmente no fue Pininfarina la responsable del 205, aunque las líneas aerodinámicas de su prototipo fueron casi calcadas por los diseñadores de Peugeot en su segundo intento. Presentado en 1981 bajo el nombre de PTS (Peugeot-Talbot Sport), su aparición fue el anuncio de que Peugeot no tiraba la toalla en la batalla por liderar la década de los 80.
UN COCHE NUEVO, PERO NO SIEMPRE CON NUEVOS MOTORES
En 1983 al fin veía la luz el Peugeot 205. Y sí, era realmente sorprendente. Al menos para ser el producto de una marca tan conservadora como ésta. Su concepción lo situaba en la punta de lanza de los vendibles utilitarios urbanos de los 80, pero sin embargo no todo en él era realmente nuevo. Y es que los primeros Peugeot 205 aún montaban el motor Douvrin DU del antiguo 104.
Algo que en España fue ligeramente diferente ya que, por cuestiones arancelarias, los 205 montados en Villaverde montaron mecánicas Talbot. Una especificación que hizo necesario aumentar la altura del capó, generando una buena cantidad de Peugeot 205 con modificaciones sólo dadas en nuestro país. No obstante, al año del lanzamiento del 205 éste ya montaba en todas sus series con motores de nueva generación.
Una oferta de motorizaciones que se amplió hasta 24 opciones diferentes en gasolina y dos en diésel. Eso sí, todos ellos dominados por una arquitectura de 4 cilindros con una horquilla en la cilindrada que iba desde los 954cc de las modestas versiones GE o Junior hasta los 1769 del diésel turbo o los 1775 del rabioso Turbo 16 4×4. No obstante, si hay unas cilindradas mágicas para los seguidores del Peugeot 205 son 1’6 y 1’9 litros. Sí, estamos llegando al territorio del GTI.
PEQUEÑOS, ÁGILES Y EXTREMADAMENTE DIVERTIDOS: LOS 205 DEPORTIVOS
Para millones de familias jóvenes el Peugeot 205 fue el coche perfecto para su día a día. Uno de esos modelos que dan una respuesta eficaz y económica a las necesidades de transporte en el día a día. Pero realmente… ¿Cuál es la versión que más perdura en la cabeza de los aficionados? Efectivamente, la GTI.
Y es que lo tiene todo. En fin, a estas alturas no vamos a analizar el porqué de la mezcla exitosa de utilidad y deportividad lograda al potenciar un compacto pero… Sí señalar que en el caso del Peugeot 205 GTI fue particularmente exitosa. Más pequeño y asequible que el referencial Golf GTI la versión deportiva del 205 logró cautivar a una generación de jóvenes gracias a la seguridad que su comportamiento ofrecía aún queriéndolo llevar al límite en curvas.
Obviamente ésto no ocurría por arte de birlibirloque, ya que si bien no dejaba de ser un GTI… Lo cierto es que la primera versión -equipada con un motor de 1’6 litros- no tenía la garra de sus competidores. Algo que se enmendó cuando en 1987 aparecía la siguiente generación del GTI, propulsada por un motor de 1’9 litros y 130CV capaz de mover de forma rabiosa los 900 kilos del conjunto. Eso sí, con la misma ductilidad de comportamiento gracias a cambios en el bastidor.
Más allá de este mito ochentero, el Peugeot 205 también nos brindó versiones como la Rallye. Aunque si lo que quieres es ver su evolución más bestia… No hay duda, se trata de la Turbo 16 4×4. Una brutalidad nacida para competir en el mítico Grupo B, de la cual se tuvieron que fabricar 200 unidades para su homologación por parte de la FIA. Ni más ni menos que el responsable de devolver a Peugeot a la competición, salido directamente de la cabeza de Jean Todt.
No está nada mal como remate a la extensa gama del Peugeot 205. Todo un mito de los 80 que supo combinar economía y practicidad con agilidad y carácter deportivo. En fin, no nos extraña que este joven clásico tenga su propio club de aficionados, aunque todavía les falte un Turbo 16 que exponer 😉