FOTOS ALPINA B7 TURBO: ENTHUSIAST AUTO GROUP
Muchos piensan que Alpina es un simple preparador. Y en gran medida así es. Al fin y al cabo todos sus coches se desarrollan sobre la base de modelos BMW. Sin embargo, estos cuentan con sus propios números de chasis, por lo que legalmente sí es un fabricante de automóviles reconocido por el estado alemán. Una realidad administrativa que a muchos les resulta chirriante ya que, realmente, los Alpina son versiones mejoradas de los BMW de serie.
Eso sí, unas versiones mejoradas no sólo en el aspecto técnico, ya que la exclusividad de las mismas hace que los Alpina sean vehículos de lo más codiciado. Es por ello que ver uno a la venta no resulta del todo fácil, especialmente si nos centramos en creaciones tan especiales como el B7 Turbo. De esta berlina deportiva realizada sobre la base de un BMW E28 tan sólo se ensamblaron treinta unidades, de las cuales sólo cuatro montaron cambio manual de cinco relaciones.
La que tienes a la vista es una de éstas últimas. Un ejemplo en perfecto estado de conservación alojado durante años en Japón, aunque ahora se encuentre disponible para su venta en los Estados Unidos. Un Alpina capaz de contestar aún a los más críticos con la marca gracias a sus imponentes prestaciones. Prestaciones que hicieron de este B7 Turbo una de las berlinas deportivas más radicales de su época, capaz de sacarle los colores a deportivos como un Porsche 911.
ALPINA. UNA HISTORIA QUE EMPIEZA A GOLPE DE CARBURACIÓN
1965 vio el nacimiento de Alpina a partir de un gesto de lo más sencillo: el cambio y afinado de unos carburadores. Y es que justo esto fue lo que hizo el fundador de la empresa, Burkard Bovensiepen, cuando cambió los carburadores Solex de su BMW 1500 por otros de marca Weber. Así consiguió no sólo un aumento en las prestaciones del coche, sino también el inicio de una marca que ha desarrollado algunos de los deportivos con base BMW más radicales de la historia.
De hecho, en 1970 Alpina ganó el Campeonato Europeo de Turismos, teniendo en su haber a pilotos como James Hunt, Niki Lauda o Jacky Ickx. Como ves, algo con mucho más pedigrí y sustancia que una simple empresa de modificaciones monomarca. Así las cosas, la década de los 70 pasa discretamente intentando consolidar su red de ventas, algo que logra su premio cuando en 1983 el estado alemán finalmente reconoce a Alpina como un fabricante de automóviles con entidad propia.
Eso sí, siempre bajo el paraguas de una BMW. Sin duda, una historia de colaboración que podemos situar en los mismos términos que la protagonizada por Abarth y FIAT, aunque en el caso de los alemanes conviene señalar un afán tecnológico realmente reseñable. No en vano, Alpina fue la primera marca en ofrecer inyección electrónica en todos los vehículos de su gama.
ALPINA B7 TURBO. UN BMW E28 BASTANTE ESPECIAL
Lanzado como una berlina de batalla no muy larga, el BMW E28 fue una base estupenda para el Alpina B7 Turbo. Una interpretación deportiva de este cuatro puertas, la cual se asentó como uno de los coches más rápidos y potentes dentro de su categoría. Todo un “rara avis” propulsado por un motor de 6 cilindros en línea y 3420 cc, capaz de entregar hasta 330CV a 5700 rpm. El trabajo en el motor fue exhaustivo: Pistones Mahle, culatas modificadas, nuevo árbol de levas, ECU modificada y, por supuesto, Turbo KKK K27.
Sobre el peso no hemos conseguido datos totalmente verificados, pero atendiendo a la cifra más pesada podríamos fijarlo en unos 1.588 kilos. Algo que no está del todo mal, especialmente si tenemos en cuenta la cómoda y completa equipación que ofrece a sus pasajeros. Pasajeros que, además de viajar con cierto grado de lujo, pueden disfrutar de las típicas sensaciones aportadas por un BMW de tracción trasera.
Y es que sí, no hace falta fijarse en demasiados detalles para entender que el Alpina B7 Turbo no sólo es una de las berlinas deportivas más míticas, sino también un turismo que recogía toda la experiencia de la marca dentro de la competición. Toda una joya para amantes de… ¿BMW? ¿Alpina? En fin, ¿qué más da? Polémicas aparte sobre si Alpina cuenta con las suficientes razones como para ser un fabricante propio… Lo cierto es que pocos vehículos como el B7 Turbo pueden generar tanta expectación entre los seguidores de los deportivos germanos.