Miguel Sánchez
VIDEO 964 TURBO: CLASSICS RACER
Lo de las fases de la desescalada nos recuerda a las genealogías de Porsche. Un conjunto de cifras y especificaciones que primero has de analizar para después tenerlas claras. Y es que, al igual que bucear por lo que se puede y no se puede hacer en cada fase, investigar la historia de Porsche requiere un buen esfuerzo de síntesis y aclaración. En ese sentido, hay que indicar que el Porsche 964 Turbo es un 911 con todas las de la ley. Concretamente la evolución dotada de ese particular soplido aparecida a comienzos de los 90.
Escuchando cómo rueda esta unidad del 964 Turbo por las reviradas carreteras japonesas, a uno se le ponen los dientes largos pensando en lo poco que nos queda para volver a salir a rodar como antes. Y es que, sea cual sea tu clásico, lo importante es disfrutarlo enlazando curvas y rectas de la manera que más lo disfrutes. No obstante, la verdad es que hacerlo con un Porsche 911 Carrera Turbo tiene que ser una maravilla. Especialmente si se trata de un 964 Turbo como este.
Considerado continuista cuando apareció a finales de los ochenta, en realidad el Porsche 964 Turbo cuenta con más de un 80% de piezas nuevas respecto a su antecesor. Una revolución tecnológica mermada por unas líneas que, más bien, parecían un sencillo restyling del modelo anterior. Sin embargo, con los años la estética del Porsche 964 Turbo va ganando, al igual que la fama de su motor 3.3 Turbo. Y eso por no hablar de las evoluciones Serie S y 3.6. Ingenios capaces de interpretar una sinfonía capaz de recordarnos lo cerca que estamos de volver a rodar.
PORSCHE 964 TURBO: SOPLIDO RETARDADO
Todos los amantes de esa palabra que en los ochenta y noventa se convirtió en fetiche comercial saben lo que es el lag. Ese retardo entre el momento en que accionamos el acelerador y el instante en que la potencia se transmite a las ruedas. Un breve pero intenso momento de espera en el que contener la respiración y esperar la brutal patada que, a determinado número de vueltas, pueden ofrecer motores como el del 964 Turbo.
De hecho, en el caso del Porsche 964 Turbo este fenómeno se acentúa bastante. Y es que, hasta no sobrepasar las 3.200 rpm, apenas se siente nada especial. Sin embargo, es a partir de ahí y hasta las 6.000 cuando el 964 Turbo experimenta una concentración de gases lo suficientemente fuerte como para entregar toda su potencia a través de una catapulta que deja clavados en los asientos a sus pasajeros. Como la que se intuye en el vídeo de los japoneses Classicsracer.
Una sensación que, junto a otras muchas, iremos sintiendo de nuevo según avancemos la desecalada y se nos permita volver a las carreteras. Algo que muchos estáis esperando mientras ponéis al día vuestro clásico día a día en el garaje, sea o no un Porsche 964 Turbo tan espectacular como el que hemos escuchado en el vídeo.
Por último, si te han quedado ganas de 911 Turbo, te invitamos a leer la prueba que hicimos de esta unidad en la sierra madrileña.
