Miguel Sánchez
Fotografías: Alfa Romeo
“Esta fábrica es como una catedral en medio de un páramo de pequeñas empresas condenadas a la extinción”.
Italia y España guardan no pocas similitudes. Una de ellas es el condicionante geográfico emanente del contraste meridional. Mientras el norte de ambos países cuenta con una importante tradición industrial, el sur parece estar condenado a una economía arcaica. Además, el dominio de la gran propiedad sobre los minifundios genera desigualdad social y concentración de poder en muy pocas manos. Una mezcla explosiva que en España generó caciquismo y clientelismo, pero que en amplias zonas de Italia sirve aún como sustento de la mafia.
En este contexto, sólo la acción decidida de potentes inversores amparados en el apoyo del estado central puede introducir factores de cambio. Factores provenientes de entornos donde la mafia aún no haya extendido sus tentáculos. Sin embargo, este tipo de operaciones requiere de no poco esfuerzo y compromiso, enfrentándose además a las peculiaridades de una población poco acostumbrada al trabajo industrial en cadena. En términos políticos, es como pasar de una sociedad con rasgos feudales a otra donde el liberalismo pueda florecer en todas sus manifestaciones.
Gama Alfasud de primera serie al completo
Justo la visión de futuro en la que se inserta la creación de Alfasud. La empresa creada por un consorcio entre Alfa Romeo, Finmeccanica y el estado italiano para el desarrollo de la factoría de Pomigliano d’Arco. Situada en el entorno de Nápoles, su función fue la de intentar compensar las desigualdades entre el norte y el sur de Italia. Desigualdades también dadas en el ámbito industrial, ya que mientras Milán y Turín concentraban algunos de los puntos más vitales para el automovilismo europeo, el sur del país tan sólo veía cómo miles de jóvenes abandonaban sus casas en busca de un futuro mejor en las fábricas situadas más allá de Roma.
No obstante, justo el día de la inauguración de la factoría, en un discurso improvisado tras las solemnes prédicas de los políticos, un obrero sintetizó perfectamente las limitaciones del proyecto de Alfasud con aquel “esta fábrica es como una catedral en medio de un páramo de pequeñas empresas condenadas a la extinción”. Tan sólo el inicio de muchas dificultades que asentaron la mala fama respecto a la fiabilidad de Alfa Romeo, pero que también alumbraron el modelo más vendido en la historia de la marca. Una historia de luces y sombras con la cual celebramos el 50 aniversario de la presentación del Alfasud 1200.
Alfasud 1200
ALFASUD 1200. EL ALFA ROMEO PARA LAS MASAS
Presentado a finales de 1971, el Alfasud fue todo un salto adelante en la historia de Alfa Romeo. De hecho, fue su verdadero salto a ser una marca con vocación de ventas masivas En este sentido, el único modelo con el que los de Milán intentaron vender a lo grande fue el Giulia de 1962, interpretado en variantes que iban desde la ranchera hasta el deportivo más eficiente. No obstante, si Alfa Romeo no se atrevía a acentuar una línea de venta masiva no era por respeto al nicho de mercado liderado por FIAT. Lejos de ello, las razones se situaban en la falta de capitalización. Precisamente el problema que un consorcio junto al estado venía a resolver en el marco de la creación de Alfasud.
Llegados a este punto, Alfa Romeo encargó a dos pesos pesados el diseño de su nuevo y revolucionario modelo. Mientras el estilo de la carrocería se asignó a Giogetto Giugiaro, el esquema mecánico fue a las manos de Rudolf Hruska. Amigo personal de Ferdinand Porsche, del cual tomó la idea del motor bóxer para un Alfasud que así pudo contar con un capó más bajo de lo normal. Un dato que ayudó a crear las formas compactas del modelo, incomprendidas por parte de la prensa italiana del momento debido a su carácter novedoso. Y es que, al fin y al cabo, en 1971 aún faltaban tres años para la presentación del Volkswagen Golf.
Es decir, el mercado automovilístico aún estaba ensayando la fórmula del compacto. Un tipo de coche entre la berlina y el urbano, ideal para dar respuesta a las necesidades de la nueva clase media, la cual demandaba coches para el día a día pero con los cuales también se pudieran hacer frecuentes viajes sin problema alguno. Algo que hoy en día no nos impresiona en absoluto pues estos coches se han convertido desde hace décadas en los mayoritarios.
No obstante, el mercado recibió con éxito al Alfasud, elevándolo a ser el Alfa Romeo más vendido de la historia con más de un millón de unidades. Todas ellas nacidas al amparo de tres evoluciones, dentro de las cuales encontramos deportivos como el Sprint o familiares de amplio portón trasero como el Giardinetta. Un vehículo versátil ensombrecido por los problemas de fiabilidad y acabados resultado de un clima político enrarecido. El gran pecado original de Alfasud desde su planteamiento en los despachos del poder.
Segunda serie del Alfasud tres puertas
MOTIVOS DEL PASADO PARA UN DEBATE QUE SIGUE COLEANDO
Rara es la concentración de clásicos donde, al estar presente un Alfa Romeo, no sale a colación el debate sobre su infundada falta de fiabilidad. Pasados los años resulta inútil perpetuarlo pues los hechos están ahí para quien quiera leerlos; sin embargo, lo cierto es que durante años hubo motivos reales para la desconfianza a la marca. Motivos que, en gran medida, salieron directamente de la factoría de Pomigliano, donde el pésimo ambiente laboral afectaba a la calidad de los acabados. De hecho, muchos Alfasud de primera serie llegaban al concesionario con tornillos mal ajustados y piezas sueltas en su interior.
Problemas sumados al mal acabado de plásticos y carrocería, la cual presentó una gran facilidad para la oxidación. Verdadera desventaja en una zona tan húmeda como la del Golfo de Nápoles. Además, aunque la diversión estaba asegurada gracias a un motor que incluso en su versión más básica de 1’2 litros y menos de 70CV contaba con una gran facilidad para subir de vueltas… Los frenos de disco fueron todo un quebradero de cabeza. En vez de situarse en la llanta, se montaron en la propia salida del diferencial. Una característica que no debía hacerlos problemáticos, pero que según revistas del momento como L’Automobile “expulsan de la conducción a cualquiera que no cuente con una musculatura desarrollada”.
En suma, una conjunción de problemas de diseño con otros de acabado que fueron un dato añadido a la poco eficiente construcción del Alfasud en la factoría napolitana. Aquejada por problemas políticos, la línea de producción sufrió constantes huelgas e incluso sabotajes procedentes de los obreros de militancia más virulenta. Un cúmulo de factores que, aún no siendo tan terminales como los que afectaron a la fábrica DeLorean en Irlanda, sí condicionaron la buena marcha de un modelo que pudo haber reinado en el segmento de los compactos de no haber sido por sus múltiples fallos de acabado y fiabilidad.
Primera variante de tres puertas 
Modelo Giardinetta 
Segunda serie del 5 puertas
Luces y sombras de una historia que, hace medio siglo, veía su inicio con la presentación del Alfasud 1200.
P.S. La factoría de Pomigliano de Arco integró en su construcción las antiguas instalaciones de Alfa Romeo Avio, testigo del pasado aeronáutico de la marca. Hoy en día es una de las plantas más importante del Grupo FCA. Cuenta, tras una inversión de 900 millones de euros, con la línea de montaje del actual FIAT Panda. Además, en ella se han alumbrado modelos Alfa tan emblemáticos como el 145, el 156 o el GT.
