TEXTO: MIGUEL SÁNCHEZ / FOTOS: RM SOTHEBY’S
Cesare Fiorio es todo un personaje. Conocido por su carrera como piloto, pero especialmente por haber dirigido la Scuderia Ferrari en F1 y el equipo Lancia para el mundial de rallyes, su forma de hacer las cosas es la de un pícaro mediterráneo. Obviamente no estamos dudando de su profesionalidad, pero también es cierto que la rumorología le atribuye algunas anécdotas realmente llamativas. Una de ellas tiene que ver con los mercados circundantes a Mónaco en 1983. Y no, no nos referimos a cómo dar de comer a los mecánicos, sino a cómo facilitar la marcha del coche en el Montecarlo de aquel año.
El coche en cuestión era el Lancia 037, sustituto del Stratos y encargado de plantar cara a la novedosa tracción total de Audi. Equipado con la -hasta el momento- típica propulsión trasera, el Lancia 037 partía con desventaja frente a un Quattro pensado para agarrarse a los suelos resbaladizos como una lapa. Así las cosas, mientras los mecánicos alemanes preparaban el Audi, los italianos compraban toda la sal posible en los almacenes de los alrededores. Después de la compra, recorrieron bajo las órdenes de Fiorio los tramos más nevados de la carrera, arrojando sal para limpiar de nieve y hielo la vía.
Una estrategia tan picaresca como exitosa. No en vano, el Lancia 037 pilotado por Walter Röhrl se hizo con la victoria contra todo pronóstico. Comenzando así una serie de logros que acabaron por chafar la fiesta a una Audi que pretendía el campeonato como un paseo triunfal para su sistema Quattro. No obstante, lo cierto es que el Lancia 037 interpretó con su logro del Campeonato Mundial de Constructores de 1983 el canto de cisne de los coches sin tracción total, siendo el último con propulsión trasera en lograr semejante hazaña.
Un mito de los rallyes cuya primera unidad, el primer prototipo, sale a subasta hoy 15 de junio en Milán.
LANCIA 037 SE037-001. EL ÚLTIMO DE SU ESPECIE, EL PRIMERO DE SU SERIE
El Lancia 037 nació con el peso de quien se sabe sustituto de una leyenda. En este caso la leyenda a la que debía suceder fue el Stratos. Un coche con el que Lancia marcó distancias visibles respecto al Fulvia, coche con el cual se asentó en el mundo de los rallyes. Y es que, mientras las Fulvia vivieron su éxito en las pistas a partir de ser adaptadas desde versiones de serie, el Stratos fue un coche de competición diseñado así desde el primer momento. Lejos de adaptar un modelo comercializado a gran escala, Lancia apostó fuerte con el Stratos invirtiendo en un proyecto nacido en exclusiva para la competición.
Un giro radical que generó tendencia, la cual siguió el Lancia 037. De hecho, nos atrevemos a decir que incluso la potenció, ya que sumó nombres para crear un carácter aún más competitivo. Como ejemplo sólo hay que fijarse en la triada de firmas involucradas. Yendo desde Lancia coordinando hasta Abarth en lo que se refiere al desarrollo y Pininfarina con lo relativo al diseño. Una coalición con la que la marca italiana abanderó la tradición frente al impulso novedoso que Audi ejercía con su rupturista tracción Quattro.
Es por ello que, los más dados al romanticismo en esto del automóvil, sienten una especial devoción por el Lancia 037. Y es que, más allá de sus victorias, éste no deja de ser el final de una época en la que los rallyes fueron dominados por vehículos con toda la fuerza encañonada al eje trasero. Un canto de cisne del cual la unidad SE037-001 representa el primer ejemplar. Tanto así que múltiples detalles evidencian su carácter de prototipo. Detalles como la disposición de los faros delanteros o la forma de la zaga, mucho más redondeada que la rectangular forma final.
Curiosidades que quizá estén frescas en la memoria de los aficionados, ya que esta misma unidad salió a subasta hace tan sólo cinco años. Eso sí, su puja quedó desierta, quizá por un excesivo precio de reserva fijado en 400.000 euros. De aquellas el intento de venta lo organizó Bonhams, mientras que el de hoy dentro del palacio Serbelloni de Milán está a cargo de Sotheby’s. Veremos qué pasa aunque, para los amantes de los míticos GrupoB, más sorprendente que las cifras son las historias de coches como este Lancia 037.