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Cadillac V16 Convertible Murphy. Uno de los pocos no carrozados por la marca

Contra toda lógica, General Motors presentó durante los primeros meses de la Gran Depresión uno de los automóviles más lujosos que jamás haya creado la industria norteamericana: el Cadillac V16. Un prodigio de suavidad y diseño que cambió radicalmente la forma de carrozar estos coches. Ahora, RM Sotheby’s ofrecerá esta unidad en el marco de sus subastas en Monterey.

La última vez que os hablamos de un Cadillac V16 fue hace tres años. De aquellas, nuestro compañero Unai Ona cubrió con su objetivo el Concurso de Elegancia de Peeble Beach. Lugar donde, rodeado de algunos de los mejores automóviles norteamericanos de preguerra, captó el enorme Cadillac V16 452A carrozado por Farina en 1931. Un ejemplar tan extraño como espectacular, encargado por el maharaja del estado indio de Orchha para el nada edificante ejercicio de cazar tigres desde el asiento trasero de su carrocería Boat Tail.

Ocupación que finalmente dejó de lado cuando sus dominios se integraron en la Unión India el 1 de enero de 1950. Sin embargo, que este flamante Cadillac V16 resistiera a semejante barbaridad da una idea muy acertada de cómo se construyó. Dotado de una abrumadora calidad, este buque insignia de la General Motors se presentó contra toda lógica el 4 de enero de 1930 en Nueva York. Un verdadero desafío a los tiempos. Ya que pocas semanas antes el desplome de la bolsa en esa misma ciudad inauguraba uno de los peores momentos en la historia económica del capitalismo: la Gran Depresión.

El final abrupto de los Felices Años 20, lo cual puso en entredicho el futuro de brillantes automóviles como el Duesenberg Model J. La situación menos recomendable para lanzar un coche de tan alto precio como el Cadillac V16, sólo fabricado bajo pedido y en el cual General Motors venía trabajando desde 1926. De hecho, y con la intención de fabricar sus propias carrocerías, el gigante automovilístico compró ese mismo año las empresas carroceras de Detroit Fleetwood Metal Body y Fisher Body. Un dato por el cual se entiende lo raro que es encontrar algún Cadillac V16 con una carrocería no correspondiente a las ofrecidas por la propia marca.

Justo el caso de esta flamante unidad, la cual se ofrece en subasta por RM Sotheby’s en el marco de la muestra anual de Monterey. Una de las citas más importantes en lo que se refiere a automóviles de preguerra.

CADILLAC V16. CALIDAD POR ENCIMA DE TODO

En casi todos los casos, los grandes automóviles de lujo previos a la Segunda Guerra Mundial nunca eran carrozados por la propias marcas. De hecho, tanto Cadillac como Duesenberg o Rolls-Royce solían vender desnudo el chasis junto a la mecánica. A partir de ahí, cada cliente acudía a carroceros de California, Detroit, Turín o París para completar el coche de forma personalizada. Hecho que hace muy difícil apreciar a primera vista qué modelo tenemos delante. Teniendo que recurrir a detalles a modo de pista como la parilla del radiador. No obstante, General Motors no estaba interesada en seguir con esta forma de hacer las cosas en el caso del Cadillac V16.

Por ello, en 1926 compró a dos de los principales carroceros de Detroit para integrarlos en las líneas de producción de sus modelos más exclusivos. Además, justo en ese momento comenzó con el mayor secretismo el ensayo de un motor “más potente y suave” que todos los ofrecidos hasta la fecha. Así nacía lo que cuatro años más tarde se materializaría en el Cadillac V16. Logrando no sólo un automóvil de lujo ofrecido en seis carrocerías y unas setenta combinaciones, sino también un prodigio tecnológico gracias a su V16 a 45º con 7’4 litros y 165CV a 3200 rpm.

Prestaciones pensadas no para correr en circuitos. Sino para viajar con la máxima suavidad sobre un chasis con una distancia entre ejes de casi cuatro metros. Una alfombra voladora que, por la gran atención desplegada en base a su diseño y construcción, hizo que General Motors perdiera dinero con cada Cadillac V16. Y eso a pesar de que se vendieron más de 4.000 unidades a lo largo de 11 años. Un dato que, junto con la robustez demostrada por el ejemplar del maharaja de Orchha, ejemplifica el esmero que se puso en la fabricación de este modelo. Sin duda, uno de los automóviles de lujo más espectaculares de todos los tiempos.

CADILLAC V16 MURPHY CONVERTIBLE. EL ÚNICO DE LA EMPRESA

Una de las razones por las que General Motors quiso que los Cadillac V16 fueran carrozados por la propia empresa obedece a razones de identidad. Y es que, como decíamos antes, el hecho de que cada automóvil se carrozara de forma artesanal por una empresa distinta a pleno gusto del cliente… Hace que la mayor parte de los coches de lujo hasta los años cuarenta sean piezas únicas que no obedecen a ninguna identidad de marca. Por eso mismo, en el intento de conferir personalidad colectiva a sus creaciones Cadillac resultaba muy reacia a vender los chasis y la mecánica sin carrozar.

Algo que sólo se hizo en muy contadas ocasiones. Una de ellas la consignada al maharaja cazador de tigres, el cual sí contaba con un poder de persuasión no ejercitado por otros clientes. Clientes entre los que se contaba Charles S. Howard Jr. Hijo mayor del distribuidor en la Costa Oeste de los automóviles Buick y propietario del famoso caballo de carreras Seabiscuit, quien encargó en 1930 este Cadillac V16 con una carrocería de fábrica que inmediatamente reemplazó por la que vemos. Una de Murphy, la cual es de hecho la única de este carrocero de Pasadena sobre un Cadillac V16.

Un diseño muy parecido al de muchos Duesenberg J del momento, ya que esta empresa fue la responsable de carrozar a muchos de ellos. Un porte que fue premiado con la victoria en su clase en el Concurso de Elegancia de Pebble Beach 1997. Todo ello después de una concienzuda restauración por parte de la Andrew’s Colection. Una de las más importantes colecciones de clásicos de alta gama norteamericanos, la cual ha sido uno de los varios propietarios por los que ha pasado este Cadillac V16 Murphy convertible que, seguramente, cambie de manos el próximo 13 de agosto.

Fotografías: RM Sotheby’s / Unai Ona

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Escrito por Miguel Sánchez

A través de las noticias de La Escudería, viajaremos por las sinuosas carreteras de Maranello escuchando el rugido de los V12 italianos; recorreremos la Ruta66 en busca de la potencia de los grandes motores americanos; nos perderemos por las estrechas sendas inglesas rastreando la elegancia de sus deportivos; apuraremos la frenada en las curvas del Rally de Montecarlo e, incluso, nos llenaremos de polvo en algún garaje rescatando joyas perdidas.

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