En la azarosa historia del siglo XX seguramente la Segunda Guerra Mundial sea su mayor punto y aparte. Una quiebra en todos los sentidos. Partiendo en dos nuestra era más reciente para generar diferencias notorias incluso en el ámbito del automovilismo. De hecho, esto puede comprobarse en el caso de la industria francesa. Cuyos diseños previos a la contienda alcanzaron un refinamiento sobre modelos de gama media y alta difícil de alcanzar en tiempos más cercanos. De hecho, mientras en los años treinta es fácil encontrar versiones exclusivas en las gamas de Peugeot y Citroën, hasta los años ochenta no resulta común volver a ver en ellas berlinas de calidad a excepción de destellos como el DS de 1955.
Así las cosas, resulta evidente el contraste entre una época más propicia a las variantes recreacionales y otra más enfocada al gran automovilismo masivo tan bien ejecutado por Renault. Llegados a este punto, resulta interesante pararse a analizar las versiones cabriolet previas a la Segunda Guerra Mundial. En este sentido, las más llamativas en el aspecto técnico son las Eclipse de Peugeot. Lanzadas a partir de 1935 sobre bases 401, 402 y 601 éstas son el antecedente más claro de los actuales coupé-cabriolet. Es decir, los descapotables de techo rígido desmontable mediante la acción de unos pequeños motores eléctricos.
No obstante, en el caso de Citroën también hallamos ejemplos interesantes como la versión a cielo abierto del Traction Avant. Adaptada a una carrocería de dos puertas en apertura suicida, es una de las variantes más escasas del popular modelo ya que su producción no continuó tras la Segunda Guerra Mundial. De hecho, no se volverá a ver un gran Citroën descapotable hasta las creaciones de Henri Chapron sobre los DS. Además, en el caso de este Traction Avant ofertado a subasta por Catawiki se suman más factores interesantes como su amplia documentación o la matrícula valenciana original. Eso sí, siempre y cuando el aficionado que lo adquiera tenga gusto por las restauraciones a fondo.
TRACTION AVANT, LA LLEGADA DE UN MODELO REVOLUCIONARIO
Usar alegremente un término cargado de significado puede hacer que éste finalmente quede relegado a ser un significante hueco. Es decir, un término manido y vacío de contenido ya que si todo es “revolucionario” nada lo puede ser en verdad. Sin embargo, en el caso del Traction Avant de 1934 podemos usar esta rotunda palabra sin miedo. Al fin y al cabo, su mezcla de carrocería autoportante, tracción delantera, suspensiones delanteras independientes con barras de torsión, tratamientos anticorrosivos y frenos hidráulicos supuso uno de los mayores saltos adelante en el ámbito de la producción en serie.
Tanto así que el propio André Citroën alardeó jactancioso de ello. Sabedor de haber creado un coche tan adelantado a su tiempo que logró estar en el mercado hasta 1957. Además, aunque sus líneas evidentemente previas a la aparición de las carrocerías Pontón rezuman Años Treinta por todos los costados, su diseño firmado por Flaminio Bertoni aguantó asombrosamente bien el paso del tiempo. No en vano, este diseñador fue un nombre básico para Citroën al ultimar también las formas del 2CV y el DS.
Respecto a los motores fueron cuatro los más reseñables. Estos contaron con una disposición de cuatro cilindros en línea y cubicajes que iban desde los 1.3 hasta los 1.9 litros para rendir potencias fluctuantes entre los 32CV y 46CV. Además, existió una versión con seis cilindros en línea y casi tres litros de cilindrada para entregar 77CV. Una gama que casi se completó con el V8 de 3.8 litros sólo contemplado en fase experimental. Todo ello creado a partir de cero, con un esfuerzo tan grande para la marca que el diseño del Traction Avant estuvo detrás de su necesaria compra por parte de Michelin.
UN DESCAPOTABLE QUE PIDE SER RESTAURADO
Siguiendo la estela de las adaptaciones cabriolet creadas por Peugeot para sus berlinas, en Citroën también apareció una variante a cielo abierto del Traction Avant. Un vehículo perfecto para disfrutar de plácidos viajes bajo el buen tiempo. Más aún si tenemos en cuenta que esta unidad ofertada por Catawiki hasta finales de esta semana es de la serie 11B. Rindiendo 44CV con su motor de 1.9 litros. Cifras más que suficientes para un automóvil turismo de gama media-alta en los años treinta.
En el caso de este Traction Avant existe una importante laguna respecto a su historia entre 1938 -año de fabricación- y 1944 -momento en el que se matricula en Valencia-. Dados los acontecimientos bélicos producidos en España y Francia durante aquel lapso de tiempo no cabe duda de que tuvo que ser interesante. Aunque su historia documental comienza al ser matriculado aquí. A partir de ello -y a pesar del estado en el que se encuentra- su historia se encuentra perfectamente detallada. Teniendo incluso la documentación española en vigor según indica la casa de subastas.
Respecto a su estado, está claro que este Traction Avant Cabriolet es todo un reto para restauradores. No obstante, el lote conserva la mayor parte de las piezas mecánicas más importantes. Un detalle importante aunque, en verdad, lo más interesante del mismo no deja de ser su carrocería autoportante marcada con el número de chasis 139079. Veremos qué pasa en la subasta de este fin de semana. Sin embargo, teniendo en cuenta el interés casi siempre levantado por las variantes más escasas sobre modelos Citroën seguramente todo acabe en una interesante y laboriosa restauración. Igual que con el 2CV Barchetta recientemente subastado por Aguttes.
Fotografías: Catawiki