Para los aficionados al fabricante francés, la colección Renault en Flins es prácticamente la cueva del tesoro. Allí se guardan más de 650 coches que han formado y forman parte de la historia de la marca, aunque los que están expuestos no llegan a un centenar. Estos están dispuestos en un pasillo en U, con los modelos en orden cronológico ascendente. Es decir, primero encontraremos los Renault más antiguos y después los más modernos.
Al final del todo se sitúan los automóviles de carreras, entre ellos cazarrécords, coches de rallies, turismos y, por supuesto, algunos de los monoplazas de Fórmula 1. Aquí veremos no sólo coches de Renault como el RS01 o el R25 de Alonso, sino el Williams FW15 de Prost o el Benetton B195 de Schumacher. La vista se nos va también irremisiblemente al cazarrécords aerodinámico Étoile Filante.
COMO EN SUS MEJORES TIEMPOS
Por supuesto, y como no podía ser de otra forma, todos y cada uno de los modelos expuestos en la colección Renault en Flins se encuentran en perfecto estado de conservación. Y es que aquí también se encuentra el taller de restauración, es decir, que allí mismo se mantienen y reparan los modelos de la colección y las nuevas adquisiciones.
Es una pena que sólo se pueda acceder a la colección por invitación. Es decir, no está abierta al público y no es posible visitarla como un museo al uso. Algo similar sucede con la Nave A-122 de SEAT. Al menos, gracias a estas fotografías de Renault Classic, obra de Yannick Brossard, podremos hacer un repaso por la historia de la marca del rombo y conocer los coches que atesora en Flins.