Hablar de apodos de coches es trasladarnos a una época en la que cada coche era diferente del de al lado. Además, se arriesgaba más con los diseños, lo que producía automóviles con personalidad propia, aunque, en ocasiones, condujera a sonoros fracasos. A esto hay que sumarle que la guasa es uno de los deportes nacionales, acompañado de la envidia en muchas ocasiones. Dado que el automóvil ha sido en muchas ocasiones símbolo de estatus -para bien o para mal-, tenemos el caldo de cultivo ideal para que proliferen todo tipo de motes y apodos.
Algunos referentes a características de la carrocería como el “Ojos de rana” o el “Bocanegra”, otros claramente ridiculizando a los dueños como “El Castillo” o el “Matapijos”. Además, no imperaba la corrección política actual, en la que sería imposible llamar a un coche “Culo gordo” o “La Loca”. No digamos ya “La vagina”…
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Esto de poner apodos a los coches no es fenómeno exclusivo de España, por supuesto. Fuera de nuestro país encontramos motes como “Alas de gaviota”, que incluso la propia Mercedes-Benz usa en ocasiones. Eso por no hablar del “Beetle”, que acabó convirtiéndose en el nombre de la recreación moderna del icónico Tipo 1, al que ni la propia Volkswagen llama así. Tiene un sobrenombre diferente casi en cada país del mundo, ahí es nada.
Aquí en España el automóvil que más apodos tiene es, como no podía ser de otra manera, el SEAT 600. Desde “Pelotilla” a “Seílla”, aunque el que hemos seleccionado en nuestro listado el más trabajado de todos. Por cierto, que en ocasiones los motes servían para distinguir las distintas generaciones de un automóvil, como el “mira bragas” en el propio 600. Se refería al sistema de apertura de las puertas a contramarcha de los N y D. Sin más, os dejamos con nuestro listado con los mejores apodos de coches.
Fotografías: Newspress y marcas.