Miguel Sánchez
Desde mediados de los años ochenta y hasta la irrupción de los SUV, el segmento de los monovolúmenes gozó de una buena salud comercial. No en vano, estos modelos representaron la opción perfecta para multitud de familias. Necesitadas de un vehículo amplio sin renunciar por ello a la comodidad y el estilo inherentes al habitáculo de una berlina. Además, el carácter modular de sus asientos hacía de su interior un espacio versátil y adaptable.
Así las cosas, aunque asignar fenómenos globales a firmas individuales pueda llevarnos a errores de perspectiva, lo cierto es que Lee Iacocca tuvo mucho que decir en el nacimiento de aquel segmento. Curtido en los despachos de la industria estadounidense, de su visión nacieron éxitos de ventas tan sobresalientes como el Ford Mustang o la Plymouth Voyager. Esta última, imprescindible a la hora de entender el nacimiento de la síntesis entre berlina y furgoneta a la que llamamos monovolumen.
Es más, aquel concepto fue tan acertado que, al poco, se vio replicado en Europa por la Renault Espace. Todo ello gracias a la intervención de la siempre innovadora Matra. No obstante, lo cierto es que la Voyager no salió de la nada. De hecho, aunque fueron muy discretos aquel monovolumen tuvo precedentes en los que Lee Iacocca pudo inspirarse claramente. Y sí, éstas tienen que ver con Italia y, claro está, Giorgetto Giugiaro.
Pero vayamos por partes. De esta manera, lo mejor será situarnos en Nueva York a mediados de los años setenta. Aquejada por el creciente caos circulatorio, en esta gran ciudad se visualizaban los mismos problemas de tráfico dados a lo largo y ancho de un mundo cada vez más y más urbano. Además, la reciente Crisis del Petróleo al fin había dado a la industria una conciencia clara sobre su endeble dependencia respecto a los hidrocarburos.
Con todo ello, aquel parecía ser el tiempo perfecto de cara a desarrollar vehículos más compactos y eficientes. Algo que, de hecho, ya se venía haciendo en Japón desde los tiempos en los que los llamados Kei Car monopolizaron el parque móvil de la posguerra. En suma, un contexto perfecto para los fabricantes japoneses y europeos. Responsables de entrar al mercado estadounidense con sus opciones relativas a los segmentos B y C.
ALFA ROMEO TAXI, UN DISEÑO DE ITALDESIGN
Aunque Estados Unidos suele aparecer como la referencia en liberalización económica, lo cierto es que esto ha de ser seriamente matizado. Para empezar, sus políticas proteccionistas siempre han cerrado el mercado local a golpe de arancel. De hecho, en este sentido no hay mejor ejemplo que el trato logrado por Harley-Davidson bajo la administración de Ronald Reagan. Aumentando los impuestos a las motocicletas foráneas que pudieran hacerle frente. Y es que, mientras su gobierno predicaba el estado mínimo, en materia de políticas arancelarias protegía a los fabricantes locales frente a los productos presentados por los japoneses.
Dicho sea de paso, con una relación calidad/precio muy por encima de la presentada por el histórico fabricante estadounidense durante aquellos años. Además, a pesar de contar en su mundo académico con grupúsculos tan controvertidos como el de los Chicago Boys, la administración federal siempre ha procurado mantener una cierta cordura a través de su sector público.
Gracias a ello, incluso en los años setenta ésta patrocinaba la investigación en nuevas tecnologías financiando todo tipo de iniciativas. Así las cosas, desde la creación de modelos eléctricos experimentales hasta el replanteamiento de la movilidad urbana, el gobierno de los Estados Unidos apoyó la cooperación público-privada a fin de alumbrar los nuevos tiempos. Es más, este espíritu llegó a todo tipo de enclaves e instituciones.
Una de ellas fue el Museo de Arte Moderno de Nueva York, MOMA. El cual presentó en 1976 una muestra relativa al futuro del taxi en las grandes ciudades. Atraídos por ella, desde Volkswagen hasta Volvo enviaron sus propuestas. Siempre caracterizadas por el diseño compacto y el aumento de la eficiencia energética. Características enfocadas a la creciente congestión de las cada vez más atestadas y contaminadas megalópolis. Es más, Volkswagen dotó a su propuesta con una interesante y visionaria mecánica híbrida.
Además, la innovadora Italdesign -especialmente dada a la experimentación desde su propia edad fundacional- acudió a la muestra del MOMA con un prototipo muy especial. Conocido como Alfa Romeo Taxi, éste se creó usando como base una furgoneta F12 equipada con motor de cuatro cilindros. Sobre ello, Giorgetto Giugiaro creó lo que, al tiempo, se ha visto con justicia como uno de los procedentes más evidentes para el mundo de los monovolúmenes y las minivan.
De hecho, en sus tan sólo cuatro metros de largo el Alfa Romeo Taxi de Italdesign era capaz de albergar hasta cinco pasajeros junto al conductor. Todo ello bajo una amplísima superficie acristalada. La cual daba una gran amplitud a un habitáculo al que se accedía por puertas correderas. Las cuales, incluso, daban espacio para la aparición de una rampa retráctil destinada a las sillas de ruedas. En suma, posiblemente uno de los mejores interiores en toda la historia de la firma italiana.
Todo ello en 1976, planteando con años de adelanto innovaciones que al tiempo serían aplicadas a los monovolúmenes de los años ochenta o los autobuses públicos del siglo XXI. De esta manera, aunque hoy en día siga siendo una propuesta casi desconocida, el Alfa Romeo Taxi de Italdesign bien podría ser calificado como una de las creaciones más interesantes en la biografía de Giorgetto Giugiaro. No en vano, en ella hizo gala de una plena conciencia sobre la problemática urbana, resolviéndola con una polivalencia y funcionalidad realmente asombrosas.
De hecho, tan sólo dos años más tarde muchas de aquellas ideas fueron rescatadas para el Lancia Megagamma. Un modelo realmente interesante a pesar de no haber llegado a gran serie finalmente. Responsable de marcar el camino a los monovolúmenes compactos fabricados en Japón ya en los años ochenta. Y es que, como en otros tantos casos dados durante el siglo XX, allá donde había novedades de diseño solía estar Lancia de una manera u otra.
Fotografías: Italdesign / FCA Heritage
