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Aire acondicionado portátil, una alternativa económica

Ofertado por primera vez como opción por Packard, el aire acondicionado empezó también con alternativas portátiles realmente curiosas.

Allá por los años cincuenta, el carrocero Pedro Serra quedó prendado de una nuevo sistema de refrigeración para la climatización de los habitáculos. Es más, rápidamente urdió planes empresariales de cara a ser su instalador y agente comercial en España.

Sin embargo, todo aquello quedó en nada debido a la situación del mercado local. Aún con poca capacidad de gasto y, especialmente, lleno de automóviles con motores precarios. Incapaces de aguantar la marcha -especialmente en subida- si al mismo tiempo tenían que estar alimentando a aquel primitivo aire acondicionado.

Y es que, al fin y al cabo, aquella tecnología había nacido en los Estados Unidos. Protagonistas de una boyante ampliación del consumo al tiempo que la industria de Detroit no dudaba en equipar a sus creaciones con motores de generosas cilindradas. Así las cosas, el aire acondicionado tuvo que esperar un poco más antes de ser una opción recurrente en las gamas mayoritarias. De hecho, incluso en el mercado estadounidense éste no llegó a estar presente en la mitad de los automóviles a estrenar hasta finales de los años sesenta.

Ahora, ¿cuándo se produjeron sus inicios? Bueno, rastreando entre patentes registradas al otro lado del Atlántico podemos ver cómo los primeros automóviles con aire acondicionado ya estaba circulando allá por los años treinta. Eso sí, hablamos de modelos experimentales. Simples accesorios a modo de ensayo fabricados en tirada corta por empresas muy pequeñas. No obstante, todo aquello fue atrayendo la atención de los fabricantes. Especialmente interesados en poder montar este elemento como opción al menos en sus gamas más exclusivas.

Llegados a este punto, la primera marca estadounidense en ofrecerlo como opción fue Packard. De esta manera, en su catálogo de opciones se ofertó desde 1940 un sistema provisto por Bishop & Babcock con un coste de unos 300 dólares según la versión. Curiosamente, lejos de instalarse en el salpicadero sus salidas de aire se encontraban justo debajo de la luneta trasera. Una disposición que, además de ocupar espacio destinado al maletero, acababa enfriando seriamente los cogotes de los pasajeros.

Así las cosas, a mediados de la década siguiente General Motors logró instalar todos los elementos necesarios para el funcionamiento del aire acondicionado dentro del vano motor. Gracias a ello las salidas del mismo ya podían ser frontales. Y, por tanto, se asentaba el modelo utilizado hasta el momento presente. No obstante, aquí seguían repitiéndose algunos de los problemas más severos de entre todos los mostrados por el sistema ofertado por Packard. Especialmente la reutilización del aire. El cual podía acabar seriamente viciado e irrespirable en muy poco tiempo.

AIRE ACONDICIONADO PORTÁTIL, UNA ALTERNATIVA ECONÓMICA

Más allá de los inconvenientes de diseño anteriormente señalados, aquellos primeros aires acondicionados para el automóvil contaban con el problema de ser realmente caros. Debido a ello, a pesar de las ventajas de un elemento así en climas calurosos -lo cual era un poderoso incentivo para la industria estadounidense- esta nueva idea no llegaba a ser masiva. En este contexto, y al igual que en los años treinta, aparecieron diversas empresas responsables de vender aquellos aires acondicionados en forma de elementos desmontables y, además, a bajo precio.

Eso sí, obviamente su instalación sería como mínimo polémica en la actualidad. No en vano, estos kit se basaban en un enorme cilindro colgado por fuera del habitáculo. Justo encima de alguna de las puertas. Por lo demás, el mecanismo era sencillo. Basándose en usar el agua para que el aire que había pasado por el conducto entrase algo más tibio al interior del habitáculo. Algo interesante, pues como estamos viendo aún no se utilizaban líquidos refrigerantes especiales. Y es que, al fin y al cabo, el aire acondicionado aún estaba en una fase tan inicial que sólo algunos modelos de gama alta -junto a los conductores dispuestos a instalar estos cilindros- lo llevaban en su día a día.

Imágenes: Bring a Trailer / Oficina de patentes USA / Material publicitario

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Escrito por Miguel Sánchez

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