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Pinchazo en Pegaso, de pujas desiertas y cotizaciones a la baja

En los últimos años las cotizaciones del Pegaso Z-102 están viviendo un proceso a la baja. Hecho éste que, además, incluye diversas pujas desiertas a pesar de contar con previsiones optimistas. ¿Se ha pinchado la burbuja de precios?

Como cualquier otro sector sujeto a las leyes del mercado, el de los vehículos históricos también registra tendencias y operaciones de toda índole. De hecho, comprar y vender con ojo inversor se ha convertido en una de las cuestiones más polémicas en este ámbito, haciendo que no pocos automóviles realmente reseñables caigan en manos de grandes especuladores cual si fueran acciones bursátiles. Así las cosas, las cotizaciones desorbitadas propias de la gama alta acaban generando un efecto alcista también en las capas populares.

Hecho éste muy visible si, por ejemplo, analizamos la evolución del mercado relativa al Supercinco GT Turbo. Un modelo que, mientras hace años podía encontrarse por precios realmente accesibles, hacia el año 2020 acabó desplegando ofertas imposibles de ser tomadas en serio. Sin embargo, el sistema económico basado en la oferta y la demanda parece ser muy dado a las chanzas de calibre pesado. Una especie de “gran broma final” por la que, a pesar de todo, las burbujas económicas existen tanto en lo automovilístico como en lo inmobiliario o alimenticio.

A comienzos de este año la subasta de esta unidad experimental usada por la fábrica quedó desierta. Fotografía: RM Sotheby’s

Dicho esto, a algunos les podría resonar con ahínco aquella canción en la que Carlos Puebla cantaba “se acabó la diversión, llegó el Comandante y mandó a parar”. No obstante, ya que el siglo XX demostró cómo levantar muros de hormigón en Berlín no resulta eficiente en absoluto, quizás lo mejor sea armarse de paciencia esperando a que ciertas burbujas especulativas acaben pinchando por sí mismas. Algo que, con los datos en la mano, es lo que parece haber pasado en relación al mercado de los Pegaso Z-102.

Tras una meticulosa restauración realizada hace unos pocos años, este Pegaso salió a subasta en 2017 sin ser adjudicado. Ahora se encuentra a la venta en Cars International. Fotografía: Cars International

Para empezar, lo mejor será remontarnos hasta unos treinta años atrás. Una época en la que este modelo se movía en unas cotizaciones, realmente, muy por debajo de lo que se pudiera esperar en un vehículo tan significativo y concreto para los coleccionistas más entendidos. No en vano, algunas transacciones se cerraron sin superar los 150.000 euros. Sin embargo, a partir de aquí las cifras fueron creciendo exponencialmente hasta estimarse 1.750.000 dólares en 2013 por un Z-102 Cabriolet Saoutchik.

Subasta en la que éste quedó sin adjudicar aunque, durante aquel mismo año, una Berlinetta Saoutchik de 1954 fue adjudicada en los Estados Unidos por 797.000 $ y, a los pocos meses, en Peeble Beach se vio cómo al fin un Pegaso rozaba la barrera psicológica del millón de dólares quedándose a tan sólo 10.000 $ de dicha cifra. Ahora, a partir de aquí no sólo empezamos a ver una evidente reducción en el precio bajo el cual caía la maza en las subastas sino, especialmente, una preocupante cantidad de pujas desiertas.

En este sentido, el primer pinchazo se dio en el Amelia Island del 2017, seguido de una preciosa Berlinetta Touring sin adjudicar en el Villa Erba del 2019 e, incluso, el sinsabor experimentado por la interesante unidad de 1952 ofrecida a comienzos de este año por RM Sotheby’s. Carrozada por la ENASA y reconocible por el abultamiento de su capó como una de las usadas en la fábrica para sus experimentos con la sobrealimentación.

Además, este pasado mes de agosto la unidad adquirida originalmente por Juan Jover -transformada a Spider por Pedro Serra a finales de los años sesenta- tampoco tuvo suerte. Esta vez en las subastas de RM Sotheby’s en Peeble Beach, donde partía con una descarada aspiración marcada entre el millón y el millón y medio de dólares. Una situación a reflexionar y que, a la postre, parece indicar cómo la tendencia alcista experimentada por el deportivo español -llegando a doblar sus precios durante la primera década del presente siglo- se ha quebrado definitivamente.

Último Z-102 en salir a subasta. Con la puja desierta. Fotografía: RM Sotheby’s

Sea como fuese, lo cierto es que este último Z-102 seguirá por ahora en suelo español ya que, al fin y al cabo, pertenece a una conocida familia madrileña relacionada con la restauración y compra-venta de vehículos. De todos modos, sobre cómo salen constantemente de nuestro país unidades históricamente reseñables hablaremos otro día. Aunque, a decir verdad, si usted sigue con regularidad a esta cabecera ya le sonará el fenómeno por casos recientes como el del Peugeot 504 Break Riviera -llevado seguramente a Holanda durante la pandemia- o el Mercedes-Benz 630K subastado en Londres tras llevar décadas custodiado en Soria. Libre mercado; para bien o para mal.

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Escrito por Miguel Sánchez

A través de las noticias de La Escudería, viajaremos por las sinuosas carreteras de Maranello escuchando el rugido de los V12 italianos; recorreremos la Ruta66 en busca de la potencia de los grandes motores americanos; nos perderemos por las estrechas sendas inglesas rastreando la elegancia de sus deportivos; apuraremos la frenada en las curvas del Rally de Montecarlo e, incluso, nos llenaremos de polvo en algún garaje rescatando joyas perdidas.

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