En una Europa desolada tras la II Guerra Mundial proliferaron los pequeños microcoches como la solución más económica para transportar a la clase media y para mantener a flote muchas empresas que no podían permitirse desarrollar ni comercializar automóviles más convencionales y de mayor categoría.
Alemania, que se vio en la peor situación de todos los países tras el conflicto por los incesantes bombardeos fue uno de los lugares en los que más coches de esta clase se fabricaron. BMW, que acostumbraba a construir exclusivos automóviles deportivos también se vio obligado a producir su propio microcoche.
1955: BMW FABRICA EL ISETTA
Sorprendente BMW no desarrolló su propio microcoche, sino que fabricó uno bajo licencia. En 1953 los italianos de Iso presentaron el pequeño Isetta, cuya producción pronto se llevó a otros países de Europa, como los VELAM franceses, o Borgward Iso Española en España.
BMW logró adquirir también la licencia y las herramientas necesarias para fabricar el Isetta, convirtiéndose este coche en el primer modelo nuevo presentado por la marca tras el final de la guerra.
Su precio, que era un 30% menor al del popular Volkswagen Escarabajo, hizo que el BMW Isetta se convirtiese en un verdadero éxito de ventas que la marca tanto necesitaba, con más de 160.000 coches fabricados en Alemania, y otros 30.000 en Reino Unido fabricados allí bajo licencia.
Los Isetta de BMW no empleó los motores de dos cilindros y dos tiempos de origen italiano, empleando en su lugar mecánicas monocilíndricas de 250 y 300 centímetros cúbicos, según la versión.
1957: LLEGA EL 600 DE BMW
El mismo año en el que aparece el popular SEAT 600 en España, BMW introduce un coche homónimo, esta vez fuera del umbral de Iso, aunque el coche estaba claramente basado en el Isetta, con prácticamente la mitad delantera del coche heredando los mismos componentes de éste. Se mantenían características como la icónica puerta frontal.
Este coche supuso la evolución técnica y comercial de los Isetta 250 y 300, pero a diferencia de estos, no fue un éxito de ventas. El BMW 600 seguía teniendo un diseñor muy peculiar, pero se asemejaba más a un automóvil, tanto en apariencia como en prestaciones, su precio también era muy parecido al de otros coches, siendo ligeramente más barato que un Volkswagen Escarabajo.
El 600 contaba con cuatro plazas, accediendo al asiento trasero a través de una puerta situada en el lateral derecho. El nuevo chasis presentaba una nueva suspensión trasera semi independiente, siendo la primera vez que BMW empleaba esta tecnología en sus coches.
El coche era más lujoso y cómodo que el Isetta, con especiales elogios a la caja de cambios por parte de la prensa del motor del momento, con la palanca de cambios ahora situada en el centro del suelo del vehículo, y no en el lateral izquierdo como ocurría en el microcoche.
La mecánica del 600 se montó en la parte trasera del coche, y era procedente de la motocicleta BMW R67, un motor de dos cilindros y tipo bóxer de 582 centímetros cúbicos y 19,5 CV de potencia, lo que permitía al vehículo de 565 kilos alcanzar los 102 kilómetros hora.
Pero todas estas mejoras no consiguieron cautivar al público, que por un desembolso económico ligeramente mayor podía comprar un Volkswagen Escarabajo, que contaba con unas prestaciones y características mejores a las del BMW, por esta razón se vendieron solamente 34.813 unidades del 600 hasta finales de 1959.
Como curiosidades algunas unidades del BMW 600 se exportaron a Estados Unidos, y tras el cese de producción en 1959, una marca argentina llamada De Carlo fabricó 1.413 unidades de este coche en dicho país hasta 1961.
Sin embargo, este coche de poco éxito comercial sentó las bases para un automóvil que salvaría a BMW de una situación económica que estuvo a punto de hacerla integrarse dentro de Mercedes-Benz.
Basado en los principios mecánicos del 600, BMW encargó a Giovanni Michelotti un atractivo coche de dos puertas que se convertiría en un auténtico éxito de ventas y que sería el último coche económico de la firma alemana, este fue el BMW 700.
Por lo que, aunque el BMW 600 es uno de los coches más desconocidos y más raros de la historia de la marca, puso un granito de arena esencial para la supervivencia de esta firma.
Fotografías: BMW