Directiva de Saab. Trollhättan, Suecia. Finales de 1996.
Para cualquier empresa, celebrar sus primeros sesenta años es algo digno de atención. Más aún si cuentas con una identidad corporativa tan reconocible como la de Saab. Fundada en 1937 como una fábrica enfocada a la producción de aviones militares, tras la II Guerra Mundial ésta volcó su saber hacer en el diseño de automóviles turismo. Sin duda, una actividad mucho más lucrativa que la bélica en tiempos de paz y expansión del consumo. Todo ello, en contexto, gracias a las políticas redistributivas del estado del bienestar.
Así las cosas, los primeros prototipos de la casa sueca parecían aviones puestos en el suelo. De hecho, incluso mostraban un evidente parecido con el siniestro y cautivador Horden Ho 229 V3. Aquel cazabombardero nazi que, afortunadamente, llego demasiado tarde al campo de juego. Además, los primeros Saab de serie supieron destacar no sólo por su aerodinámica, sino también por su seguridad y resistencia. Características que, sobre las pistas de rallyes, hacían de ellos unas máquinas de competición realmente efectivas.
En fin, no estaba nada mal para una empresa que, sin experiencia previa en la automoción, había reutilizado a sus antiguos ingenieros aeronáuticos para los nuevos mercados abiertos en tiempo de paz. Sin duda, una historia de la cual sentirse orgulloso, más aún cuando décadas después tampoco se había llegado con retraso a innovaciones tan trascendentales como la aplicación masiva del turbocompresor. Ahora, ¿cómo festejar aquellos sesenta años?
Per Ekstrom. Afueras de Oslo, Noruega. Comienzo de los años 90.
Enfocado en la reparación y preparación de modelos Saab, Per Ekstrom regentaba un pequeño taller de carrocerías donde se dan cita una gran cantidad de aficionados a la casa sueca. De hecho, entre éstos fue ganando prestigio gracias a trabajos como el ejecutado sobre un 99 de 1975.
Ensanchado, rebajado y lleno de aditamentos aerodinámicos a fin de presentar un aspecto realmente fiero. Tanto así que, finales de 1992, éste fue consagrado como el “mejor Saab de todos los tiempos” por un grupo de enardecidos entusiastas reunidos ante las puertas de la fábrica en Trollhättan. Tras esto, se podría decir que si bien Alfa Romeo tenía a Zagato para sus ediciones exclusivas en serie corta, Saab contaba con las manos de aquel pequeño artesano noruego.
Per Ekstrom y directiva de Saab. Trollhättan, Suecia. Semanas previas al sesenta aniversario de Saab.
1997 aparecía como un año esperanzador para Saab gracias al lanzamiento del 9-5. Pensado para competir contra las berlinas alemanas del segmento E, éste dejaba atrás al histórico 9000 presentado allá por 1984. Además, en la gama de motores había mecánicas basadas en patentes de Fiat e Isuzu. Una serie de colaboraciones que, lejos de empequeñecer el amor propio en la marca, la seguían posicionando en el mercado estadounidense.
Desde años atrás, un destino esencial para sus cuentas como también le ocurría a Volvo. Y es que, no en vano, más allá del Atlántico un escueto -pero fiel- grupo de compradores veía a estas marcas como el no va más en materia de diferenciación mediante el uso de la tecnología y la seguridad. No obstante, a fin de contentar a su legión de aficionados Saab veía con buenos ojos el lanzamiento de un diseño especial con el cual celebrar sus seis décadas de historia.
Y vaya, aunque se podría haber hecho algo en la propia fábrica con visos de llegar a los concesionarios, lo cierto es que en Trollhättan no estaban muy por la labor. Algo comprensible pues al 9-5 había que sumar la presentación del 9-3 tan sólo unos meses después. Asimismo, en 1989 General Motors había adquirido la mitad de las acciones; por lo que no era tiempo de alardes en diseño sino de sobrios planes de empresa. Con todo ello, ¿qué mejor que delegar en Per Ekstrom la celebración de aquella efeméride?
Per Ekstrom. Afueras de Oslo, Noruega. Primeros meses de 1997
Con la bendición y apoyo de la propia Saab, Per Ekstrom comenzaba a trabajar en la elaboración de un ejercicio de diseño sobre la base del 900. Es más, éste llegaría a ser su mejor trabajo al celebrar, de una manera bastante acertada, el espíritu deportivo y aerodinámico exhibido por la casa sueca desde sus primeros tiempos. Además, en cierta medida ya había allanado el camino gracias a su reciente Saab CX; un 900 MKII con aspecto musculoso aunque escasamente alterado en lo relativo a sus volúmenes y paneles.
A partir de aquí, el que acabaría siendo llamado EX debía de trascender todo lo que ya se había hecho en el taller de Per Ekstrom. Debido a ello, y a través de casi 4.000 horas de trabajo, a la unidad donante del 9000 CC primero se le recortó la distancia entre ejes. Un trabajo al que se añadió la rebaja del techo obligando a un completo rediseño de la zaga.
Por cierto, en lo referido a la altura, una intervención muy similar a la ejecutada en el Lancia Aurelia B20 GT preparado para la Carrera Panamericana de 1951. Asimismo, bajo el capó se instaló un motor de 2.3 litros con turbocompresor ajustado en algo más de 220 CV. En suma, un trabajo artesanal aprobado por Saab y mostrado de forma orgullosa en las puertas de su factoría durante el festejo del sesenta aniversario.
Personal de Bonhams. Subasta The Zoute Sale. Knokke-Heist, Bélgica. 8 de octubre de 2023.
Tras casi tres décadas, el Saab EX prototipo empieza a salir de los círculos relacionados con los coleccionistas de Saab. En este sentido, su perfecto estado de conservación lo ha puesto en el punto de mira de la prestigiosa casa de subastas Bonhams.
Todo ello para sacarlo a la venta en un acto donde también se presentarán algunos modelos de altura como un Bugatti Type 37 Grand Prix, un Mercedes 300 SL Roadster o incluso un Ferrari 250 GT Berlinetta “Tour de France” al cual se espera adjudicar por un mínimo de cinco millones de euros.
Pero tranquilos, en lo relativo a este Saab aún sigue reinando una cierta mesura por lo que su venta -de producirse- se espera entre los 60.000 y los 90.000 euros. Bastante por un vehículo con una mecánica producida en masa pero, al mismo tiempo, razonable si tenemos en cuenta cómo este puede llegar a ser una de las rarezas más seductoras en toda la historia de la marca sueca.
Imágenes de Bonhams.