A pesar de las limitaciones obvias para la España del momento y mucho antes de la llegada del SEAT Córdoba WRC, la marca mostró un interés evidente por la competición coincidiendo con el cumplir sus dos primeras décadas.
De esta manera, llegados los años setenta -época en la cual la empresa estatal ya había satisfecho sus deberes al haber sido clave en la motorización masiva del país- al fin creó un equipo oficial para el mundo de los rallyes. Eso sí, más por el impulso de Juan José Pérez de Vargas -uno de los hombres fuertes de la marca en Madrid- que por decisión propia de la dirección en Barcelona.
Fruto de ello fue SEAT Competición tras haber creado, a finales de 1971, el departamento de coches especiales en la planta de Zona Franca. A partir de ello, esta escuadra consiguió ser dominante en el panorama español desde su fundación hasta su fin en 1979.
Dotados con sus 124 D Especial y 1430-1800, pilotos como Salvador Cañellas, Antonio Zanini o Jorge Babler definieron lo ocurrido en el Campeonato de España de Rallyes poniendo a la marca en lo más alto del podio durante siete temporadas consecutivas.
Además, también lograron ciertos momentos estelares en el extranjero; como lo ocurrido en el Montecarlo de 1977 al ganar el Trofeo de Marcas. Todo ello, dicho sea de paso, combinado con la celebración de la Fórmula 1430. Una excelente cantera de pilotos en forma de copa monomarca disputada sobre unos pequeños monoplazas basados en la mecánica del popular tres volúmenes.
En fin, un magma, un cimiento, sobre el cual la marca española fue consolidando su gusto por las carreras; el cual, ya en los años noventa, volvería a la luz con una fuerza renovada gracias al apoyo tecnológico de Volkswagen.
Asimismo, tras experimentos erráticos como el del Toledo Marathon SEAT logró encauzar con éxitos sus posibilidades en los tramos de tierra gracias al Ibiza Kit Car. Sin duda su diseño de carreras más exitoso, llegando a ser campeón absoluto desde 1996 hasta 1998 en la Copa del Mundo FIA 2 Litros.
Una suerte de escalón previo al WRC donde, con un presupuesto relativamente ajustado, se podían lograr grandes éxitos sin necesidad de un desarrollo tecnológico al más alto nivel. Con todo ello, al fin SEAT parecía estar en condiciones de ir un paso más allá. Algo que hizo con el Córdoba WRC del cual se cumplen ahora 25 años.
SEAT CÓRDOBA WRC, SUBIR DE NIVEL
Gracias a los triunfos cosechados por el Ibiza Kit Car, en SEAT decidieron ir más lejos para competir en lo más alto poniendo así sus miras en el Mundial de Rallyes WRC. Algo a priori muy alejado para un fabricante como SEAT pero que, con el cambio de normativa establecido en 1997, se tornaba como algo realista. Y es que, no en vano, éste daba posibilidades a una amplia gama de equipos gracias a redactar unas especificaciones consecuentes para con la fabricación de un modelo a partir del de serie.
Llegados a este contexto, se tomó como punto de referencia la carrocería del Córdoba para cumplir así con la extensión requerida por las homologaciones. Bajo la misma, la mecánica del SX 2.0 16 válvulas fue transformada en un conjunto capaz de rendir 300 CV a 5.300 revoluciones por minuto.
Todo ello con un par máximo de 470,7 Nm transmitido al suelo a través de un sistema con tracción total y caja de cambios con seis velocidades. A partir de aquí el llamado SEAT Córdoba WRC hilvanó tres temporadas desde su presentación en 1998 hasta acabar su vida en carreras ya en el 2000.
Un tiempo en el que cosechó buenas actuaciones en pruebas tan duras como el Rally Safari, logrando estar por momentos entre los diseños más punteros del momento. Es más, durante la temporada de 1999 -tras haber sido testado en vivo durante varias pruebas del año anterior- logró la sexta plaza en dicho rallye; misma posición que, por cierto, lograba en el Montecarlo. Además, en el año 2000 logró podio en el rallye africano con Didier Auriol al volante. El mayor éxito del Córdoba WRC, codeándose con los Peugeot y Subaru en una prueba donde la fiabilidad resulta esencial.
Respecto a la producción, de este diseño se llegaron a realizar hasta 20 unidades contando las diferentes evoluciones del mismo. Algo que ahora conmemora SEAT Históricos; no sólo custodiando la conservación de este legado sino también recordándolo con las fantásticas fotografías con las cuales acompañamos este texto. Disfruten.