El Peugeot 205 es sin duda un modelo clave en la historia de la marca francesa. Su éxito comercial y en competición cambió la historia de la firma del león para siempre. En su versión de calle, contó con carrocerías de 3 y 5 puertas, descapotable y furgoneta, aunque en esta ocasión vamos a tratar de una variante que no llegó a la serie, el break. Y es que el llamado Peugeot 205 Verve es la versión familiar obra de Pininfarina que nunca llegó a venderse.
El diseño del 205 se hizo dentro de la propia Peugeot, aunque Pininfarina colaboró en parte. El carrocero transalpino pensó entonces que podría aprovechar y preparar una pequeña serie de una versión que la marca no había puesto a la venta. Un poco en el estilo de lo que hizo Heuliez con el Renault 5 de siete puertas. Cabe recordar que la colaboración entre Pininfarina y Peugeot venía de lejos, pues los italianos habían diseñado y producido las versiones descapotables y coupés de coches como el 404 y 504, por ejemplo. También fue responsable del diseño exterior del 505.
En este caso, la propuesta era menos sugerente, pues hablamos de una variante familiar, algo inédito en aquel momento en el segmento B. Y es que, en los 80, las rancheras no eran tan populares como en la actualidad, ni siquiera en el resto de Europa, ya no digamos en España.
EL PEUGEOT 205 FAMILIAR
Así llegamos a abril de 1984, cuando Pininfarina desvela al público un Peugeot 205 familiar denominado Verve. El modelo mantiene al completo la estética de serie y sólo cambia en su parte final, conservando el resto del coche inalterado. Esto nos dice que se trata de una propuesta seria, pensada para que pueda trasladarse a la serie. La parte final del techo sí cambia, por supuesto, ganando altura y prolongándose hacia atrás.
Lógicamente, cuenta con portón de apertura vertical para mejorar el acceso a un maletero que promete una buena capacidad dado el alargamiento que observamos en el voladizo trasero. También encontramos unos pilotos que conservan las formas del modelo de serie, pero con las diferentes luces distribuidas de otra forma. La superficie acristalada es enorme, lo que a buen seguro procura una luminosidad extra al habitáculo. También contribuye el interior tapizado en una mezcla de marrón y tejido a cuadros. En el lateral del techo luce la inscripción “Verve”, aunque en los bocetos de época ponía originalmente 205.
No cuenta con grandes alardes de diseño, lo cual nos lleva a insistir en la idea de que se planteo como una propuesta realista y no un mero ejercicio de estilo. Es más, resulta incluso un poco soso -que no feo-, algo habitual en las carrocerías familiares de la época. En la parte de chapa del portón sólo la inscripción “Peugeot 205”, sin más, con la apertura de este en la parte inferior.
UNIDAD ÚNICA
Lamentablemente, el Peugeot 205 familiar quedó como unidad única, pues la marca francesa no “compró” el proyecto a Pininfarina, ya que estaba a punto de lanzar el 309, que ya ofrecía un plus de maletero tomando como base el 205. Además, y pese a que pasó por diferentes salones, tampoco éste pareció desatar gran entusiasmo entre los posibles compradores, por lo que nunca más se supo de él.
De hecho, no hemos sido capaces de determinar qué del Verve, aunque es muy probable que la unidad ya no exista. Pininfarina sí sería responsable poco después del 205 descapotable, así que finalmente consiguió dejar su huella en la historia del utilitario francés. Aparecido en 1986, se ensamblaron más de 70.000 unidades del Cabriolet, una cifra extraordinaria para un vehículo de sus características.
Sí hubo, por cierto, un segundo intento de hacer un 205 ranchera. En este caso se trató de una versión denominada Nepala un poco más elaborada en lo referente al diseño. Fue diseñada por Benoît Contreau y fabricada en Lieja (Bélgica) por Jean Pirard a finales de los 80. Se trata de un ejemplar único que ha sobrevivido hasta nuestros días, como vemos en el siguiente vídeo.
En lo referente a Peugeot, habría que esperar al 206 SW de 2002 para encontrar una carrocería familiar en el segmento del 205.