Miguel Sánchez
La aparición del Renault Espace en 1984 es, sin duda, uno de los momentos clave en la historia de los vehículos familiares. No en vano, gracias a su habitáculo amplio, accesible y modular llegaba a Europa el concepto popularizado en Estados Unidos con Lee Iacocca al frente; un concepto por el cual las comodidades de una berlina se conjugaban con las proporciones de una furgoneta ofreciendo así un turismo capaz de albergar hasta siete personas fácilmente.
Algo que en cierta manera ya estaba ahí desde décadas atrás aunque, a decir verdad, no de una forma tan refinada en su interior al tiempo que efectiva en sus prestaciones. No obstante, dejando a un lado el trabajo de Iacocca en Chrysler -o todo lo realizado por Matra bajo encargo de Renault- en el nacimiento de los llamados monovolumen participaron otros muchos hitos.
Para empezar, en 1978 Lancia presentaba su prototipo Megagamma. Finalmente desechado por el Grupo Fiat al ser considerado demasiado rupturista en lo comercial, éste anunció el concepto de Minivan dando un gran habitabilidad sobre una base que, en su batalla, contaba con tan sólo 2,6 metros. Todo un logro al cual, además, había que sumar la elevación de los asientos a fin de proporcionar una entrada y salida más cómoda.
Dicho esto, lo cierto es que el Megagamma es uno de los ejercicios de diseño más interesantes en toda la trayectoria de Italdesign gracias a abrir las puertas a una gran maximización del espacio. En perspectiva un prólogo necesario -y extraordinariamente influyente- para los hoy en día tan comunes Vehículos Multi-Propósito MPV.
ALFA ROMEO Z33 TEMPO LIBERO, EN LA ESTELA DE LA ÉPOCA
A comienzos de los ochenta la situación económica de Alfa Romeo no era del todo buena. Bajo propiedad estatal desde cinco décadas antes, ésta se debatía entre su carácter deportivo y la necesidad de cuadrar las cuentas con modelos populares ensamblados en su fábrica de Nápoles.
Además, Ford había vuelto a las andadas tentando el comprar la marca tal y como ya había hecho durante los años sesenta con Lancia.
De hecho, la solución a estas tensiones financieras vino a ser la misma; con Fiat absorbiendo a Alfa Romeo en noviembre de 1986 instigada por el estado italiano. Un calco de lo ocurrido con Ferrari y Lancia antes de que éstas pudieran caer bajo el control de capitales foráneos durante los años sesenta. En suma, una serie de turbulencias donde apareció en 1984 el Alfa Romeo Z33 Tempo Libero.
El prototipo diseñado sobre la base de un 33 y que, a día de hoy, sigue despertando no pocos interrogantes.
ABRIENDO CAMPO A LAS HIPÓTESIS
Para empezar, aunque su concepción viene firmada por Zagato -de hecho fue el carrocero quien se encargó de la presentación a los medios- sus líneas no tienen mucho que ver con los volúmenes deportivos, musculosos y orgánicos tradicionalmente exhibidos por el carrocero milanés.
Es más, lejos de ser un simple experimento sin visos de llegar a serie el Alfa Romeo Z33 Tempo Libero contó con un planteamiento apto para los concesionarios, exudando además una clara influencia del Lancia Megagamma.
Por cierto, con unas formas rectilíneas en consonancia con los trabajos de Ermanno Cressoni para el departamento de estilo de la histórica casa italiana.
Dicho esto, y tras no haber logrado mayores confirmaciones en correspondencia con el archivo de Alfa Romeo, todo apunta a que sí se sopesó la idea de producir este modelo. Y es que, aunque se externalizó en Zagato, éste no cuenta con ningún viso de ejercicio de estilo sino, más bien, todas las características de un diseño pensado fríamente por Cressoni Ermano.
Desgraciadamente las cosas en la casa del biscione no daban como para pensar a lo grande lanzando un modelo así de disruptivo; pero, por un momento, resulta interesante imaginar a Alfa Romeo presentando al poco de aparecer la Renault Space un monovolumen en compacto al hilo del Megagamma.
Sin duda hubiera sido más que interesante ver sobre las calles de Italia a este modelo: el Alfa menos Alfa de todos los Alfa.
Imágenes: Centro Documentazione Alfa Romeo.
