Desde sus orígenes, la firma turinesa acostumbra a elaborar automóviles con carrocería coupé, que suelen aprovechar los motores y bastidores de modelos de mucha mayor difusión. Ese es también el caso del protagonista de nuestra prueba, el Fiat Coupé, dotado de la misma plataforma que los Fiat Tipo y Tempra.
Después de lanzar en 1990 la berlina Fiat Tempra, que ampliaba la gama iniciada por el Fiat Tipo desde 1988, en la marca transalpina decidieron crear un coupé. Se trataba del Proyecto 175, que recuperaba la tradición Fiat en ese tipo de carrocerías. Las premisas del futuro coupé se centraban en una carrocería de diseño llamativo, que iba a incluir algunos detalles vinculados a la tradición clásica. Y, además, motores potentes y un bastidor eficaz, concebidos para disfrutar de la conducción.
Por su parte, Pininfarina se encargó de diseñar el habitáculo y realizó un salpicadero pintado en el mismo color que la carrocería. Un estilo que recordaba al habitual en los deportivos fabricados en la década de los años 60. La presentación internacional del Fiat Coupé tuvo lugar en noviembre de 1993, mientras que su comercialización en España se inició desde el 20 de mayo de 1994. Inicialmente se ofrecía en versiones 2 Litros 16 válvulas de 145 CV y turbo de 195 CV.
El diseñador norteamericano Chris Bangle estuvo al frente del estudio realizado por el Centro Stile Fiat, cuyo resultado fue un coche que no deja indiferente a nadie. Comenzamos por el frontal, donde sorprenden la calandra y la forma de los faros. También son llamativas las nueve aberturas inferiores en el paragolpes delantero, destinadas a aportar aire fresco al cárter y al radiador. Además, el inmenso capó abarca los faros, la calandra e incluso integra la mitad superior de las aletas.
CONTRASTE DE DETALLES
Al contemplarlo de lado, en este coupé llaman la atención las hendiduras marcadas sobre los pasos de rueda. Desde luego, le confieren personalidad, al igual que el ensanchamiento iniciado en el tercio final de la puerta y que sigue hasta la zaga. De manera parecida, resulta curioso el modo de apertura de las puertas, con una oquedad en el pilar central y el pomo encima de la cerradura de la puerta. En esa misma línea, causa impacto el tapón del depósito de gasolina, elaborado en aluminio y de apertura rápida.
La zona trasera muestra igualmente su carácter, tanto por la caída repentina de la zaga como por los dos grupos ópticos circulares. Arriba, las luces de freno y posición, mientras que abajo se sitúan los intermitentes y las luces antiniebla y de marcha atrás. De igual modo, son vistosas y bien ventiladas las llantas de aleación, cuya medida de 6,5 x 15 pulgadas se muestra adecuada a la potencia de este modelo. Lo mismo ocurre con los neumáticos 205/50 ZR 15, también acordes con las prestaciones.
Por lo que respecta al maletero, sus 305 litros de capacidad van unidos a una configuración muy aprovechable, sin irregularidades. Se abre desde el puesto de conducción y posee una trampilla al lado izquierdo para llevar objetos alargados. Al levantar el capó, sus grandes dimensiones y la generosa extensión lateral permiten acceder a buena parte de los órganos mecánicos. Eso sí, el vano motor está ocupado al completo, pero puede realizarse sin pegas cualquier trabajo de mantenimiento.
EL EJEMPLAR FIAT COUPÉ DE LA PRUEBA
Matriculado en el año 2000, su último año en producción, fue estrenado por María del Carmen, médico y profesora de patología en la Universidad de Cádiz. Lo condujo habitualmente durante veinte años, hasta que dejó de utilizarlo cuando tenía una edad avanzada. Fue entonces cuando se lo regaló a Manuel López Doña, también compañero de profesión y gran aficionado a los vehículos clásicos y antiguos. De esa manera, María del Carmen se aseguraba de que el Fiat Coupé iba a continuar en buen estado.
Al guardarse dentro de una nave con bastantes coches añejos, fue necesario empujar por lo menos otros nueve autos hasta sacar a nuestro protagonista. Y después, conectar la batería, poner en marcha el motor, lavar la carrocería y secarla con mimo. Una vez reluciente, llegaba el momento de situarlo en una zona iluminada por el sol y retratar cada detalle exterior. Como este coupé es bastante austero en ornamentos, nos llevó poco tiempo inmortalizar las llantas, molduras y demás detalles.
En el momento de la sesión fotográfica, su cuentakilómetros marcaba algo menos de 115.000 kilómetros. Sin embargo, su presencia tanto exterior como interior no hace pensar que haya recorrido semejante distancia en sus casi 24 años de existencia. Y al mirar la pegatina de la ITV, vimos que estaba caducada por tres semanas. Ante tal contrariedad, preferimos rodar con él dentro de la finca privada, para no arriesgarnos a recibir una sanción.
ACCEDEMOS AL INTERIOR
Como sucede en la mayoría de los coupés, el piso interior está bajo y obliga a flexionar las rodillas y la espalda antes de sentarse. Una vez dentro, destaca la anchura del habitáculo, mientras que la altura hasta el techo queda un tanto limitada. El volante de cuero resulta agradable al tacto y es fácil lograr la postura de conducción ideal. Ello se debe a la posibilidad de regular la altura del volante, sumada a la regulación del asiento en distancia e inclinación del respaldo.
Asimismo, causa una impresión grata el salpicadero pintado en el mismo color que la carrocería. De hecho, fue la firma Pininfarina la encargada del diseño interior y así lo hace constar la moldura instalada en el centro del salpicadero. En cuanto a la instrumentación, está compuesta por un voltímetro y un manómetro del aceite ubicados en el lado izquierdo, más el aforador de gasolina y el termómetro del líquido refrigerante situados en el lado derecho.
Además, en la zona central del salpicadero se encuentra un reloj analógico. Igualmente, la consola que está montada entre ambos asientos aloja el equipo de sonido, seis conmutadores, los mandos de la climatización y los del aire acondicionado. Más abajo, en la proximidad del freno de mano y de la palanca de cambios, nos topamos con los elevalunas eléctricos de las ventanillas delanteras, así como con los dos mandos que permiten regular eléctricamente ambos retrovisores exteriores.
LOS ASIENTOS DELANTEROS Y TRASEROS
Tapizados con material textil, los asientos de las plazas delanteras gozan de un diseño anatómico que favorece una conducción descansada. Poseen además una regulación lumbar, idónea para viajar cómodamente y rodar sin terminar fatigados. Por añadidura, tanto la butaca como el respaldo son envolventes y aportan comodidad, que se suma a una sujeción lateral acorde con las prestaciones y al talante deportivo que caracteriza a este modelo.
Acto seguido pasamos al asiento trasero, con el cuidado de no tropezarnos con el anclaje inferior del cinturón de seguridad delantero. Una vez a bordo, queda claro que las plazas de atrás están concebidas para acomodar con facilidad a dos adultos. Curiosamente, hay espacio holgado para las piernas y en ambos lados se dispone de unos apoyabrazos conformados en los guarnecidos laterales. En cambio, la altura queda un tanto limitada, ya que las cabezas quedan muy cerca de la luneta.
Aun con todo, los dos posibles ocupantes gozan de una amplitud generosa. Se añade a ella una anatomía del asiento que favorece el confort, si bien carecen de la sujeción lateral que distingue a los asientos delanteros.
ARRANCAR… Y A RODAR
Llega entonces el momento de volver a poner en marcha el motor multiválvula de 1,8 litros, que se incorporó a la gama del Fiat Coupé en el otoño de 1998. Cuando apareció, sustituyó al motor diseñado por Aurelio Lampredi que se utilizó anteriormente. Es ahora Sara, hija de Manuel, quien activa la llave de contacto y al instante cobra vida la planta motriz. Eso sí, la electrónica hace que el ralentí suba a 2.500 vueltas durante un minuto, hasta que desciende hasta las 800 rpm habituales.
Sara engrana la primera marcha e iniciamos un recorrido tranquilo sobre las vías asfaltadas de la finca. Enseguida pasa a la segunda relación y acelera en un instante hasta 50 km/h, como prueba de que el motor tiene un empuje considerable. A una velocidad estable, se nota que las suspensiones se encargan de que los pasajeros tengan comodidad. Y paradójicamente, también logran un comportamiento eficaz y progresivo, precedido por un tranquilizador y leve subviraje.
En ese mismo sentido, es de agradecer la rapidez y precisión de la dirección, cuyas 2,8 vueltas de volante entre topes favorecen un manejo rápido. Y la servoasistencia de serie, que añade descanso en las maniobras y destaca por el confort aportado. Otro capítulo reseñable es la baja sonoridad mecánica lograda a regímenes medios y bajos, que se consigue tanto por un motor de concepción moderna como por una insonorización bastante cuidada.
EL FIAT COUPÉ A PRUEBA EN CARRETERA ABIERTA
Al día siguiente y con la ITV ya pasada, tuvimos oportunidad de rodar nuevamente con este coupé. Ahora tocaba moverse sobre carreteras más rápidas y de escaso tráfico, donde podemos alcanzar mayor velocidad y tener sensaciones diferentes. Sorprende la casi nula inclinación de la carrocería al tomar curvas a ritmo vivo, algo que invita a mantener una marcha más veloz. También ayudan en buena medida los frenos, que aúnan unas fuertes deceleraciones con un tacto fácil de modular.
Por el contrario, al mando del cambio le falta precisión. Obliga a marcar cada paso con calma y exactitud. A su vez, engranar la marcha atrás es dificultoso y requiere actuar suavemente con el pedal del embrague y con la palanca de cambios. Completamos el recorrido en un tramo de autovía, un entorno en el que este coupé hace valer su buena aerodinámica. Por un lado, para viajar sin molestos sonidos producidos por el aire; y por el otro, para lograr unas cifras de consumo meritorias para su potencia y cilindrada.
También resulta interesante el juego que se puede practicar con las tres marchas más largas. De hecho, podemos estirar la tercera relación hasta los 120 km/h legales para acelerar con vigor, o rodar en quinta a esa misma velocidad y sólo 3.800 rpm en la aguja del cuentavueltas. De igual modo, la rodadura en este tipo de vías rápidas no sólo sobresale por el crucero desahogado y la comodidad de marcha. También agrega el placer de conducción, marcado por la suavidad de los mandos y el dominio controlado desde el volante.
Ya en 2024, las primeras unidades del Fiat Coupé han superado la treintena. Por tanto, se puede incorporar al mundo de los vehículos históricos, donde los ejemplares supervivientes mostrarán su exclusividad estética en las habituales reuniones. Por otra parte, este modelo cuenta con unas prestaciones notables y un bastidor efectivo en cuanto a frenos, dirección y suspensiones, que lo convierten en un buen candidato para su utilización en circuitos de velocidad tras la oportuna preparación.
EN RESUMEN
Toca poner fin a la prueba del Fiat Coupé. En definitiva, un interesante ejemplar diseñado en la última década del siglo pasado, provisto de un equipamiento bastante completo. Goza además del atractivo de contar con la firma de Pininfarina, que se encargó de perfilar el estilo del interior. Desarrollada por el Centro Stile Fiat en colaboración con Pininfarina, esta carrocería tipo coupé de cuatro plazas cuenta con una estética peculiar y una personalidad exclusiva. Y, además, consigue un meritorio coeficiente Cx de 0,32.
Asimismo, su motor multiválvula de 131 CV logra unas prestaciones brillantes, sin que por ello se dispare el consumo de gasolina. Y a ello añade una marcha silenciosa, siempre que no se ruede constantemente por encima de las 4.500 vueltas. De igual forma, sus suspensiones poseen un acertado compromiso entre el confort y el comportamiento, que lo convierte en un deportivo agradable de conducir en cualquier tipo de firmes.
APOYO 1: FIAT 124 SPORT COUPÉ
Pese a la tradición de la firma de Turín, desde 1975 hasta la salida del Coupé la gama Fiat careció en su gama de alguna versión con carrocería coupé. Su predecesor fue el Fiat 124 Sport Coupé, presentado en Salón de Ginebra, celebrado en marzo de 1967. Creada a partir de la popular berlina Fiat 124, que salió al mercado en 1966, aquella variante de dos puertas y cuatro plazas fue diseñada por el Centro Stile Fiat. Y al inicio, estaba propulsada por un motor biárbol de 1.438 cm3 y 90 CV.
Y en 1969, Fiat presentó en el Salón de Turín la segunda serie del 124 Sport Coupé, disponible desde entonces con un motor de 1.608 cm3, culata de dos árboles de levas y alimentación con dos carburadores dobles. Su potencia máxima, 110 CV a 6.400 rpm. Esta versión fue también fabricada por Seat y destaca por sus elevadas prestaciones, con una velocidad punta de 180 km/h y una aceleración al kilómetro de 31,5 segundos con salida parada. Asimismo, incorporaba una caja de cinco velocidades.

El último cambio importante se produjo en el otoño de 1972, cuando la carrocería recibió una calandra rediseñada, más unas rejillas de aireación en ambos lados y una zaga cuya tapa del maletero mejoraba la carga, así como unos grupos ópticos verticales de bastante mayor superficie. También incorporó el motor de 1756 cm3 y 114 CV, hasta su cese de producción en 1975.
APOYO 2: ESTUDIO TÉCNICO
Gracias a la plataforma tomada del Fiat Tipo, con sus generosos 2,54 metros de distancia entre ejes, fue posible crear este coupé dotado de un habitáculo para cuatro personas. Un objetivo en el que también ayuda la posición transversal del motor. Asimismo, la carrocería construida por Pininfarina en sus factorías de Turín y San Giorgio Canavese tiene un coeficiente Cx de 0,32. Dicha cifra, si bien no resulta extraordinaria, permite conseguir un consumo moderado y buenas prestaciones.
Provisto de unos faros elipsoidales que están carenados por dos protuberancias de policarbonato transparente, cuenta igualmente con suspensiones independientes en ambos ejes. En cuanto a los frenos, posee cuatro discos, los delanteros de tipo ventilado. Dotado de culata de cuatro válvulas por cilindro en todas sus versiones, hubo además variantes turboalimentadas de hasta 220 CV. Con semejante potencia, su velocidad punta era de 250 km/h.

De esa misma manera, los Coupé con mecánicas turbocomprimidas tenían de serie un sistema de frenos ABS y un autoblocante Viscodrive. Este dispositivo de la transmisión se encarga de evitar pérdidas de motricidad, dada la abundante caballería.
Fotografías de Classic Lane.
CARACTERÍSTICAS TÉCNICAS DEL FIAT COUPÉ 1.8 DE 2000 |
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Motor | Delantero transversal |
Cilindrada | 1.747 cm3 |
Cilindros | 4 en línea |
Diámetro x carrera | 82,0 x 82,7 mm |
Potencia máxima | 131 CV a 6.300 rpm |
Par máximo | 164 Nm a 4.300 rpm |
Alimentación | Inyección electrónica Hitachi |
Relación de compresión | 10,3:1 |
Distribución | Dos árboles de levas en culata |
Combustible | Gasolina |
Tracción | Delantera |
Caja de cambios | Manual de cinco velocidades + m.a. |
Embrague | Monodisco en seco |
Chasis | Monocasco autoportante |
Carrocería | Coupé (cuatro plazas) |
Suspensión delantera | Independiente tipo McPherson, con brazos triangulares transversales, amortiguadores hidráulicos telescópicos y barra estabilizadora |
Suspensión trasera | Independiente de ruedas tiradas por brazos longitudinales unidos por un eje torsional, muelles helicoidales, amortiguadores telescópicos y barra estabilizadora |
Dirección | Cremallera |
Frenos | Discos ventilados/discos |
Longitud/anchura/altura | 4.250/1.768/1.340 mm |
Vías | 1,485/1,470 m |
Batalla | 2.540 mm |
Peso | 1.180 kg |
Llantas | 6,5J x 15 |
Neumáticos | 205/50 R 15 |
Depósito | 63 litros |
Consumo | 8,84 l/100 km |
Maletero | 305 litros |
Velocidad máxima | 205 km/h |
Relación peso/potencia | 9,0 kg/CV |
Año de presentación | 1993 |
Años de producción | 1993-2000 |
Año unidad probada | 2000 |
Unidades producidas | 72.762 |