Hay que retroceder en el tiempo hasta 1954 para entender cómo Citroën cambió el mundo de la automoción para siempre con la introducción de la suspensión hidroneumática, un gran salto en comodidad y más si se tiene en cuenta que por aquella época todavía muchos coches no contaban con suspensión independiente.
De la creación de este sofisticado sistema que empleaba esferas de gas en lugar de unos amortiguadores convencionales se encargó Paul Magès, un trabajador con un importante cargo en Citroën pero que no había estudiado ingeniería. Años antes se había encargado de desarrollar la también ingeniosa suspensión del Citroën 2CV.
Aunque a muchos no les convenció por su complejidad, no ha habido nada parecido a la conducción de estos coches, y esta fórmula para dotar a un coche de una comodidad sin parangón fue lo suficientemente buena como para ser copiada por marcas como Rolls-Royce, Mercedes-Benz o BMW, por lo que celebramos esta tecnología por su 70 aniversario con todos los Citroën que la equiparon.
CITROËN TRACTION AVANT SIX 15 H
Mucha gente cree de manera errónea que el primer modelo de la marca en montar la suspensión hidroneumática fue el DS, pero un año antes del debut de este coche Citroën presentó el Traction Avant Six 15 H de seis cilindros. Esta versión se presentó al público el 15 de abril de 1954, y aunque solo montaba este sistema en el eje trasero la prensa y el público alabaron su comportamiento.
CITROËN DS
Un año después del inicio de comercialización del Traction Avant 15 Six H la compañía introdujo el DS, y con él se inició la verdadera revolución hidroneumática. Flaminio Bertoni creó esta obra maestra del diseño y traía la novedosa suspensión en las cuatro ruedas. El resultado fue que el mismo día de su presentación se realizaron más de 12.000 pedidos, y el coche se mantuvo en producción hasta 1975 con más de un millón de unidades fabricadas.
CITROËN ID
En 1957 Citroën presentó una versión más básica del DS a la que bautizó como ID, que pronunciado en francés suena como decir “idea”. Este modelo más accesible también usaba la suspensión hidroneumática, pero eliminaba los componentes hidráulicos de elementos como en el embrague o la ausencia de dirección asistida. Desde 1958 se ofreció una versión familiar llamada ID Break, que trajo esta suspensión a las rancheras.
CITROËN M35
A medio camino entre un prototipo y un coche producido en serie, el M35 fue un banco de pruebas del que la marca decidió fabricar 267 unidades numeradas para ser probadas por el público. Este vehículo se basaba en los Citroën Ami, y sirvieron para que Citroën experimentase con la posibilidad de fabricar motores rotatorios además de montar la suspensión hidroneumática. Para esta época el líquido con el que funcionaba este sistema pasó de ser LSM, de origen sintético, al LHM de origen mineral.
CITROËN SM
La compañía también montó esta suspensión cuando decidieron fabricar un gran turismo de configuración 2+2 que desarrollaron en colaboración con Maserati, quienes aportaron la mecánica V6 que equipó el coche. Diseñado por Robert Opron el coche solo se fabricó entre 1970 y 1975, una vida comercial breve que coincidió con una mala época para la industria, por lo que solo se terminaron fabricando 12.920 de estos coches tan vanguardistas.
CITROËN GS
También en 1970 la compañía lanzó el GS, un modelo que venía a sustituir a los ID que habían dejado de ofrecerse ese mismo año. Este coche tuvo la importante labor de acercar las maravillas de la suspensión hidroneumática a todos los bolsillos en un automóvil de menor tamaño, algo que funcionó con el público ya que se vendieron más de dos millones de unidades entre GS y GSA.
CITROËN CX
Robert Opron tuvo la difícil tarea de diseñar un coche que sustituyese al legendario DS, un vehículo que al final de su producción ya se había convertido en un icono de Francia en el mundo entero. El CX fue un digno sucesor que se convirtió en el nuevo buque insignia de la marca a partir de 1974, su nombre hacía referencia a su bajo coeficiente aerodinámico (0,36 cx) y logró venderse con gran éxito hasta 1991.
CITROËN BX
Diseñado en esta ocasión por Marcello Gandini el Citroën BX se presentó en 1982 como el coche que tomaba el testigo de los GS como los hidroneumáticos más asequibles del catálogo de la marca, además de ser los primeros en montar mecánicas diésel, algo que hicieron desde 1983, y que lograron aumentar aún más su popularidad.
CITROËN XM
Fabricado entre 1989 y el 2000, el Citroën XM fue el coche más lujoso de la marca durante la década de los noventa. Esta berlina de representación volvió a traer la posibilidad de montar un motor V6 y su diseño venía de uno de los prototipos de Gandini para el BX. Sin embargo, no logró tener el éxito de los DS y CX y tan solo se vendieron 333.405 unidades.
CITROËN XANTIA
El Xantia se presentó en 1993 para reemplazar al BX y seguía usando la misma suspensión que este coche. Pero la gran revolución llegaría a partir de 1995 cuando la marca empieza a ofrecer el Xantia Activa, que inauguró el sistema de suspensión Hidroactive que sumaba barras antivuelco a la ecuación, que daban como resultado un manejo brillante sin apenas balanceo, contando aún hoy con el mejor resultado en la famosa prueba del alce, permitiendo esquivar un obstáculo de manera repentina a 85 kilómetros por hora.
CITROËN C5
Estrenando siglo y milenio la compañía lanzó en 2001 el C5, un coche que presentó la suspensión Hidroactive 3, que ahora regulaba el sistema de manera electrónica, además de usar un nuevo líquido llamado LDS, pero los frenos y la dirección del C5 ya no operaban bajo el mismo sistema que la suspensión. Los modelos de segunda generación fueron los últimos de la marca en llevar en ser hidroneumáticos, una tecnología que dejó de ofrecerse en 2017 debido a los altos costes de producción y la baja demanda de los compradores.
CITROËN C6
El C6 fue la última gran berlina presentada por Citroën que incorporaba suspensión hidroneumática y venía cargado con la más alta tecnología que incluía una versión mejorada de la Hidroactive 3. El diseño futurista de este coche evocaba al de los CX y, además de lograr envejecer muy bien, logró cerrar con gran maestría la era de los grandes Citroën. La marca tenía unas previsiones de vender 20.000 C6 por año, pero tan solo lograron fabricar 23.400 unidades entre 2006 y 2012.