El próximo 11 de junio se cumplirán 35 años de la victoria de Mercedes en las 24 Horas de Le Mans de 1989, triunfo certificado en forma de doblete. Y es que el Sauber-Mercedes C9 número 63 pilotado por Jochen Mass, Manuel Reuter y Stanley Dickens cruzó la meta seguido del n.º 61 de Mauro Baldi, Kenny Acheson y Gianfranco Brancatelli. Un logro histórico que terminó de certificar el regreso a tiempo completo de la marca de la estrella a las carreras.
Ganando en La Sarthe, el Mercedes C9 terminaba de convertirse en un modelo clave en la historia de Mercedes en las carreras. Recordemos que fue desarrollado por el equipo Sauber y debutó en competición en 1987, propulsado por el motor Mercedes-Benz M 119. Hablamos de una mecánica V8 de 4.973 cm3 que rendía una potencia estimada de 720 CV en versión Le Mans (HL), capaz de propulsar al C9 hasta los 400 km/h en la recta de Les Hunaudières.
Entre 1987 y 1989, el coche lució diferentes colores y patrocinadores, denominándose Kouros-Mercedes o Sauber-Mercedes. Ya en 1990, participó en una prueba como Mercedes-Benz. En el año de su triunfo en las 24 Horas Le Mans, el equipo había recuperado el color propio de las “Flechas de plata”, lo que significaba que la marca se involucraba por completo en su programa de resistencia.
UNA SOCIEDAD CONSOLIDADA
La semilla del éxito de la asociación entre Mercedes-Benz y el equipo Sauber venía de lejos. Inicialmente, la escuadra suiza compitió con los sport prototipos C6 y C7, con propulsores Ford y BMW. No fue hasta 1985 que se asoció a la marca de la estrella, con el C8 que empleaba la mecánica M 117, un motor V8 de 4.973 cm3 basado en un bloque que usaba Mercedes en sus coches de serie.
La primera victoria llegó sólo un año después en los 1000 Km de Nürburgring, a manos de Henri Pescarolo y Mike Thackwell. El salto de calidad se produjo en 1988, cuando el equipo fue segundo en el Mundial de Marcas, acumulando un total de cinco triunfos a lo largo la temporada, junto con otros cuatro podios. Además, Jean-Louis Schlesser y Mauro Baldi fueron segundo y tercero en el campeonato. Lamentablemente, el equipo decidió no correr las 24 Horas de Le Mans tras un reventón a alta velocidad durante las prácticas.
En 1989, el equipo Sauber Mercedes dominó el campeonato con mano de hierro, imponiéndose en todas las carreras. Jean-Louis Schlesser se convirtió en Campeón del Mundo, por delante de otros tres pilotos del equipo: Jochen Mass, Mauro Baldi y Kenny Acheson. Para las carreras más cortas, el equipo empleó una versión de la mecánica M 119 que rendía 925 CV, lo que convertía al C9 en un verdadero monstruo.
VICTORIA DE MERCEDES EN LAS 24 HORAS DE LE MANS DE 1989
Aunque no era puntuable para el Campeonato del Mundo por aquellas cosas de Balestre, la mítica prueba de resistencia francesa continuaba siendo la pieza de caza que todos los equipos deseaban. Para Sauber Mercedes, edición de 1989 no pudo comenzar mejor, pues el C9 número 62 de Jean-Louis Schlesser, Jean-Pierre Jabouille y Alain Cudini se hizo con la pole por apenas medio segundo respecto al Toyota número 37. El Mercedes número 61 se alineaba a continuación a sólo seis décimas de la pole.
En carrera, las flecha plateadas jugaron la baza de la regularidad, dejando se que sus rivales Jaguar, Toyota y Porsche fueran cayendo uno tras otro. Mostrando una fiabilidad a prueba de bombas, los C9 consiguieron mantenerse en las posiciones de privilegio durante casi toda la prueba, asaltando el liderato en la mañana del domingo. Finalmente, el número 63 líder y el 61, que circulaba segundo, se juntaron para cruzar la línea de meta en formación, aunque una invasión de pista impidió el momento. Por detrás, el coche de la pole terminó en quinta posición.
De esta forma, Mercedes-Benz ganaba las 24 Horas de Le Mans, poniendo fin a su historia de desamor con la prueba tras el accidente de 1955. El equipo no regresaría al año siguiente -aunque sí en 1991-, dado que la carrera no era puntuable para el mundial, decisión de la que se arrepentiría, pues dominó el campeonato nuevamente. Regresaría a La Sarthe al final de la década con los CLK GTR y CLR, pero tras los accidentes de este último -un problema aerodinámico los hacía despegar-, se centró en la Fórmula 1. Para recuerdo, entre 1989 y 1990, el equipo ganó 16 de 18 carreras con el C9 y su sucesor el C11, incluida la recordada victoria en Le Mans.