Entre la gran selección de coches clásicos populares entre los que poder elegir hoy tenemos una recomendación; el Renault Siete/7. Este modelo se fabricó íntegramente en las instalaciones de FASA Renault en Valladolid, entre 1974 y 1982 con un total de 159.533 unidades de las cuales muy pocas han logrado sobrevivir hasta nuestros días, aunque siguen siendo fáciles de adquirir.
La razón de ser de este artículo no es otra que poner en valor todas las virtudes de este clásico español que a menudo es ignorado por muchos coleccionistas frente a otros vehículos tan populares como fue el R5 de la misma marca, coche con el que comparte gran parte de su ADN, pero con las suficientes diferencias como para hacerlo una alternativa mejor, siempre y cuando nos alejemos de las versiones deportivas de las que la berlina careció.
UN MALETERO SORPRENDENTE
Si bien el Renault 5 contaba con un polivalente portón trasero, el principal atractivo del R-Siete/7 era el espacio del maletero que le dotaba el tercer volumen, que tenía capacidad de 400 litros, una cifra inferior pero muy cercana a la del Renault 12 de mayor tamaño. Además, el coche cuenta con múltiples recovecos por todo el maletero que son ideales para guardar cosas tan necesarias en un clásico como latas de aceite y garrafas de refrigerante, y en las primeras series contaba con una trampilla a la que se accedía a un hueco perfecto para guardar herramientas.
TODA UNA RAREZA A DÍA DE HOY
Como se mencionaba en la introducción el Renault Siete (1974-1978) y el Renault 7 (1978-1982) tuvo una producción de 159.533 unidades en total, convirtiéndolo en un modelo muy habitual en las carreteras de aquella España, pero en proporción por cada uno de estos sedanes había diez Renault 5, ya que este vehículo logró sobrepasar el millón de unidades fabricadas en la factoría de Valladolid. A día hoy los R-Siete y 7 son toda una rareza, por lo que llaman la atención allá donde van, ya que mucha gente lleva décadas sin ver uno por la calle.
CUANDO NO SER DEPORTIVO ES UNA VENTAJA
Aunque hubo planes para crear un Renault Siete TS que por desgracia nunca se llevaron a cabo y hay aficionados que han decidido vitaminar a este vehículo, esta berlina nunca contó con una variante más prestacional. Esto ha conseguido que la gran mayoría de unidades se puedan encontrar en un estado de escrupuloso origen, frente a otros coches de la misma época que contaron con un pedigrí deportivo y que han sufrido modificaciones de todo tipo y en muchos de los casos de dudoso gusto.
HAN LLEVADO MEJOR VIDA
El Renault 5 siempre estuvo destinado a un público más joven, mientras que los R-Siete y 7 tenían un público objetivo mucho más adulto, que por lo general ya habían formado una familia. Esto se traduce en que la gran mayoría de unidades han sido muy mimadas y no se han sometido a las torturas derivadas de la conducción de un nobel, por lo tanto, es más fácil encontrar uno en buen estado y con pocos kilómetros.
UNA MECÁNICA SENCILLA Y ECONÓMICA
El Renault Siete y 7 montó siempre mecánicas tipo Sierra de 1.037 centímetros cúbicos y 50 CV entre 1974 y 1980, y las últimas unidades, los 7 GTL, tenían una cilindrada de 1.108 centímetros cúbicos y 45 CV. Su bajo consumo cercano a los 7 litros por cada cien kilómetros y su robustez mecánica los convierte en grandes candidatos para ser usados con frecuencia, y al compartir mecánica con otros muchos modelos de Renault los recambios son fáciles de conseguir y además muy baratos.
UN PRODUCTO EXCLUSIVO DEL MERCADO ESPAÑOL
Este coche tiene el honor de ser el primer Renault desarrollado y fabricado fuera de Francia, aunque su diseñador fue Michel Boué, el padre del R5. Por este motivo las primeras unidades se bautizaron como Renault Siete, para enfatizar su origen español, convirtiéndolo en uno de los vehículos más curiosos de la historia de la marca.
UN CLÁSICO MUY ASEQUIBLE
Pese a ser un coche que solo se ha fabricado en España y que es poco frecuente en la actualidad, sus precios son muy asequibles con las primeras series de R-Siete como las más cotizadas, aunque poco a poco su valor va aumentando lo que lo convierte en el vehículo ideal para iniciarse en el mundillo de los clásicos. En países del entorno europeo son muy apreciados y sus precios pueden llegar a doblar a los de España.
UN MANEJO MUY NOBLE
Si se compara con un Renault 5 dotado de la misma mecánica, el R-Siete/7 sería un claro ganador en cuanto a manejo se refiere, mucho más noble y estable especialmente en curvas cerradas. Esto se debe, aparte de al voladizo del tercer volumen, a unas barras de torsión traseras más duras, que mucha gente termina adaptando a los R5 para que tengan una mejor conducción.
LAS VIRTUDES DEL CROMADO
Aunque el R5 pasó a la historia por ser el primer coche en presentar paragolpes de plástico de serie, en España optamos por unas defensas cromadas más tradicionales para el Renault Siete/7. Aparte de dar un aspecto más clásico al coche la ventaja de estos parachoques es que en caso de un pequeño roce se pueden eliminar las marcas con un simple pulido a mano, algo que en el Renault 5 no es posible.
UN COCHE PEQUEÑO, PERO CON GRAN AMPLITUD Y COMODIDAD
Otra ventaja de esta berlina tan particular era que al basarse en gran parte en el R5 sus dimensiones eran muy comedidas, con una longitud inferior a los cuatro metros, ideal para aparcar en espacios pequeños sin renunciar a un interior sorprendentemente amplio y confortable, algo que a día de hoy parece imposible en los coches actuales.