Miguel Sánchez
Hace tan sólo unos días les realizamos una reseña sobre las versiones especiales realizadas por Lancia sobre sus Delta Evo 1 y Evo 2. Aupadas en la excelente salida a mercado de toda la familia HF Integrale, éstas justificaron su aparición precisamente en base a la esperada cotización al alza presentada por el modelo italiano.
Y no, Lancia no se equivocó en absoluto. Es más, pasados los años la revaloración de cualquier Delta HF Integrale es un hecho consumado, siendo exponencialmente más evidente cuando hablamos de alguna de las unidades pertenecientes a aquellas pequeñas series especiales.
Es decir, más allá de conmemorar victorias en el Mundial de Rallyes o celebrar la historia de clubs tan selectos como el Italia o el mismo HF lo cierto es que aquellas versiones se hicieron con una visión de futuro; una visión de futuro puesta en la cotización alcista de las mismas dentro de un mercado al cual se le pronosticó -con acierto- un gran futuro en el ámbito del coleccionismo.
Así las cosas, no es de extrañar cómo BMW hizo algo muy similar en relación a su E30 M3; dicho sea de paso, el gran rival del Delta en los concesionarios -no así en las pistas, pues mientras el Lancia arrasó en el WRC el germano devoró el asfalto de los circuitos- y que, a día de hoy, goza de una revalorización incluso mucho más alta que la mostrada por el italiano.
De hecho -y sin ánimo de ofender la identidad de ningún exaltado seguidor de BMW-, ésta es posiblemente tan exagerada y abrumadora que bien podríamos estar ante una burbuja en relación a los precios de venta presentados por el E30 M3.
BMW E30 M3, UNO DE LOS MAYORES ÉXITOS A CARGO DE LA MARCA
Al igual que lo ocurrido con los Lancia HF Integrale -las comparaciones son odiosas, pero aquí plenamente justificadas-, el primer M3 nació con la vista puesta en la competición. Estrenado en 1986, éste tuvo como principal objetivo lograr la homologación en carreras turismo con una producción inicial de al menos 505 unidades.
No obstante, aquello se vio rebasado ampliamente gracias a su éxito comercial en parte algo inesperado; y es que, con su motor de cuatro cilindros y 2.3 litros para en torno a 200 CV el E30 M3 representaba una cima incuestionable en la brecha deportiva abierta por modelos precedentes como los 2002 Ti o Turbo; tan ligeros como enérgicos para triunfar así en las pistas de casi todos los campeonatos de turismos celebrados en el continente europeo.
Dada esta situación, BMW insistió gustosamente en la evolución de su modelo con escasas concesiones a lo que no fuera estrictamente deportivo; es más, en relación a su vida comercial hicieron lo mismo que Lancia y sus versiones especiales con hasta seis ediciones presentadas entre 1987 y 1990. Asimismo, y a diferencia del Delta -exceptuando la unidad realizada a capricho para Gianni Agnelli- el E30 M3 contó con una variante a cielo abierto.
CECOTTO, UNA BIOGRAFÍA ADMIRABLE
Así como el Lancia Delta tuvo en Miki Biasion a su piloto más icónico, el BMW E30 M3 encontró en la figura del venezolano Johnny Cecotto a uno de sus mejores deportistas junto al italiano Roberto Ravaglia. No obstante, la llamativa biografía de Cecotto es digna de ser repasada aunque sea durante unas líneas más allá de su papel a los mandos del BMW.
Nacido en 1956, este hijo de inmigrantes italianos demostró desde muy joven una habilidad innata para el mundo del motor. Eso sí, dentro del ámbito de las dos ruedas, donde con tan sólo 17 años ya se había ganado el campeonato nacional de Venezuela para, en 1975, saltar a la escena internacional disputando la Daytona 200 con una actuación sobresaliente en la cual, partiendo el último en la parrilla de salida, llegó a superar al mismísimo Giacomo Agostini a fin de quedar cuarto.
Tras aquello su desembarco en el Mundial de Motociclismo fue un hecho lógico, logrando ser el campeón más joven en 350 al hacerse con la victoria en la temporada de 1975 a lomos de una Yamaha TZ350. Asimismo, durante sus años en el Mundial logró quedar tercero en 500 durante 1978 y, más allá de esto, campeón en la Fórmula 750 de aquel mismo año.
UN PILOTO CLAVE PARA LA HISTORIA DEL E30 M3
Sin embargo, un accidente le obligó a dejar el motociclismo en 1980 pasando por tanto al automovilismo. Ámbito donde participó durante dos temporadas en la F1 -1983 con Theodore Racing Team y 1984 en Toleman- para, en resumen, ganarse lo que bien podría ser el mayor halago de su carrera deportiva: que Ayrton Senna lo señalara como su “compañero de equipo más competitivo”.
De hecho, este carácter era tan acusado que su pilotaje extremo y arriesgado lo llevó a tener un terrible accidente donde acabó con ambas piernas rotas. A partir de aquí, decidió reorientar su carrera a la disputa de campeonatos de turismos en Europa con unidades del E30 M3 para lograr así la victoria en el italiano de 1989, 14 primeros puestos en el DTM de 1990 y el título absoluto en el Alemán de Superturismos tanto en 1994 como en 1998. En fin, una biografía sin duda capaz de justificar su propia serie especial en la producción global del primer M3.
BMW E30 M3 CECOTTO EDITION, UNA PIEZA DE COLECCIONISMO
Como ya habrá adivinado usted, chispeante mente lectora, para la temporada de 1989 tanto Johnny Cecotto como el propio E30 M3 resultaban referencias esenciales para BMW. Es más, justo durante aquel año nuestro modelo protagonista ganó su segundo DTM tras el cosechado en 1987 con Van de Poele a los mandos.
Así las cosas, fue precisamente en aquellos momentos previos a entrar en la década de los noventa cuando apareció el E30 M3 Cecotto Edition con una tirada limitada a 505 unidades. Presentado en rojo Misano, plata Nogaro o azul Macao con cuero negro en el interior, éste basó sus apliques aerodinámicos en los montados por el Evo 2 al tiempo que potenciaba su mecánica catalizada hasta los 215 CV.
Asimismo, obviamente el conjunto quedaba rematado por una placa insertada en el salpicadero donde se daba la numeración correspondiente dentro de la serie Cecotto Edition. En suma, todo un capricho con valor añadido para coleccionistas exigentes, quienes en agosto podrán pujar por una unidad en perfecto estado gracias a la casa británica RM Sotheby’s. Aquella que, con sus cuidados reportajes fotográficos, hace posibles multitud de artículos en esta nuestra cabecera.
A pesar de la excelente -aunque disparada en precios- mecánica germana, aquí no somos anglófilos porque sí; contamos con razones diarias para ello.
Imágenes: RM Sotheby’s
