Prototipos americanos de los 60
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5 prototipos yankees de los años 60 que te volverán loco

Imaginación desbordante, pero también un exceso de ambición. Los prototipos americanos de los 60 son, en ocasiones, absurdos, y en otras veces, ideas muy interesantes que demuestras como en la década de los 60, todo el mundo se permitía soñar mucho más que ahora

Durante los años 60, Estados Unidos representaba la ambición, el hambre por evolucionar, el poderío en todos los ámbitos de la vida. Y eso se notaba en los prototipos que los fabricantes de automóviles americanos desarrollaban. Los prototipos yankees de los años 60 son una clara imagen de como se veía el futuro en aquellos tiempos, de como pensaban que viviríamos en el Siglo XXI, y en ocasiones, son realmente interesantes.

A veces, mirar al pasado es más emocionante que mirar al futuro. Sobre todo cuando, aunque suene redundante, hablamos de futuro. Antes, mucho antes, se pensaban que en el año 2000 tendríamos coches voladores, ¡coches voladores! Sólo recordar que Marty McFly viajo al 2015 desde 1989 con el DeLorean y se encontró con toda clase de coches voladores y rodantes, y, sin embargo, la triste realidad fue que en 2015 todavía quemábamos combustible fósil y teníamos ruedas de caucho llenas de aire.

Demasiada ambición y mucha más imaginación de la que podemos tener ahora, ¿o quizá es que ahora somos más realistas? El caso es que hace décadas, el futuro pintaba mucho mejor de lo que pinta en pleno Siglo XXI, sobre todo si finalmente se impone la conducción autónoma y los intrusivos asistentes electrónicos aumentan cada día más. Y en diseño tampoco pinta muy bien, con formas demasiado recargadas y rebuscadas que nacen desde el primer momento anticuadas.

Con eso no queremos decir que antes no se crearan cosas muy locas, con unas formas poco coherentes y nada realistas, hablamos de prototipos norteamericanos de los años 60, es imposible que no haya cosas sin sentido. Lo que decimos es que antes todo era más natural. Aunque fueran vehículos un poco descabellados, como aquel sin sentido llamado Ford Seattle-ite XXI, cuyo motor funcionaba con energía nuclear, su diseño tenía más gracia e incluso hoy día, todavía resultan innovadores y futuristas. Lo “viejo” tiene un mayor encanto, pues se cuidaba más la elegancia, las formas e incluso se buscaba algo de clase, sobre todo en los prototipos americanos de los años 60.

CHEVROLET CORVAIR MONZA GT, DISEÑADO EN TÚNEL DE VIENTO

La década de los 60 fue una época de imaginación y de ambición, no debemos olvidar que en aquella década se llegó por primera vez a La Luna, todo un acontecimiento y un hito histórico. De hecho, la exploración espacial influyó enormemente en los diseños automovilísticos, aunque de forma menos exagerada que en los años 50, y los prototipos americanos de los 60 muestra cierta tendencia en ese aspecto. El Chevrolet Corvair Monza GT es un ejemplo de ello, pues se caracteriza por haber sido diseñado, como los vehículos aéreos, en túnel de viento.

Presentado en 1962, destacaba por una carrocería extremadamente afilada y por un habitáculo al que se accedía mediante un sistema de apertura similar al de una carlinga de un avión de combate. Fue diseñado por Larry Shinoda –responsable del Corvette Stingray– y por Tony Lapine y según afirman algunos medios estadounidense, estuvo muy cerca de llegar a producción.

CHEVROLET CORVETTE GRAND SPORT II, EL CORVETTE DISEÑADO POR CHAPARRAL

Chevrolet Corvette Grand Sport II

Allá por los años 60, la Asociación Estadounidense de Fabricantes, AMA por sus siglas en inglés, prohibió la participación directa de las marcas en competición, algo que casi no tiene sentido, pero que sirvió para que las marcas centrarán sus inversiones en la experimentación y en la colaboración, como ocurrió con Chevrolet y Chaparral.

De esa unión nació el Chevrolet Corvette GS-II –Grand Sport 2–, que nada tiene que ver con el Corvette, denominación que se usó, según se dice, para evitar la burocracia de Chevrolet y al mismo tiempo, usarlo como campaña de marketing y relacionar el modelo con la mejor ingeniería de carreras. Era brutal, muy radical y casi un coche de dibujos animados, que se presentó en 1963.

GM FIREBIRD IV, “THE AUTONOMOUS CAR” CON NEVERA Y TELEVISIÓN

Ya que hemos mencionado la conducción autónoma anteriormente, hay que decir que la idea no es moderna, con los prototipos americanos de los años 60 ya se barajaba y General Motors se imaginó como sería el coche con conducción autónoma “del futuro” en 1964. Lo llamó GM Firebird IV, lo presentó en la exposición Futurama de la Feria Mundial de Nueva York, y era un coche que todavía resulta espectacular, aunque se nota mucho su estilo “años 60”.

Una carrocería muy afilada, reminiscencias aeronáuticas, ruedas carenadas, faros ocultos… el Firebird IV parecía una nave espacial que escondía una tecnología nunca vista. El coche se dirigía a través de “sistemas de guía programados para garantizar una seguridad absoluta a más del doble de velocidad en las autopistas de la época”. Y para que los ocupantes fueran lo más cómodos posible, tenía una nevera y una televisión, así los viajes serían mucho más amenos.

VIVANT 77 PROTOTYPE, EL COCHE DE ENSUEÑO DE HERB ADAMS

VIVANT 77 PROTOTYPE
Foto de MotorTrend

La década de los 60 fue, sin lugar a dudas, una de las mejores en cuanto a diseño de automóviles. Los coches más deseados y más caros jamás subastados, tienen su origen, en la mayoría de las ocasiones, en los años 60. Fue una época de líneas suaves y elegantes, que incluso al otro lado del charco hacían furor, como se puede apreciar en el Vivant 77 Prototype de 1965.

Basado en un modelo de General Motors, era el proyecto de un solo hombre, Herb Adams, quien fuera ingeniero de Pontiac cuando estuvo dirigida por John DeLorean –se le atribuye el desarrollo del Pontiac GTO– y quien se inspiró, claramente, en los Alfa Romeo BAT –Bertone Aerodinámica Technica–. Lo más interesante de este vehículo, es que podía circular por vías públicas en un par de estados de Norteamérica y el señor Herb Adams lo condujo durante una docena de años como coche personal.

FORD XP BORDINAT COBRA, UN PROYECTO PERSONAL DE GENE BORDINAT

Gene Bodinat, vicepresidente y diseñador jefe de Ford en la década de los 60, quería disfrutar de un coche personalizado, tal y como hacía Bill Mitchell en General Motors y Harley Earl había tenido anteriormente. Así lo dejó anotado a su equipo de diseño, que se puso a trabajar para dar forma al Ford XP Border Cobra, un bonito descapotable que tomaba como base de partida un Ford Cobra –también se le conoce como Shelby Bordinat Cobra Roadster–.

Destacó entre los prototipos americanos de los años 60, porque estaba fabricado con Royalex, un material “milagroso y con memoria”, que se recuperaba por sí solo de pequeñas abolladuras. Básicamente, se trataba de un material plástico, que ocultaba un chasis cuya suspensión incluía muelles helicoidales –el primer Ford Cobra con muelles en lugar de ballestas–. No se puede negar que su imagen es muy elegante, gracias a unas formas muy suaves, pero al mismo tiempo musculosas.

Escrito por Javi Martín

Si me preguntas de donde viene mi afición por el motor, no sabría responder. Siempre ha estado ahí, aunque soy el único de la familia al que le gusta este mundillo. Mi padre trabajó como delineante en una empresa metalúrgica con mucha producción de piezas de automóviles, pero nunca hubo una pasión como la que puedo tener yo.

Me gusta mucho la historia del automóvil y actualmente estoy creando una biblioteca personal dedicada, en exclusiva, a la historia del motor en España. También cuento con una enorme colección de material escaneado y he escrito el libro "El 600, un sueño sobre ruedas" (editorial Larousse).

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