Desde sus orígenes Citroën fue una marca que se caracterizó por cambiar la manera en la que se fabricaban los coches e introducir conceptos de lo más innovadores a la industria e introduciendo tecnologías vanguardistas como uno de los primeros modelos de tracción delantera o la maravillosa suspensión hidroneumática.
Tan buenas eran las ideas de Citroën que a menudo sus rivales no dudaban en copiarles, algo que ocurrió con Renault en diversas ocasiones. Pero en el caso del Citroën Mehari el ingenio procedía de fuera de la compañía, ya que el concepto de este vehículo con una liviana carrocería de plástico lo creó una empresa que trabajaba con este material que estaba en pleno auge.
CREADO POR ACCIDENTE, LITERALMENTE
SAEB, o Société d’études et d’applications des brevets, era un fabricante de componentes de plástico que llevaba años suministrando a Citroën con piezas para sus vehículos. Como no podía ser de otra manera SAEB utilizaba furgonetas 2CV para sus repartos.
Después de que uno de estos vehículos de carga ligera sufriese un accidente la empresa se negó a reparar los daños, y en su lugar emplearon el chasis de Citroën como un banco de pruebas para montar una nueva carrocería de plástico que se asemejaba a una pickup de dos plazas.
Como curiosidad el tipo de plástico empleado en el prototipo y en el producto final es el llamado ABS, que tiene grandes ventajas a pesar de que su fabricación es algo compleja, pero ofrece una gran resistencia. Además, se puede elegir el color con el que sale del molde, motivo por el que es el mismo material que usan las piezas de Lego y los cubos de Rubik.
DEL MUNDO DE LAS IDEAS A LA REALIDAD
El germen de lo que terminaría siendo el Citroën con nombre de dromedario se creó durante 1967, año que coincide con la presentación del Dyane. Tras presentar un prototipo a la junta directiva del fabricante francés suscitando un gran interés por el proyecto desde SEAB propusieron que el coche se vendiese como un kit de carrocería fabricado por ellos aplicable al chasis del Dyane, algo similar a lo que se hacía en USA con los Buggy de base Volkswagen.
Aunque antes de contar con el sí definitivo de Citroën en SEAB se plantearon fabricar carrocerías de plástico para ser montadas sobre la base del Renault 4, pero como este modelo contaba con una mecánica refrigerada por agua había que rediseñar el frontal para alojar el radiador, afectando notablemente a la estética final del coche y algo que se puede ver al contemplar el Renault Rodeo de concepción similar.
Tras una serie de problemas en el pasado con los plazos que se demoraban por parte de SEAB con Citroën la firma de los chebrones decidió que sería mejor que ellos mismos fabricasen sus propias carrocerías, y se pusieron manos a la obra para lanzar el Mehari lo antes posible. Con este vehículo se acaban los problemas de óxido en los paneles del coche, algo que lo convertía en ideal para zonas costeras.
UNA PRESENTACIÓN POLÉMICA
La casualidad quiso que este automóvil tan joven y revolucionario se presentase en Francia en mayo de 1968, pero lejos de París, ya que el marco perfecto era en la playa y se llevaron doce prototipos a una localidad de Normandía, y originalmente recibió el nombre de Citroën Dyane Mehari, aunque pronto desapareció esa nomenclatura.
Sorprende saber que la marca no invitó a los directivos de SEAB a este gran evento, pues, aunque la idea había sido suya, Citroën hizo énfasis en que la fabricación de este producto era íntegramente suya y buscaban evitar así confundir a la prensa y posibles clientes, aunque es innegable que las primeras 62 unidades las produjo SEAB.
Imágenes: Citroën