El Citroën CX tuvo la difícil tarea de sustituir a uno de los automóviles más icónicos y revolucionarios de la historia; el Citroën DS, cuya presentación tuvo lugar en 1955. Esta obra maestra contaba con un diseño de Flaminio Bertoni, y sentó las bases de lo que serían los Citroën más lujosos de posguerra con novedades que se volvieron seña de identidad como la suspensión hidroneumática.
El DS hizo historia a lo largo de los veinte años que estuvo en producción, y para encontrar a un sucesor digno la marca recurrió al diseñador que hizo la última actualización estética de la “Diosa”, Robert Opron, que también había trabajado en los Dyane, GS y SM.
CITROËN CX, REINVENTANDO EL FUTURO
Presentado el 28 de agosto de 1974 en el Salón del Automóvil de París, el nuevo buque insignia de Citroën con el nombre de CX que hacía referencia a su bajo coeficiente aerodinámico de tan solo 0,36. Basándose en los principios del DS como la revolucionaria suspensión hidroneumática, pero con una carrocería vanguardista que le valieron el título de Coche del Año en Europa en 1975.
Para muchos puristas fue el último Citroën genuino, ya que la marca se declaró en bancarrota en 1974 y en 1976 Peugeot se hizo con el control de la compañía y puso muchos límites a la creatividad de los futuros modelos. Pero su confort de marcha incomparable lo convirtieron en todo un éxito de ventas.
El Citroën CX contó con una extensa gama de variantes, como por ejemplo el Prestige, versión alargada y tope de gama que se presentó en 1975. También hubo una variante familiar fabricada por Heuliez con un diseño muy futurista y gran amplitud interior, además de ser una de las primeras berlinas en sumarse a la moda de los GTI equipada con inyección electrónica a partir de 1977.
UN BUQUE INSIGNIA POLIFACÉTICO
El Citroën CX llegó a fabricarse en España, algo que no había ocurrido con su predecesor, eso sí, hubo que esperar hasta 1977 para ver como salían las primeras unidades de la factoría de Vigo, aunque solo se fabricaron 17.199 unidades en Galicia, ya que su producción se detuvo allí en mayo de 1980 para hacer hueco al Peugeot 505. El CX tuvo el honor de ser el primer automóvil de producción nacional que tenía un precio de venta superior al millón de pesetas.
En el resto del mundo el Citroën CX continuó su vida haciendo historia, al recuperar las mecánicas diésel a la gama de turismos de Citroën tras muchos años de ausencia, y en 1984 el CX Turbo D 2.5 se convirtió en la berlina de motor diésel más rápida del mundo al alcanzar una velocidad máxima de 195 kilómetros por hora, contribuyendo al inicio de una edad de oro para este combustible.
Con un diseño tan rompedor como fue el del CX el coche no tuvo la necesidad de actualizarse estéticamente hasta 1985, cuando aparece la segunda serie del modelo y remplaza los antiguos paragolpes cromados por unos de plástico, además de rediseñar el interior.
El Citroën CX se fabricó hasta 1989, año en el que aparece su sucesor directo, el XM, que nunca contó con la misma popularidad, mientras que la variante ranchera alargó su producción hasta 1991. En total se fabricaron 1.170.645 unidades de este modelo que supuso un último triunfo de la suspensión hidroneumática unida al lujo.
Imágenes. Citroën