Volvemos atrás en el tiempo hasta 1924, año en el que Walter P. Chrysler forma una nueva compañía de automóviles sobre los restos del fabricante Maxwell a la que bautiza con su propio apellido. En muy poco tiempo Chrysler se convertiría en un imperio que se consolidaría como el tercer gran grupo automovilístico de América detrás de General Motors y Ford Motor Company.
En 1926 se agencia también a la marca Charlmes, y para finales de los años veinte crea nuevas firmas como Plymouth y DeSoto, además de comprar la compañía Dodge Brothers en 1928. Durante años Chrysler fue sinónimo de calidad y progreso, construyendo el rascacielos más alto del mundo para 1930, además de ser pioneros en aerodinámica en América con el modelo Airflow, así como crear coches impulsados por turbinas o su expansión en Europa de la mano de SIMCA y Barreiros.
EL DECLIVE DE UNA GRAN MARCA
Con la llegada de la crisis del petróleo los fabricantes de coches americanos vieron como su idea de negocio se tambaleaba frente a la inmensa popularidad de los modelos de importación, y había que renovarse o morir. Chrysler estuvo a punto de desaparecer en los años setenta, pero el liderazgo de Lee Iacocca logró salvar a esta compañía histórica.
Pero la llegada del nuevo milenio desencadenó un periodo de baja popularidad para la compañía, que después de la frustrada colaboración con Daimler hizo que Chrysler perdiese protagonismo a nivel mundial, hasta quedar prácticamente relegada al olvido. Han pasado ya diez años desde que Chrysler y Fiat se asociaron, y desde la suma de PSA a la ecuación para formar Stellantis en 2021 las cosas no han ido mucho mejor para el que en su día fue un verdadero gigante estadounidense.
Stellantis cuenta en su haber con marcas como Chrysler, Dodge, RAM y Jeep, que quitando esta útlima dedicada a la fabricación de SUVs y todoterrenos, tienen poca presencia fuera de Estados Unidos. Por ejemplo, Chrysler actualmente solo vende la Pacifica, un monovolumen, y el 300, que dejó de fabricarse en 2023. Ante esta situación Carlos Tavares, CEO de Stellantis, ha insinuado poner fin a muchas de estas marcas.
EL BISNIETO DE CHRYSLER SE PRONUNCIA
Al más puro estilo de la doctrina Monroe con aquello de “América para los americanos”, Frank Rhodes Jr, bisnieto de Walter P. Chrysler ha respondido directamente a las declaraciones de Tavares con el fin de recuperar y liderar las marcas estadounidenses del grupo.
Mi visión es recuperar Chrysler, Dodge, Jeep y Ram como una empresa de propiedad estadounidense que se centre no solo en las ganancias, sino también en las personas que construyen estos automóviles. Propongo crear una nueva Chrysler Corporation, con trabajadores como copropietarios de la empresa.
Así Frank Rhodes plantea ponerse al frente una nueva Chrysler Corporation y salvarla de una situación que esta avocada a la desaparición, cuando esta compañía histórica está a punto de celebrar un siglo en el mercado. Aún no está claro en qué quedará todo esto y parece que es mucho más que una declaración de intenciones para rescatar de la mediocridad a cuatro de las marcas más importantes de América.
Imágenes: Chrysler, Dodge, Jeep y RAM