¿Cómo y cuándo empezó el diseño retro en los coches?
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¿Cómo y cuándo empezó el diseño retro en los coches? Un repaso histórico desde los años 50

Durante años los diseños de automóviles en el pasado están de moda en esta industria, pero ¿cuándo empezó esta curiosa moda por lo retro?

Hay quien dice que cualquier tiempo pasado fue mejor, y aunque la nostalgia a veces puede llevar a idealizar otras épocas de antaño, a los diseñadores de coches, que siempre están buscando como renovar e innovar en la estética de los vehículos, a menudo toman inspiración en modelos y tendencias más antiguas.

En la actualidad hay bastantes coches con aire retro, pero los orígenes de esta curiosa costumbre se remontan a los años cincuenta del siglo pasado. Quizá como primeros precedentes cabe mencionar algunos modelos británicos de posguerra como el MG TF, o el Rolls-Royce Phantom IV, que incluso siendo modelos nuevos para la época mantenían un marcado estilo de coche de preguerra.

LA AMÉRICA DE LOS 50: REVISITANDO EL PASADO PARA REINVENTAR EL FUTURO

Los años cincuenta fueron un tiempo de recuperación económica y reconstrucción tras la devastadora II Guerra Mundial en gran parte del mundo, pero en Estados Unidos fue una época marcada por el optimismo y la ilusión de un mañana mejor y emocionante, y hasta sus coches reflejaban este sentimiento.

Con los grandes avances en la industria de la aviación y el inicio de la carrera espacial, así como la obsesión por la tecnología nuclear el sector del automóvil se fijó en todos estos factores que cautivaban a la población. Por estas razones durante esos años se popularizaron las aletas traseras, especialmente en los coches americanos, que imitaban a los aviones y cohetes coetáneos.

Aunque los coches estadounidenses de esa década parecían sacados en muchos casos de una película de ciencia ficción, entre los diseñadores del país se empezaron a inspirar con sutiles detalles en los vehículos del pasado. Uno de estos componentes eran los faros separados de la carrocería, algo que era muy común en los coches preguerra, y que Harley Earl recuperó para el prototipo Buick Wildcat II de 1954, y que Virgil Exner llevó a la serie con los lujosos Imperial fabricados entre 1961 y 1963 en lo que fueron los últimos coletazos de aquel diseño futurista tan barroco.

Otros elementos recuperados del pasado fueron las ruedas de repuesto alojadas en la parte trasera del coche, algo que el Lincoln Continental de 1939 convirtió en una seña de identidad, y que se tomó directamente de los deportivos europeos de los años treinta. Tanto fue así que las ruedas alojadas en el paragolpes pasaron a ser conocidas en América como kit continental, y que infinidad de coches americanos ofrecieron como extra en infinidad de coches. Varios modelos modelos de Chrysler presentaron a finales de los cincuenta un adorno en la tapa del maletero que parecía alojar la rueda de repuesto, pero esto era algo puramente estético, aunque controvertido.

Siguiendo con decisiones estéticas polémicas el infame Edsel de 1958 presentaba una calandra vertical que trataba de simular la imagen de grandes coches de los años treinta como los Packard o LaSalle. Pero sin duda, el elemento más curioso anterior a la II Guerra Mundial recuperado eran los asientos traseros alojados en el maletero, conocidos popularmente en España como “ahitepudras”, que se ofrecieron como extra para el Ford Thunderbird de primera generación con muy pocas unidades vendidas.

AÑOS SESENTA: RÉPLICAS QUE HICIERON HISTORIA

Los años sesenta fueron una época dorada para el diseño del automóvil, sirviendo como una transición entre los diseños de posguerra y un lenguaje estético que se asemeja más a los coches actuales. Esta década estuvo marcada por las primeras regulaciones que exigían unos mínimos estándares de seguridad a los fabricantes, por lo que las carrocerías debían cumplir con algo más que ser solamente bellas.

Pero también en los sesenta el mundillo del automóvil de colección tuvo un boom, y los precios de grandes coches considerados clásicos para aquella época (de los años treinta y anteriores) comenzaron a subir en sus cotizaciones, y por tanto tuvieron también un auge en popularidad.

Ante la imposibilidad de adquirir algunas de las piezas más exclusivas se dio un fenómeno que era la creación de réplicas de algunos de estos coches. Uno de los primeros fue el Cord 812 de 1937, del que se fabricaron recreaciones con mecánicas modernas desde 1964, y poco tiempo después le siguió la marca Excalibur, que fabricó coches inspirados en los Mercedes de los años veinte y treinta.

Esto permitió que otros fabricantes viesen una vía de negocio en este sector tan de nicho. Así surgieron Panther en los años setenta, que comenzó fabricando réplicas de los Jaguar SS100 para después ofrecer sus propios diseños inspirados en los vehículos de preguerra, algo a lo que se sumaron fabricantes como Zimmer o Hurtan, como ejemplo en España.

AÑOS SETENTA Y OCHENTA, EL NEOCLASICISMO EN EL AUTOMÓVIL

Los años setenta estuvieron marcados por la crisis del petróleo, y para muchos fue una época un tanto sombría para el mundo del automóvil. Aunque los diseños parecían más racionales que nunca también fue una época de grandes excesos, y algunos elementos tomados del pasado, como los techos de vinilo, que empezaron a ganar popularidad de nuevo en los sesenta, se montaron en todo tipo de coches.

Sin embargo, aquellas réplicas de coches de preguerra tuvieron bastante popularidad, e incluso llegaron a marcar estilo, siendo estas ostentosas muestras de poder económico, que no de buen gusto. Muchos de estos coches tenían escapes inspirados en los modelos deportivos de preguerra equipados con compresor, algo que se convirtió en un accesorio relativamente común en coches de lujo americanos.

Siguiendo con el lujo y las muestras de dudoso gusto, algunos carroceros ofrecieron modificaciones de coches como el Cadillac Seville que incorporaba ruedas de repuesto en las aletas delanteras, algo que en los coches de los años veinte y treinta quedaba bastante bien, pero que en un coche de los setenta no tiene sentido alguno.

Más allá de las modificaciones, algunos fabricantes americanos se inspiraron en las formas de los años treinta y cuarenta para crear nuevos modelos. Pero un fenómeno muy peculiar se dio a principios de los ochenta, con la presentación del Cadillac Seville de segunda generación, que tenía una controvertida trasera inspirada por los coches de lujo europeos de los cuarenta y cincuenta, y que fue imitada por el Imperial de 1981 y el Lincoln Continental de 1982.

NISSAN Y SUS NUEVOS DISEÑOS RETRO

A finales de los años ochenta la marca japonesa Nissan sorprendió al presentar una nueva gama de coches que claramente tomaba inspiración de algunos coches del pasado, pero con todos los elementos de un automóvil contemporáneo. El primero de ellos fue el Nissan Be-1 de 1987, un coche que se fabricó durante un año y que combinaba elementos de los grandes iconos populares europeos de la automoción que tanto han fascinado a los japoneses.

En 1989 la marca presenta dos nuevos coches retro de producción muy limitada. Uno de ellos era el Nissan Pao, un simpático compacto de tres puertas que tomaba como referencia al icónico Renault 4. El otro era el Nissan S-Cargo, un nombre que hacía referencia a la palabra caracol en francés, y que era una furgoneta de proporciones muy llamativas que estaba inspirada en el Citroën 2CV.

Por último, en 1991 aparece el Nissan Figaro, un biplaza cuya producción fue de tan solo 20.000 unidades, y, a diferencia de los otros modelos, se llegó a vender fuera de Japón en mayores cantidades, pero como nunca hubo versión con volante a la izquierda, por lo que abundan en Reino Unido.

RESUCITANDO MITOS DEL SIGLO XX PARA EL NUEVO MILENIO

En 1994 Volkswagen hizo historia al presentar un prototipo de un nuevo Escarabajo, coche que al que le debían su éxito y que estuvo en producción hasta 2003. Finalmente, en 1998 comenzó la producción del llamado New Beetle, que pasaba de ser un vehículo utilitario capaz de todo, a un coche de dos puertas de lo más chic, y una alternativa más llamativa pero menos útil que un Golf.

Ante el éxito del New Beetle, otras marcas copiaron esta técnica, y BMW que recientemente había adquirido la fabricación del Mini, estaban dispuestos a lanzar a este icono a una nueva era, ya que el modelo original estuvo en producción entre 1959 y el 2000. En 2001 apareció el nuevo Mini, y supuso un éxito casi instantáneo que continúa hoy en día.

Fiat también se sumó a esta moda en 2007, coincidiendo con el 50 aniversario del icónico Fiat 500, resucitando este modelo legendario con una versión que también ha gozado con una gran popularidad. Más recientemente la firma ha traído de vuelta el Fiat 124 Spider, compartiendo plataforma con el Mazda MX-5 ND, o el Fiat Topolino en forma de coche eléctrico sin carné basado en el nuevo Citroën Ami.

Citroën nunca llegó a traer de vuelta el popular 2CV, pero ofrecieron el C3 Pluriel que estaba claramente inspirado en aquel icono francés, e incluso hubo una versión Charleston. Renault también ha lanzado un nuevo Renault 5 en forma de eléctrico y promete traer de vuelta otros modelos legendarios en el futuro.

DELIRIOS A LA AMERICANA EN EL SIGLO XXI

A finales de los noventa, Chrysler presentó una serie de prototipos inspirados en coches de los años treinta, cuarenta y cincuenta. Aunque estos coches parecían muy arriesgados como para ser fabricados en serie, la marca optó por lanzarlos al mercado, empezando por el Plymouth Prowler, posteriormente vendido como Chrysler, y que era un Hot rod en toda regla diseñado por Chip Foose.

En el año 2000 Chrysler lanzó el PT Cruiser, un coche de lo más peculiar que contaba con un frontal parecido al de un coche americano de los años treinta. Aunque no fue del gusto de todos el PT Cruiser fue todo un éxito de ventas, y en Estados Unidos se ofrecía con accesorios tan curiosos como los paneles de madera falsa para dar un aspecto todavía más retro. Con una estética más convencional, pero inspirado en modelos del pasado la marca presentó en 2004 el nuevo Chrysler 300.

Chevrolet respondió directamente con la Chevy SSR, una extraña pickup descapotable de dos plazas y que montaba potentes mecánicas V8, pero que no logró cautivar al público al igual que ocurrió con el Prowler. También lanzaron un monovolumen llamado Chevrolet HHR que le hacía la competencia directa al PT Cruiser, y que se llegó a ofrecer con versión panelada, algo que la compañía no vendía desde hacía décadas.

Pero el gran triunfo de la industria americana con los coches de estética retro fueron los muscle cars, empezando con el nuevo Ford Mustang de 2006, que recuperaba la imagen que hizo grande al original de 1964. Pronto le siguieron el Dodge Challenger y Chevrolet Camaro en los años siguientes, creando una hermosa rivalidad en el mercado propia de los años sesenta. Previamente Ford resucitó con gran maestría al Ford GT en forma de superdeportivo.

¿QUÉ DEPARA EL FUTURO?

Si bien hasta ahora hemos visto principalmente coches inspirados en modelos anteriores a los años sesenta, parece que lo que va a hacer Renault con su gama de eléctricos va a poner de moda los diseños de los años setenta o posteriores dentro de la industria.

Un ejemplo claro es Hyundai, que en los últimos años ha presentado prototipos que bien podrían haber salido de los años setenta y ochenta, llevando a producción el IONIC 5, un modelo cuyos diseñadores han dicho que se inspira en el Lancia Delta, y recientemente han confirmado que llevarán a producción el N Vision 74, un deportivo claramente retrofuturista. Pero habrá que estar pendiente a las próximas novedades para qué vestigios del pasado nos depara el futuro.

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Escrito por Javillac

Esto de los coches le viene a uno desde niño. Cuando otros críos preferían la bicicleta o el balón yo me quedaba con los cochecitos de juguete.
Recuerdo aún como si fuese ayer un día en el que nos adelantó un 1500 negro por la A2, o la primera vez que vi un Citroën DS aparcado en la calle, los paragolpes cromados siempre me han gustado.

En general me gustan las cosas anteriores a la época en la que yo nací (hay quien dice que estoy reencarnado), y en el top de esa lista están los coches, que junto a la música, hacen la combinación ideal para un rato perfecto: conducción y una banda sonora acorde al coche correspondiente.

En cuanto automóviles me gustan los clásicos de cualquier nacionalidad y época, pero como mi debilidad están los coches americanos de los 50, con sus exageradas formas y dimensiones, razón por la que mucha gente me conoce como "Javillac".

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