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Fiat 124 vs Peugeot 204, de la propulsión trasera a la tracción delantera

Tan similares en algunas cuestiones como distantes en otras, estos dos modelos interpretan muy bien un tiempo de transición en el cual la propulsión trasera iba desapareciendo en los automóviles familiares frente a las bondades de la tracción delantera.

En 1929 el cineasta Sergei Eisenstein estrenaba su cinta Lo viejo y lo nuevo (La línea general). En ella, una aldea campesina experimenta rápidas y diversas transformaciones gracias a la llegada de adelantos técnicos ideados para tecnificar el agro. Toda una revolución productiva, la cual desata a su vez inesperados cambios sociales responsables de inaugurar sin retorno posible la aparición de unos nuevos tiempos.

Dicho esto, durante los años sesenta del pasado siglo XX el automovilismo vivió uno de sus mayores saltos técnicos al sepultar una época dominada por la propulsión trasera a fin de estrenar la definida por la tracción delantera. Un auténtico contraste entre lo viejo y lo nuevo procesado a través de una transición paulatina donde convivieron modelos tan diferentes como el Fiat 124 y el Peugeot 204.

Fiat 124 1966

Lanzados con tan sólo un año de diferencia, ambos compartieron un segmento de mercado bastante similar proponiendo para ello dos conceptos bien diferentes. Y es que, mientras el italiano seguía aferrado al viejo esquema con motor delantero y propulsión trasera, el francés abría senda gracias al motor delantero combinado con la tracción delantera.

A la postre todo un éxito, siendo a los pocos años el esquema ampliamente mayoritario en la industria automovilística al menos cuando hablamos de modelos turismo con corte práctico y generalista; en fin, marco este en el cual encajar a la mayoría de los modelos producidos desde los años sesenta hasta la actualidad. Una buena muestra sobre aquel debate entre lo viejo y lo nuevo, entre el Fiat 124 y el Peugeot 204.

DE LA PROPULSIÓN TRASERA A LA TRACCIÓN DELANTERA

Aunque a día de hoy la propulsión trasera haya quedado reservada a los modelos con un toque deportivo a lo “vieja escuela”, lo cierto es que hasta los años sesenta del pasado siglo fue la opción escogida para la inmensa mayoría de los automóviles ya fueran populares o exclusivos, familiares o deportivos, más continuistas o más innovadores.

204 Peugeot

No obstante, el tiempo fue demostrando los problemas inherentes a semejante disposición especialmente según la popularización del automóvil exigía modelos más compactos en su exterior al tiempo que habitables en su interior. Un horizonte a perseguir primero por los utilitarios más escuetos y después por las berlinas de gama media, opciones sensatas de cara a motorizar a las nuevas capas medias de una sociedad al galope del consumo.

Así las cosas, eliminar el árbol de transmisión se antojaba como una ventaja excepcional a fin de mejorar el habitáculo gracias a hacer completamente plano su piso. Un hecho, dicho sea de paso, especialmente interesante cuando hablamos de furgonetas con la necesidad de sumar amplios espacios de carga.

Y eso por no hablar de cuestiones relacionadas con el manejo pues al fin y al cabo la tracción delantera -con tendencia al subviraje- siempre resulta más llevadera que la propulsión trasera -inclinada al sobreviraje y por tanto con una gran facilidad a la hora de hacer trompos indeseados-. Es más, no por casualidad fue Saab una de las primeras marcas en interesarse por la tracción delantera teniendo como tenía un mercado cuyo territorio estaba helado durante gran parte del año.

FIAT 124, LA OPCIÓN CONSERVADORA FRENTE AL PEUGEOT 204

Aun habiendo tenido un papel importante dentro del automovilismo no sólo con propulsión trasera sino incluso con el motor en esa misma posición, Dante Giacosa contempló cómo el futuro había de ir en una dirección diametralmente opuesta tras el lanzamiento del Mini en 1959.

Dotado con una habitabilidad excelente a pesar de su escueto tamaño, aquello sólo se pudo lograr gracias a la manera en la cual Alec Issigonis encajó por delante del conductor el motor junto a la caja de cambios, el diferencial y el ventilador. Una proeza técnica con la cual lograba llevar la tracción delantera al campo del automovilismo más popular y compacto más allá de modelos mucho más exclusivos como el Traction Avant o su sucesor el DS.

124 Fiat

Llegados a este punto, Dante Giacosa creyó oportuno introducir a Fiat en la tracción delantera aprovechando el desarrollo del Progetto 124; futura berlina de gama media en la gama del fabricante italiano -a la postre el Fiat 124, tan bien conocido en España gracias a su réplica por parte de SEAT-, ésta habría de girar en torno al nuevo motor diseñado por Aurelio Lampredi con cigüeñal de cinco apoyos.

LA INTERVENCIÓN DE MONTABONE

Una ocasión perfecta para Dante Giacosa, quien dispuso el diseño de un bastidor ya apto para la tracción delantera al tiempo que esbozaba soluciones similares a las dispuestas en el Mini al hablar de la situación del cambio.

No obstante, cuando todo parecía ir viento en popa para las intenciones de este ingeniero con afán renovador Chrysler emprendió la compra de SIMCA -aliada de Fiat en Francia- propiciando así el retorno del equipo técnico liderado por Oscar Montabone a Turín.

Muy cercano a la dirección de los Agnelli, este desaconsejó lo propuesto para el Progetto 124 apostando por conservar el esquema basado en el motor delantero y la propulsión trasera.

EL INTERESANTE CASO INTERPRETADO POR EL AUTOBIANCHI PRIMULA

Hace muy pocos días publicamos un artículo en el cual analizábamos la historia de Autobianchi. Fundada por iniciativa de la casa Bianchi después de la Segunda Guerra Mundial, ésta contó con la participación de Pirelli y Fiat para servir como banco de pruebas de esta última.

Es más, todos y cada uno de los modelos Autobianchi contaron con la base técnica de Fiat llevando siempre a un nuevo nivel de acabados, estilo e ingeniería lo ya visto -o a punto de ser visto- en la gama del fabricante generalista. Debido a ello la idea de Dante Giacosa no fue desechada de plano por la dirección de Fiat, sino derivada hacia un modelo de Autobianchi con el cual la marca pudo ensayar las virtudes inherentes a la tracción delantera: el Primula de 1964.

204 Sedan

Referencial cuando hablamos de los automóviles básicos para definir qué es un compacto generalista, este modelo absolutamente disruptivo contó no sólo con tracción delantera sino también con la posición transversal del motor así como un amplio habitáculo con fácil acceso a la carga gracias al novedoso portón trasero.

Todo ello rematado con sistemas como el regulador de frenado responsable de interpretar una frenada progresiva y eficaz como contrapartida al extra de peso puesto en la delantera frente al equilibrio de pesos visto en los modelos con propulsión trasera.

PEUGEOT 204, UN PROFETA DE LA MODERNIDAD

Tras aquellas controversias Fiat acabó lanzando su 124 durante 1966. De esta manera puso en el mercado un automóvil tan eficaz y celebrado -resultó ser un auténtico éxito de ventas producido no sólo en Italia sino también en la España franquista o la Rusia soviética- como continuista e incluso algo atrasado debido no sólo a la propulsión trasera sino también al eje rígido en la suspensión.

204 Cabriolet

Eso sí, un conjunto de elementos compensado por las bondades del motor firmado por Aurelio Lampredi. Un elemento cargado de buenas razones aunque al mismo tiempo incapaz de revertir el contraste dado entre el conservador Fiat 124 y modelos generalistas mucho más innovadores como el Peugeot 204.

204 Break

Presentado en 1965, este a priori sobrio modelo destinado a la gama media no sólo fue el primer modelo de la marca en contar con tracción delantera sino también uno de los primeros “tres volúmenes compacto” de este tipo en todo el mercado europeo. Un nuevo capítulo para Peugeot, la cual además presentaba frenos de disco en el eje delantero, una amplísima gama de carrocerías e incluso una versión diésel con 1.357 cc.

UN CAMBIO DESTINADO A SER LA NUEVA NORMA GENERAL

Todo ello para conquistar el primer puesto en ventas dentro del mercado francés entre 1969 y 1971, demostrando así las bondades de la tracción delantera y el motor colocado en posición transversal; un diseño perfecto para dotar al habitáculo de espacio despejado sin por ello aumentar necesariamente la distancia entre ejes.

Y es que, a pesar de los cambios experimentados en el comportamiento -a nadie se le escapa cómo el sobrepeso dispuesto sobre el eje delantero con el motor en posición avanzada iba a traer no pocos problemas en relación a la frenada o el subviraje- lo anunciado primero por los técnico de Citroën, luego definido por Alec Issigonis y posteriormente llevado a un segmento superior por Dante Giacosa había llegado para quedarse. En fin, sólo tienen que salir a la calle y comprobarlo.

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Escrito por Miguel Sánchez

A través de las noticias de La Escudería, viajaremos por las sinuosas carreteras de Maranello escuchando el rugido de los V12 italianos; recorreremos la Ruta66 en busca de la potencia de los grandes motores americanos; nos perderemos por las estrechas sendas inglesas rastreando la elegancia de sus deportivos; apuraremos la frenada en las curvas del Rally de Montecarlo e, incluso, nos llenaremos de polvo en algún garaje rescatando joyas perdidas.

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