La Escudería
Nuestra gira española 2024 en un Morgan Super Sports de 1933. Colin y Carole Duggan.
El ferry llegó a Bilbao una mañana fresca y húmeda de junio dejándonos en una fila de vehículos a esperas del Control de Pasaportes. Afortunadamente, uno de los controladores vio a dos personas bien abrigadas en un pequeño coche antiguo descapotable algo inusual y, compadeciéndose de nosotros, organizó nuestro traslado al frente de la fila ya que sospechaba la inminencia de la lluvia. Qué agradable bienvenida en nuestro cuarto viaje a este hermoso país.
El inicio del viaje se había retrasado debido a problemas de vibración la transmisión por causa de un embrague antiguo y atascado que nos hizo regresar a casa cuando justo estábamos ya en camino al ferry. Una vez resuelto, nuestro viaje se reanudó una semana más tarde de lo previsto.
Normalmente viajamos con otro apasionado de los Morgan antiguos, pero lamentablemente este año nuestro amigo Len no pudo asistir por lo que, después de discutirlo un poco, decidimos continuar con el viaje planeado nosotros solos. Eso sí, informé a nuestros amigos en España, Un aviso al cual Sergio Romagosa atendió amablemente ofreciéndose a organizar diversos encuentros con amigos a través de nuestra ruta planificada; algo a lo cual accedimos con mucho gusto.
Día 1
Tras salir del ferry en la mañana temprano paramos a desayunar antes de continuar nuestra ruta hacia Tolosa. Allí habíamos planeado encontrarnos con Jose Mari y Sylvie, propietarios también de una Morgan Super Sports de 1933 entre otros hermosos vehículos antiguos. Además ya los conocíamos pues nos los habían presentado en 2023 durante nuestro último viaje.
Sin embargo decidieron reunirse antes, así que vinieron en coche hasta nuestro emplazamiento a fin de seguir felizmente la estela de su Triumph TR6 a través de un recorrido panorámico por las carreteras de la costa hacia San Sebastián para posteriormente poner rumbo a las montañas.
Desafortunadamente el tiempo estuvo en nuestra contra lloviendo a cántaros durante la mayor parte del día. Abrigados con nuestros impermeables y ropa de abrigo, seguimos la ruta disfrutando al tiempo que esperábamos que la lluvia amainase. Para el almuerzo paramos ya en las montañas, momento en el cual las nubes comenzaron a despejarse ofreciéndonos una vista espectacular del campo circundante.
Satisfechos y con fuerzas respuestas nos invitaron a ver su colección de motos y coches. Por cierto, me complace decir cómo tanto Jose Mari como Sylvie la utilizan habitualmente. ¡Una colección fantástica! En la cual fue de lo más interesante observar el número de motor de su Morgan: ¡es el siguiente en orden al mío!
Pasamos la noche en Tolosa, donde Sylvie amablemente se despidió de nosotros mientras el Morgan se quedaba a salvo con el resto de su colección.
Día 2
Jose Mari nos recogió en el hotel para luego guiarnos en nuestra ruta a través de las montañas hacia el sur con la vista puesta en Calahorra. Nuevamente el clima estaba brumoso con nubes bajas que restringían las vistas, pero las carreteras estaban en tan buenas condiciones que era realmente agradable conducir.
Después de una parada para tomar un café continuamos hacia el Puerto de Lizarraga en la Sierra de Andía, donde lamentablemente tuvimos que dejar a Jose Mari para su regreso a casa.
Cuando cruzamos las montañas el clima comenzó a mejorar y al fin llegamos a Estella donde el sol brillaba y, por fin, pudimos guardar nuestra ropa de abrigo contra el frío y la lluvia.
En Lerín paramos para un buen almuerzo antes de continuar por las tranquilas carreteras del lugar hasta Calahorra. Después de registrarnos en el hotel -y realizar el mantenimiento rutinario necesario del coche- aprovechamos para explorar la ciudad, probar el vino local y disfrutar de la hospitalidad.
Día 3
La carretera de Calahorra a Soria vía Arnedo era tranquila y muy pintoresca, con un sinuoso y estrecho tramo a través de las montañas. Habíamos quedado con Javier Martínez, un profesor de historia residente en Soria de camino a nuestro destino final: Sigüenza.
Javier había llegado en su Seat 600 y nos estaba esperando. Después de las presentaciones, nos hizo una visita guiada al Monasterio de San Juan de Duero seguida de otra a la Ermita de San Saturio. Después fuimos a Soria y dimos un paseo por el centro medieval seguido de un almuerzo en un restaurante cerca de su escuela.
Había oído que Soria tenía una historia interesante debido a su ubicación estratégica en el río Duero; la información detallada proporcionada por Javier no nos decepcionó.
Después del almuerzo nos acompañó a Almazán, tomando la ruta panorámica en lugar de la carretera principal para llegar así a la plaza del pueblo donde nos recibieron varios adolescentes locales. Después de una sesión de fotos y una charla con los jóvenes nos despedimos, regresando Javier regresó a Soria mientras nosotros hacíamos lo propio en dirección Sigüenza.
Sigüenza es un lugar precioso. Un lugar que ya habíamos visitado anteriormente pero que, al alojarnos esta vez en su llamativo Parador, se nos antojaba bien distinto. El trayecto por las estrechas calles medievales hasta el Castillo fue muy divertido y entretuvo a mucha gente, la cual no paraba de hacernos señas para que pasáramos.
Día 4
Nuestra ruta nos llevó a través de la pintoresca región de La Alcarria en un hermoso día con bastante tiempo para relajarnos y parar en lugares de interés. Hicimos una pausa para tomar café en Ocentajo e intentamos almorzar en El Recuenco, pero no pudimos encontrar ningún lugar disponible.
Sin embargo, nos encontramos con una pareja joven que había vivido en Inglaterra durante un tiempo, curiosamente a solo unos kilómetros de nuestra propia casa. Nos dijeron que Priego era el lugar idóneo para almorzar, aunque cuando llegamos ya era demasiado tarde.
Debido a ello continuamos hasta Cuenca buscando nuestra meta en su Parador; en una situación perfecta para explorar el casco antiguo. El único problema fue el aparcamiento, ya que el domingo había mucha gente aunque el Morgan, al ser pequeño, pasó por las barreras permitiéndonos aparcar junto a la entrada; perfecto para descargar. Por cierto, el personal del hotel nos ayudó enseguida a encontrar un aparcamiento adecuado para nuestro peculiar vehículo.
Día 5
Un día libre de conducción con tiempo para visitar Cuenca y relajarse con un baño. Eso sí, como siempre hubo que dedicar un rato a nuestro Morgan para efectuar el mantenimiento rutinario.
Día 6
Este iba a ser uno de nuestros mejores días gracias al viaje en coche a la Serranía de Cuenca, una región muy pintoresca similar a las famosas Montañas Azules de Australia. La ruta nos llevó al Mirador de Una y luego a Una para tomar un café. Al parar en los lagos de Toba nos encontramos con un padre y una hija esperando ayuda tras haberse averiado su coche. Hablamos de la zona y la hija nos recomendó otros lugares para visitar, los cuales describió como aun más espléndidos y merecedores de una visita en el futuro.
En Ventano del Diablo estuvimos conversando con un buscador de trufas local, quien con sus perros nos había seguido y enamorado del coche. Después de muchas fotos, partimos hacia nuestros destinos aunque más adelante en nuestra ruta él nos estaba esperando para saludarnos de nuevo.
Otro baño y un buen descanso en el hotel terminaron de poner el broche a un día interesante.
Día 7
Comenzamos la mañana con tranquilidad recorriendo la N400 hasta Carrascosa del Campo antes de volver a las carreteras secundarias de Uclés, lugar donde paramos para admirar su monasterio. Como teníamos que encontrarnos con un grupo de propietarios de coches clásicos en Tembleque para comer tuvimos que seguir adelante para ser recibidos por Francisco, Antonio y sus esposas junto con José.
A pesar de algunas dificultades de traducción logramos pasar unos interesantes y joviales noventa minutos hablando de la variedad de vehículos que poseía el grupo, en su mayoría modelos americanos lo bastante grandes como para que nuestro pequeño Morgan cupiera en el maletero de los mismos.
El plan era encontrarnos con Sergio y Susana en Toledo con su Super Sports de 1934, así que después de una rápida revisión del motor Morgan -el cual había empezado a sonar menos saludable que durante nuestra llegada- y despedirnos con cariño del grupo tras la hora del almuerzo partimos hacia Toledo. El ruido del motor no mejoró, pero logramos llegar a tiempo al Parador a fin de tener la reunión prevista.
Al inspeccionarlo más de cerca, descubrí cómo las cuatro tuercas de sujeción de uno de los cilindros se habían aflojado. Mientras Carole se iba a buscar a Sergio, yo me las arreglé para apretar las tuercas, pero para que el trabajo fuera correcto era necesario quitar el motor del coche pudiendo acceder a la llave.
Fue bueno volver a verlos; esta vez los acompañaron su hijo y José, el dueño de un precioso Seat 600. José, un vecino de Toledo, había organizado la exhibición de los coches en la antigua plaza del mercado -la Plaza de Zocodover– esa misma noche. Después de una sesión de fotos grupales con vistas a la ciudad antigua salimos del Parador en caravana entrando en las calles medievales abarrotadas de turistas y lugareños.
José bajó las barreras y nos permitió -a nosotros y los pocos privilegiados con los cuales se formó la comitiva- entrar en la plaza.
Allí dejamos los coches para que los admirara la multitud, hicimos un poco de turismo, nos registramos en nuestro hotel y tomamos una bien merecida cerveza.
Más tarde trasladamos los coches al garaje del hotel y disfrutamos de una agradable comida en un restaurante con vistas a Toledo.
Día 8
Mientras tanto José había organizado el uso de un taller fuera de Toledo donde yo pudiera llevar a cabo la reparación necesaria en el motor. Después del desayuno fui a conocer al dueño del taller, quien me ofreció todas las facilidades necesarias para realizar el trabajo. Con su ayuda desmontamos el motor, apretamos las tuercas y volvimos a colocarlo en el coche. No se pidió ni se aceptó ninguna compensación más allá de mi agradecimiento por su ayuda.
De hecho Jorge me decía que yo era el único a quien había algo que agradecer al recorrer España con el Morgan. Esta amabilidad de Jorge, sus colegas y José es reconfortante. También demuestra lo importante que es para la mayoría del público en general que usemos y exhibamos para su deleite nuestros coches antiguos y clásicos.
Toledo estaba lleno de gente y el tráfico era denso cuando regresé. Carole había salido a caminar y había descansado, así que después de ducharnos fuimos a la ciudad para unirnos a los turistas. Por la tarde, Sergio y Susana regresaron a Madrid para asistir a la obra de teatro de su hija y José vino a despedirse regalando además a Carole algo de mazapán local.
Una exploración más profunda de Toledo, bebidas y una buena comida pusieron fin a lo que habían sido un par de días tan ajetreados como felices.
Día 9
Con la amenaza de tormentas en la previsión del tiempo partimos hacia Segovia por carretera conduciendo por carreteras tranquilas hasta El Escorial; hicimos un buen tiempo e incluso llegamos al Guadarrama para comer sin que afortunadamente nos lloviera.
La carretera hasta el Puerto de Navacerrada fue interesante, requiriendo ocasionalmente el uso de la segunda marcha para las curvas más cerradas y empinadas aunque no hubo problemas para llegar a la cima. En ella había mucho movimiento de turistas, así que continuamos montaña abajo hacia Segovia con las limitaciones dadas por los frenos de cable.
Cuando llegamos a nuestro hotel las nubes de tormenta se habían reunido y poco después las vimos descender desde las montañas por las que habíamos pasado recientemente. La lluvia comenzó poco después y continuó durante la noche.
Día 10
Llovió, así que nos quedamos en Segovia y exploramos las calles estrechas y los muchos lugares de interés evitando los bulliciosos grupos de turistas siempre que fue posible. La lluvia desapareció por la tarde dando lugar a una puesta de sol espectacular junto a un arco iris.
Día 11
El domingo por la mañana empezó con un día sombrío, pero el viento había amainado y pudimos ver globos aerostáticos sobre la ciudad. Cuando salimos el sol ya estaba apareciendo y las carreteras se secaron rápidamente.
Nuestra ruta hacia el norte fue siempre por carreteras secundarias para bordear así las ciudades de Valladolid y Palencia cruzando de nuevo el Duero en Olivares, donde paramos a tomar un café para el placer de la multitud reunida en la plaza en torno al Morgan. Tuvimos la suerte de encontrar un sitio para almorzar en el pueblo de Cubillas de Cerrato en el restaurante La Tercia, donde disfrutamos de un almuerzo excepcional e inusual cocinado y servido por los hermanos propietarios.
Más adelante, hacia Becerril de Campos -nuestro destino del día- nos sorprendió conducir por terrenos llanos bordeando un canal: el Canal de Campos. Después de registrarnos en nuestro alojamiento de Becerril entramos en el pueblo, un lugar increíble con varios edificios realmente hermosos. Tuvimos la suerte de encontrar asientos en un bar para tomar bebidas y tapas uniéndonos a los emocionados lugareños que apoyaban a España en su partido de la Copa de Europa contra Georgia. Una gran noche.
Día 12
Nuestro último día largo en España. Nos dirigimos a Balmaseda y paramos en un hotel antes de tomar el ferry en Bilbao. Cruzamos a través de Villadiego y luego subimos a las montañas a través del Puerto de la Mazorra antes de un descenso muy pintoresco a Valdenoceda para tomar un café.
La ruta hacia Balmaseda tenía más tráfico del que estábamos acostumbrados a sobrellevar, pero aún así llegamos al hotel justo a tiempo para un almuerzo tardío. Esa noche íbamos a encontrarnos con Jon, un residente inglés en Bilbao propietario de un Triumph TR6. El bar del hotel había cerrado por la noche, así que nos fuimos a un bar cercano para tomar unas tapas y conversar animadamente, otra velada encantadora.
Jon expresó su deseo de organizar un taller conjunto en Bilbao dirigido por los propietarios de coches clásicos y antiguos de la zona para compartir instalaciones y experiencias, ¡podría ser toda una oportunidad!
Día 13
Salimos hacia a tomar el ferry en Bilbao y en el camino nos encontramos con un McLaren que nos adelantó mientras el conductor nos saludaba con la mano. En la terminal del ferry nos rodeó el resto del grupo que había estado de gira por los Pirineos con sus McLaren e intercambiamos información sobre nuestros viajes.
Cuando volvimos a reunirnos con nuestros los coches ya en Portsmouth nos encontramos de nuevo con los conductores de McLaren, muchos de los cuales querían ver más de cerca el Morgan, especialmente las mujeres que simpatizaban con Carole. Para nuestra sorpresa se habían pasado el viaje comentando nuestro exitoso viaje por España, el mío y el de Carole.
Al mirar atrás nos alegra haber decidido no cancelar el viaje por el mero hecho de viajar solos; en total recorrimos 2000 km.
El apoyo que recibimos de Sergio y de todos los amigos y colegas fue excepcional y contribuyó al éxito de nuestro viaje. Les debemos a todos nuestro más sincero agradecimiento. Nos encanta España, las tranquilas carreteras panorámicas y los hermosos pueblos y ciudades, la buena comida y el buen vino y, sobre todo, su gente encantadora. Tenemos suerte de tener el coche que tenemos y poder utilizarlo en un entorno tan maravilloso.
No solo es emocionante para nosotros, sino también para la gente con la que nos cruzamos, que nos saluda, aplaude, se hace muchas fotos, nos hace muchas preguntas y disfruta mucho de nuestra presencia. Es una gran incorporación a nuestra vida procurándonos amigos en todas partes.
No solo se aplica a España, sino que es similar en todos los países a los cuales hemos viajado: Irlanda, Francia, Países Bajos, Alemania y, por supuesto, Reino Unido.
Si tienes un vehículo antiguo o clásico, úsalo. La única forma de comprobar si es fiable es conduciéndolo. Si se rompe arréglalo y sal de nuevo a viajar. ¡Con una sonrisa!
