El jueves pasado recibí la autorización que me permitirá, al fin, poder enseñaros los vídeos de Petrolicious. Aunque algunos probablemente ya lo conoceréis, se trata de un medio de comunicación en forma de página web que desde finales de 2012 trata de hacerse un hueco en el concurrido mercado de publicaciones digitales anglosajonas dedicadas a los vehículos antiguos.
El principal argumento empleado por sus responsables para lograrlo son los materiales audiovisuales, fotografía y vídeo, con los que en buena medida ya han alcanzado el objetivo: Petrolicious recibe actualmente decenas de miles de visitas al mes.
Aparte de sus magníficas películas, en las que os harán disfrutar de la pasión destilada por propietarios y mecánicos de coches clásicos, dicha web ofrece otras secciones de difícil clasificación pero a las que en cualquier caso merece la pena echar un buen vistazo. Está hecha por y para aficionados.
A la inglesa eso sí -al menos en una de sus facetas-, y en inglés. Sin embargo, aquellos lectores que no habléis la lengua de Shakespeare no debéis sentiros excluidos, ya que en breve está previsto subtitular los vídeos en castellano y, entretanto, yo os contaré detalladamente de qué van.
En cualquier caso, en este primer contacto no va a hacer falta.
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El Rolls de Ferruccio
He escogido la pieza de cabecera sobre un Lamborghini Espada que recorre lo que creo que son unas montañas californianas. En ella nadie dice nada, solo vemos a un concentrado y gracioso dueño conduciendo su montruoso coupé de cuatro plazas mientras el V12 de 3.929cc y 350 CV diseñado por Bizarrini y puesto a punto por el ingeniero de cabecera de la primera época de Lamborghini, Gianpaolo Dallara, pone la sinfonía.
¿Un Lambo con cuatro asientos? En efecto, y además de verdad, con espacio para que cuatro adultos de estatura media viajen confortablemente. Los de Sant Agata Bolognese no se han vuelto a atrever con esta configuración, y eso que por lo visto -Gavin Green, entre otros- el Espada va como la seda en todo tipo de carreteras, incluidas las urbanas.
Polivalente, potente y con un excelente comportamiento dinámico, no por esto deja de ser un deportivo italiano del que hay que cuidar con delicadeza y que tiene esa personalidad que hoy, con las sinergias y las economías de escala empresariales, se ha perdido. No solo nos lo demuestra su concepto y su propulsor, sino también todos esos pequeños detalles a los que los italianos no han prestado historicamente demasiada atención. Y es que, al fin y al cabo, quizá no son tan importantes…
Os dejo con este toro vestido de Bertone del que, entre 1968 y 1978, se construyeron unas 900 unidades. Por Cortesía de Petrolicious.
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