El coche del que os vamos a hablar es la interpretación más radical de un automóvil que ya era toda una fuerza brutal. Y es que sólo imaginar un Renault 5 Turbo con seis ruedas y dos motores eriza el vello. Un aparato que sólo podía nacer del ingeniero francés Christian de Léotard, de quien ya hemos contado que hizo dos unidades del R5 con seis ruedas. También llevó a cabo transformaciones similares con la Citroën C-15.
Recordemos que el Renault 5 Turbo nació como versión de homologación FIA Grupo 3 y Grupo 4 del R5. Más adelante, también recibió homologación Grupo B. La principal novedad estaba en la ubicación del motor, que pasaba a ser central. Era una mecánica turboalimentada de 1,3 litros y 160 CV (de serie) que, por supuesto, trasladaba la potencia a las ruedas posteriores.
Exteriormente, recibió un considerable ensanchamiento en la parte trasera que le valió el sobrenombre de “Culo gordo”. Renault produjo 4.987 unidades del R5 Turbo, que se repartieron en 1.820 del conocido como Turbo 1 y otras 3.167 del 2. Por otro lado, el coche fue inmensamente popular en competición, logrando cuatro victorias en el Mundial de Rallies, tres con Jean Ragnotti y la última con el portugués Joaquim Moutinho. Genito Ortiz logró además el campeonato de España de Rallies en 1983 con un 5 Turbo.
EL RENAULT 5 TURBO CON SEIS RUEDAS
Cuando Christian de Léotard se lanzó a llevar a cabo sus ideas “multiruedas” del R5 normal al Turbo, tomó una decisión que lo cambiaría todo. Su particular “Culo gordo” no sólo equiparía seis ruedas, sino que contaría con dos motores. De esta forma, además del propulsor turbo situado tras los asientos delanteros, montaría un motor de R5 Alpine delante.
Por supuesto, esto obligó a instalar dos cajas de cambios que iban sincronizadas tras un arduo trabajo por parte de De Léotard. En el habitáculo, contaba con dos palancas, ya que el sistema permitía rodar con uno o con dos motores. De hecho, durante las pruebas que se hicieron, la manera más económica de circular era con el propulsor delantero, ya que se reducían los consumos.
Una cosa extraña es que el coche no era 6×6, es decir, el tercer eje no ejercía labores de tracción, por lo que hablamos de un 6×4, aunque, como ya hemos comentado, podía circular además como 4×2. Sin duda, una oportunidad perdida de hacer un vehículo aún más salvaje, aunque quizá la complicación técnica fue excesiva.
En lo que respecta al exterior, para instalar el segundo par de ruedas, se prolongaba la parte trasera para acomodar el tercer eje. Por lo tanto, hasta el paso de rueda posterior el coche prácticamente no cambia. Además, tal y como ya hizo con el segundo R5 “normal” de seis ruedas, la parte trasera del techo iba sobreelevada. La longitud total superaba los 4 metros, frente a los 3.660 mm de serie.
De lo que nada se sabe es de las prestaciones del modelo, que a buen seguro mejoraban las del coche de serie gracias al propulsor extra. Harina de otro costal sería el comportamiento o la justificación de un tercer eje que no parecía aportar gran cosa a nivel técnico.
TRISTE FINAL
Lo cierto es que este Renault 5 Turbo con seis ruedas y dos motores quedó en ejemplar único, casi diríamos que con toda lógica. Al menos sí rodó mucho e hizo numerosos kilómetros de pruebas. Como curiosidad, en la parte trasera del coche, tras el motor central, se le instaló un pequeño asiento en el que viajaba el hijo de Christian de Léotard durante aquel periodo.
Finalmente, dejó de usarse y nada se supo de él durante mucho tiempo. Hacia el año 2000, el coche se iba a usar como molde para hacer una decena de ejemplares tomando como base el Renault Clio Sport. Sin embargo, en 2002, el garaje en el que se encontraba nuestro protagonista ardió y, con él, el R5 Turbo. Siguió allí medio quemado y abandonado hasta el año 2020, a la espera de arreglar las cosas con la aseguradora. Christian de Léotard falleció en 2014, por lo que nunca llegó a ver resuelto el tema.
Lamentablemente, el edificio fue derruido el año de la pandemia, por lo que todos los coches que contenía se tiraron. De hecho, el Renault 5 Turbo con seis ruedas y dos motores se partió en varios trozos al retirarlo y las numerosas piezas que quedaron tiradas fueron sustraídas por diversos descuideros. Un triste final para un coche increíble.
Imágenes de Sixmania.