La aparición de este Sauber-Mercedes C9 berlina se produjo en un momento en el que la marca alemana dominaba la resistencia asociada al equipo suizo. De hecho, en 1989, consiguieron una recordada victoria en las 24 Horas de Le Mans, hito del que se han cumplido 35 años en 2024. Tras lograr los títulos de pilotos y marcas en 1990 en el Mundial de Sport Prototipos, la firma de la estrella se hallaba en un momento dulce.
En aquel contexto, se produjo, en marzo de 1991, Mercedes-Benz presentó una nueva generación de la prestigiosa Clase S, conocida por su código interno W140. El nacimiento de la que, para algunos, es el último S a la antigua usanza no estuvo exento de dificultades. Una de ellas llegó de la competencia, pues BMW lanzó su Serie 7 (E32) con mecánicas V12, lo que obligó a replantear todo el proyecto para darle cumplida respuesta.
Finalmente, la nueva Clase S se lanzó con la versión 600SE equipada con el propulsor M 120 E 60 de 12 cilindros en V y 6 litros de cubicaje que ponía las cosas en su sitio. Pero en Mercedes-Benz no se quedaron conformes, por lo que decidieron hacer un campaña publicitaria poniendo el acento en que una berlina de super lujo también podía ofrecer placer al volante.
UN SAUBER-MERCEDES C9 BERLINA
La campaña incluyó una publicidad a doble página con un sorprendente sport prototipo con carrocería de cuatro puertas, es decir, convertido en berlina. El titular rezaba: “Hasta ahora, algunas características de conducción simplemente no combinaban bien entre sí”, en referencia a que, hasta ese momento, no podía disfrutarse conduciendo una berlina de super lujo. Quizá por eso, dicha labor parecía encomendada a un chofer.
No era así con el nuevo W140, que invitaba a ser conducido. Y no sólo para largos viajes de negocios, operación que, como todos los Clase S anteriores, desarrollaba con pleno confort para todos y cada uno de los ocupantes. La sofisticación seguía intacta en la berlina alemana. Ahora, en cambio, añadía un plus, también ibas a querer estar al volante.
Lo que dejaba traslucir aquella campaña publicitaria es que el nuevo buque insignia de la marca heredaba parte de la deportividad del bólido ganador de Le Mans. El anuncio sólo mostraba el lateral del coche, con lo que, a todas luces, era el morro y la trasera del Sauber-Mercedes C9. Una imagen rotunda que lograba resumir en un golpe de vista el mensaje que la marca alemana pretendía transmitir.
Y SE HIZO REALIDAD
La cosa podría haber quedado ahí, pero no. Un taller alemán decidió hacer realidad aquel Mercedes C9 berlina que aparecía en el anuncio, aunque la cosa no salió excesivamente bien. Porque una cosa era la imagen lateral del C9 con cuatro puertas y otra muy diferente sus proporciones reales.
No está claro si la base que se tomó fue el W140, ya que más bien parece un modelo de la generación anterior, la W126. En cualquier caso, la adaptación del frontal no funciona estéticamente, ya que es más estrecho que el coche de Le Mans. Como aquel, luce un único limpiaparabrisas central. Detrás, la zaga del C9 queda lógicamente desproporcionada, pero mejor integrada que la parte delantera.
Apenas hay información de este Sauber C9 Grupo C de cuatro puertas, por lo que no conocemos sus características técnicas del mismo. La lógica dicta que el motor no habría cambiado su ubicación y que se trataría de una preparación fundamentalmente estética. Nada se sabe de qué sucedió con el coche, por lo que es probable que recuperara su aspecto normal más adelante. El coche pasó a formar parte del imaginario colectivo e incluso estuvo disponible en miniatura.