Volkswagen Polo Harlekin
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Volkswagen Polo Harlekin, cuando la publicidad se convierte en una edición especial

El Volkswagen Polo Harlekin solo se vendió entre 1995 y 1997 como una colorida edición especial que nació de las imágenes publicitarias de la nueva generación del compacto.

Sin lugar a dudas el Volkswagen Polo Harlekin, o Harlequin en el mercado norteamericano, es una de las ediciones especiales de automóviles más recordadas de los años noventa. Pero curiosamente, este coche tan famoso como colorido cuenta con un origen poco documentado y basado en leyendas que no están confirmadas al cien por cien.

Una de las teorías más extendidas es que el coche se inspiró en un anuncio americano del Volkswagen Escarabajo de principios de los años sesenta. En esta publicidad el mítico Type 1 aparece con paneles de varios colores e indican que cada pieza vino de una unidad de años distintos, para enfatizar que los productos de Volkswagen apenas cambiaban con los años a diferencia de los coches americanos de la época, y por lo tanto conseguir repuestos era mucho más fácil.

La historia de origen más aceptada cuenta que Volkswagen buscaba anunciar una nueva forma modular de configurar sus coches, con el color azul para los motores, el verde para la pintura, amarillo para el interior y rojo para el equipamiento adicional. Estos colores vendrían representados en los catálogos de compra de la marca y se crearon veinte unidades de preserie para promocionar el concepto, así como la recién nacida tercera generación del Polo.

COLORIDOS, PERO ESTANDARIZADOS

Esta campaña de presentación resultó ser un éxito absoluto, y pronto el Polo multicolor se convirtió en una realidad que trascendía a la propia publicidad. De esta forma en 1995 la marca presenta el Polo Harlekin; una serie especial que originalmente estaba destinada a fabricar mil unidades numeradas.

Los coches venían pintados en cuatro colores distintos, los mismos que aparecían en los catálogos; rojo, amarillo, azul y verde. Y aunque a simple vista pueda parecer que haya variaciones infinitas, lo cierto era que solo existieron cuatro combinaciones posibles del Polo Harlekin.

Los Polo Harlekin se fabricaban en tandas de cuatro, y cada uno de ellos salía pintado íntegramente de uno de los colores ya mencionados. De esta manera se desmontaban en la fábrica y los cuatro coches monocromáticos terminaban con parches de colores, pero siempre con la misma configuración, por ejemplo, el Polo que de origen era azul –reconocible por la pintura del pilar C y el techo – tenía que llevar un capó de color amarillo y así con el resto de piezas.

Esta arriesgada edición especial conquistó al público, y tuvieron que ampliar la producción después de los 1.000 ejemplares iniciales. Los restaurantes McDonald’s de Alemania sortearon 500 coches, y en 1996 el Polo Harlekin llegó a Reino Unido, haciendo que la producción se elevase hasta las 3.806, aunque solo las de la primera edición estaban numeradas.

UN COCHE PEQUEÑO CON UNA GRAN INFLUENCIA

La fiebre por los Volkswagen coloridos no tardó en extenderse, y en 1996 y solo para el mercado estadounidense y mexicano se lanzó un Volkswagen Golf MK3 Harlequin, de la que tan solo se hicieron 264 coches. También en México ese mismo año se hizo un Vocho Arlequín con tan solo 141 unidades, aunque el hecho de que esta cifra sea impar resulta un tanto desconcertante dado el método con el que se fabricaban, y en Brasil y Argentina tuvieron un colorido Volkswagen Gol.

Finalmente, en 2021 desde Volkswagen Holanda decidieron celebrar el 25 aniversario del Volkswagen Polo Harlekin recuperando la edición especial en el Polo de sexta generación y desde Reino Unido bromearon el pasado 1 de abril con un ID.3 Harlequin electroluminiscente.

Imágenes: Volkswagen

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Escrito por Javillac

Esto de los coches le viene a uno desde niño. Cuando otros críos preferían la bicicleta o el balón yo me quedaba con los cochecitos de juguete.
Recuerdo aún como si fuese ayer un día en el que nos adelantó un 1500 negro por la A2, o la primera vez que vi un Citroën DS aparcado en la calle, los paragolpes cromados siempre me han gustado.

En general me gustan las cosas anteriores a la época en la que yo nací (hay quien dice que estoy reencarnado), y en el top de esa lista están los coches, que junto a la música, hacen la combinación ideal para un rato perfecto: conducción y una banda sonora acorde al coche correspondiente.

En cuanto automóviles me gustan los clásicos de cualquier nacionalidad y época, pero como mi debilidad están los coches americanos de los 50, con sus exageradas formas y dimensiones, razón por la que mucha gente me conoce como "Javillac".

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