Aunque Renault ha apostado mucho en los últimos años por los automóviles eléctricos relanzando homenajes a modelos como el R4 y el R5, la compañía del rombo cuenta con bastante historia a sus espaldas en cuanto a coches impulsados por batería se refiere.
Ya en 1937 diseñaron unos taxis eléctricos sobre el chasis del modelo Celtaquatre que se crearon para la Feria Mundial de París de ese año. Durante la II Guerra Mundial siguieron investigando en esta tecnología, pero los siguientes Renault eléctricos llegaron de la mano de compañías, principalmente americanas, que convertían modelos de combustión a esta alternativa enchufable.
Los primeros eléctricos fabricados por la propia Renault llegaron en los años setenta, teniendo un especial protagonismo los R5. Pero Renault planeaba otra revolución eléctrica a principios de los años noventa que por desgracia no pasó de la fase de prototipo.
RENAULT ZOOM, UN COCHE PEQUEÑO Y GRANDES IDEAS
En 1992 Renault presenta en el Salón del Automóvil de París un prototipo de un pequeño coche urbano eléctrico desarrollado de manera conjunta con Matra, que sirvió a ambas marcas como investigación sobre los vehículos eléctricos modernos, y que Renault aprovecharía para fabricar una pequeña tirada del Clio de cero emisiones.
Este prototipo recibió el nombre de Renault Zoom, contaba con un motor eléctrico de 45 Kw, que equivale a 61 CV, y sus baterías estaban compuestas de níquel y cadmio. La estructura era de aluminio mientras que la carrocería era de plástico y estaba pensada para volver a su forma original en caso de un impacto, además de contar con puertas de apertura de tijera a las que Renault denominó como “alas de escarabajo”.
Su diseño redondeado servía como preludio al lenguaje estético que la marca adoptaría en el cambio de siglo. Pero detrás de estas formas tan curiosas se escondía la característica que lo hacía único; el Renault Zoom se podía plegar para poder aparcar en los espacios más pequeños, lo que lo convertía en el coche urbano definitivo.
La longitud del Zoom en configuración normal es de tan solo 2,65 metros, pero al plegarse se reduce hasta los 2,3 metros, lo que hace que la altura del coche crezca en 23 centímetros, mientras que la anchura es la misma en los dos modos y se mantiene en 1,52 metros.
DESCONOCIDO E INFLUYENTE
Aunque Renault realizó bastante material promocional del Zoom, el coche suscitó poco interés por parte de la prensa y el público, por lo que nunca pasó de la fase de prototipo y tan siquiera se planteó la posibilidad de llegar a fabricarlo pese a lo práctico que pudiera haber sido.
Muchas de las ideas del Zoom se reutilizaron veinte años después con la llegada del Renault Twizy en 2012, otro pequeño coche eléctrico de 2,338 metros de longitud. Pero los coches plegables tampoco quedaron en el olvido, pues desde 2003 el Instituto de Tecnología de Massachussets trabaja en el desarrollo del CityCar; un vehículo eléctrico que se basa en este concepto tan interesante.
Imágenes: Renault