Del jueves 15 al domingo 18 de mayo ha tenido lugar la II Vuelta a Extremadura en coches de época. Organizada por el Veteran Car Club de España, y destinada de manera exclusiva a vehículos construidos antes del inicio de la II Guerra Mundial, estuvo limitada a 25 participantes.
Como seguramente sabréis, el Veteran se ocupa en promover las salidas de vehículos preguerra y, en contra de lo que muchos piensan, no se trata de un club de elite; sencillamente agrupa a esos viejos automóviles, desde un humilde Ford hasta un Hispano-Suiza, pasando por piezas inclasificables como un Berliet.
Dentro de los eventos que organiza existen algunos reservados exclusivamente a los citados preguerras y otros en los que por diferente motivos se abre la mano y se permiten vehículos posteriores. En este caso se trataba de uno de los del primer tipo, es decir, exclusivo para máquinas anteriores a 1945.
Así, el Jueves 15 hicieron su entrada triunfal en Mérida la veintena de vehículos para deleite de los habitantes de la ciudad. Abría la caravana el «peculiar» Berliet Normandie de principios de los años veinte, que había realizado el trayecto desde Madrid encima de una plataforma como muchos otros de sus vetustos compañeros.
Mención especial para los valientes que se atrevieron a realizar con sus monturas «pre» el trayecto hasta Mérida por carretera desde Madrid, Burgos o Guadalajara.
La caravana proseguiría los días siguientes hasta Jerez de los Caballeros, pasando por Zafra. Magnífica acogida en todas las ciudades que tocaba el rally por parte de sus gentes y de sus autoridades, las cuales amablemente facilitaron las atenciones necesarias para el buen desarrollo de la prueba.
Noticia de TVE sobre la Vuelta, a partir del minuto 6:10
Americanos fiables
En los rallies largos destinados a vehículos tan antiguos es frecuente la existencia de alguna «baja». En esta ocasión no fue diferente, y aunque la mayoría hicieron los más de 600 Km con relativa normalidad, hubo algunas averías durante el recorrido que se solventaron mandando los coches a su hogar en grúa y acogiendo los otros participantes a los damnificados. También se dieron diversas «incidencias menores» habituales en estos coches provocadas por el calor, agua hirviendo, carburadores sucios, o motores de arranque distraídos…
Los vehículos participantes fueron simplemente magníficos, como es normal siendo el organizar el club decano de nuestra piel de toro: Cord, Rolls, Hispano, Mercedes, Cadillac y, por supuesto, Packard, fueron las marcas más admiradas, sin perder de vista las también fabulosas Dodge o Ford, entre otras.
Como vehículo más veterano estaba el Brush de 1907 de Enrique Castell, que completó algunos tramos. La marca más representada era Packard, con tres participantes de mecánicas de 6 y 8 cilindros en línea; por qué será… Y es que en estos rallies los aficionados podemos ver claramente cuáles son las mecánicas que mejor aguantan, y en eso sin duda los americanos se llevan la palma.
La II Vuelta a Extremadura se sitúa dentro del panorama nacional como rally de referencia del suroeste peninsular, y se afianza para deleite de los aficionados. Es necesario mencionar que este recorrido sólo fue posible gracias a las gestiones e implicación personal de D. Manuel González, miembro activo del Veteran Car Club, y por el apoyo institucional prestado por la Junta de Extremadura. La guinda del pastel la puso la cariñosa acogida dispensada por las gentes extremeñas.
*Antonio Silva es socio del Veteran Car Club de España