Alejandro Palomo
Si te gustan los clásicos puede que lo que vas a ver a continuación te sorprenda… Se trata nada menos que de Richard Hammond conduciendo un precioso Lagonda de 1931 en un vídeo que él mismo acaba de subir a la red. Exacto, Hammond, uno de los tres (atención) ex-presentadores del famoso programa británico, TopGear.
Y es que el carismático inglés ha colgado este cortometraje en una curiosa cuenta de Youtube que ha llamado, si la traducimos al español: «Richard Hammond está aburrido«. Pero bueno, dejando a un lado por un segundo toda la polémica de la cancelación del exitoso programa y el despido de Jeremy Clarkson, el pequeño británico parece que disfruta de lo lindo con la exigente conducción de su Lagonda de 1931.
La derivación inexorable hacia los clásicos
Como el propio Richard Hammond explicó el pasado año en uno de sus artículos del Daily Record, este mítico clásico; un Lagonda 2.0 Supercharged Tourer de 1931, pasó a ser de su propiedad hace un tiempo, tras caer enamorado de él al verlo en una fotografía. Entonces, el conocido presentador explicaba que, aunque llevaba muchos años conduciendo coches modernos y potentes, tenía que aprender a conducirlo antes de usarlo. Y ya no solo a manejarlo, sino a mantenerlo.
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Tiene los pedales del freno y acelerador al revés, así que es interesante. Además hay cosas que necesitan ser engrasadas, ajustadas y drenadas periódicamente (…) Hazlo bien y todo debería funcionar a la perfección; descúidala y todo se vendrá abajo. Lo que sería una lástima después de 84 años…
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Fue eso, la exigencia para el buen funcionamiento de esta belleza británica, lo que ha encandilado especialmente a ‘Hamster’ (así es como lo llama cariñosamente el señor Clarkson). Y es que cosas como éstas: el tener que controlar constantemente la mezcla, la ignición o el aceite, son solo ejemplos de lo que hace que la conducción apropiada de un clásico termine resultando tan reconfortante y romántica para cualquier aficionado a los automóviles.
Para prueba, un botón: dale al ‘play’ y podrás disfrutar de la liturgia de arranque de este maravilloso Lagonda de 1931.
