Desde el jueves 25 hasta el domingo 28 de Junio Mulafest abrió sus puertas, un año más, en el recinto ferial de Ifema de Madrid. El festival de tendencias y cultura urbana se consolida como uno de los acontecimientos más interesantes dentro del panorama artístico alternativo de nuestro país. Afortunadamente, los organizadores de Mulafest entienden que el mundo del motor en general y de los clásicos en particular también forman parte de ese movimiento.
¿Qué encontramos en Mulafest?
En los pabellones 12 y 14 descubrimos un montón de actividades, espectáculos, tiendas, y exposiciones de todo tipo, siempre dentro del panorama cultural urbano. Más concretamente pudimos ver exhibiciones de parkour, de patinadores, de BMX, de circo; talleres y concursos de fotografía, pintura, graffitis, arte con impresoras 3D; una gran zona dedicada al tatuaje; y además de muchas otras cosas, lo que a nosotros más nos atrae, exposiciones de coches, motocicletas e incluso bicicletas.
Fuera de los edificios, al aire libre, se habilitó una zona denominada La Isla, donde se recreó una playa artificial, con duchas, chiringuitos, zonas de voleibol, breakdance y por supuesto escenarios para los conciertos.
Juntos, revueltos y en armonía
Una de las cosas que más llaman la atención de esta convocatoria es la gran variedad de tipos y edades de gente con la que nos podemos topar. Desde adolescentes deportistas llenos de granos y músculos, hasta cincuentones moteros, calvos, barbudos y con barriga. Desde pin-ups vestidas con vistosos colores, hasta góticas y siniestras engalanadas en diferentes tonos de negro. Pokeros, hiphoperos, raperos, hipsters… todo tipo de tribus urbanas y seguidores de distintas tendencias musicales, eso sí, en perfecto mestizaje y buen rollo.
Quienes no hayan sentido nunca la curiosidad de acudir a Mulafest, deben saber que se están perdiendo algo realmente original y diferente. La pega está en que no es una feria al uso, y por tanto a todos aquellos visitantes que simplemente quieran dar una vuelta y echar un vistazo les va a salir bastante caro, pues deberán abonar un mínimo de 20€, ya que Mulafest está pensado para ir a pasar el día y la noche. Hubo programados conciertos y espectáculos hasta las 2:00 h del jueves y del domingo y, hasta las 6:00 h del viernes y sábado. Quienes aprovechan para estar mucho tiempo seguro que amortizan el precio de las entradas; el resto, probablemente no.
Harley Riders, Mods y otros
Comenzando con la narración de lo nuestro, de lo que huele a aceite, les tengo que contar que había bastantes cosas interesantes, pero presentadas de diferente forma a la que estamos acostumbrados a ver.
En el territorio de las motocicletas echamos de menos una exposición de clásicas originales que se había mostrado en ediciones anteriores. Este año proliferaban las customizaciones en cuatro tendencias bien diferenciadas…
Por una parte, BMW patrocinaba un concurso de personalización de sus máquinas. Por otra, no podían faltar los productores artesanales de Choppers derivadas de las Harley Davison. En tercer lugar las personalizaciones libres, unas al estilo Cafe Racer, de muy buena factura y, otras, tomando como punto de partida motocicletas de topo tipo, incluidas las japonesas , entre las que se vieron ejemplares absolutamente rompedores.
Y por último la Madrid Scooter Explosion, dedicada a unidades de las marcas Vespa y Lambretta, con ese look tan característico de los Mods con sus motos repletas de luces y espejos retrovisores.
American & German Style
La zona dedicada a los coches venidos de los EEUU estaba bastante bien nutrida con unidades de la época gloriosa, entre los años cincuenta y los setenta. Algunos estaban customizados al estilo americano pero sin exageraciones, el resto estrictamente de serie.
Destacaban dos viejos Chevrolet Bel Air del 56 y del 57; también había varios Camaros, un SS rojo del 67 con un V8 454 y nada menos que 600 cv, otro azul con acabado RS (faros ocultos) del 69 con un V8 350 menos bestia, con «tan solo» 320 cv y, un tercero de la segunda generación, seguramente del 74; un atlético Corvette C3 del 73; un espectacular muscle car, un Plymouth Road Runner del 72, cuyo motor 440 podía llegar a entregar 550cv; dos típicas pickup, una Chevy 3100 de 1955 y una Ford F100 de 1962; un escaso AMC Javelin de 1970, un coche precioso pero en un poco agraciado color negro mate; alguna perla más y, por supuesto, no podían faltar, dos Mustang de los primeros.
En otra zona intentaban rivalizar en vistosidad con los anteriores, varios ejemplares de Volkswagen con una imagen german classic style. Carrocería sin restaurar, con llantas tipo Porsche y suspensiones muy bajas. Entre ellos había varios Escarabajos, dos de ellos de los cincuenta, con la luneta trasera de forma oval; un tipo 3 Variant, para mi gusto excesivamente tirado al suelo y algunas furgonetas T1 y T2; por último había también dos Escarabajos con una personalización muy radical que podrán juzgar por las fotografías, para gustos se hicieron los colores.
Y esto es todo lo que dio de sí Mulafest desde el punto de vista de nuestra afición; para algunos, los más tradicionales, es probable que les parezca incluso algo aberrante, y para otros, una forma diferente de interpretar la cultura del vehículo de colección. A mí, personalmente, reconozco que me gustó.