En Oxford, el 28 de marzo de 1913, salía de la cadena de montaje el primer Morris: un Bullnose o “Morro de Toro”. Su fábrica se encontraba a tan sólo unos centenares de metros de donde hoy se levanta la actual factoría de MINI.
Dicha efeméride se está celebrando por todo lo alto con diversos actos conmemorativos. El más importante de ellos ha sido la inauguración a cargo del Secretario Británico de Transporte, Patrick McLoughlin, y del miembro del consejo de dirección de BMW Harald Krüger, de la Exposición del Centenario, ubicada en el nuevo centro de visitantes de la planta de producción inglesa.
William Morris, pero también Lord Nuffield, fueron sus fundadores. Del primero se dice que era un gran filántropo, habiendo donado aproximadamente el equivalente actual a 11.000 millones de libras o, lo que es lo mismo, 13.000 millones de euros. Entre otras obras desinteresadas dejó tres alas de la Universidad de Oxford -Nuffield Health, Nuffield Farming y Nuffield College-, y unos pulmones de acero que fabricó y entregó a diversos hospitales locales.
De los comienzos a la extranjerización, pasando por la concentración y la nacionalización
Al principio, en 1913, la producción semanal era de tan sólo 20 vehículos. Pero las cifras fueron en aumento vertiginosamente en los años venideros, hasta el punto de que a mediados de la década de los 30 representaron casi el 30% del total de las exportaciones del Reino Unido. Y así, en 1939 Oxford se convirtió en la primera fábrica de automóviles del país, al alcanzar el millón de vehículos producidos desde su inauguración.
Aparte del ensamblaje de coches, hubo incursiones en el mundo de la medicina, con la fabricación no solo de pulmones de acero, sino también de ambulancias; y en el de la aviación, fundamentalmente mediante la producción de los cazas Tiger Moth, de bidones y de paracaídas. Además, unos 80.000 de los temibles Spitfire y Hurricane de la II Guerra Mundial fueron reparados allí.
La planta ha tenido ocho directores en 100 años, comenzando por su famoso fundador, William Morris; tanto directamente como, hasta 1952, a través de Morris Motors. Ese año se fusionó con su archirrival Austin, haciendo surgir la British Motor Corporation (BMC).
En 1959 se inició la fabricación del revolucionario Mini, diseñado por Sir Alec Issigonis. Como curiosidad, diremos que durante los tres primeros años de su producción sólo estaba disponible en 3 colores: Azul Clipper, Rojo Cereza y Blanco Viejo Inglés. En los próximos 10 años se fabricarían 602.817 de estos pequeños automóviles.
En 1961 salió de la cadena de montaje el Morris Minor número 1.000.000. Y, para celebrarlo, se realizó una serie especial de 350 unidades en color lila con interiores en blanco. Y es que el Minor ha sido uno de los modelos británicos de mayor producción: en total, 1.583.619 de vehículos fabricados.
William Morris falleció en 1963 y, en 1966, la empresa pasó a formar parte de los British Motor Holdings (BMH). Un año más tarde se fusionaría de nuevo, esta vez con Leyland, para formar la British Leyland Motor Corporation. La concentración de la industria automovilística británica estaba encaminada, y sus efectos en el futuro serían perversos, dando como resultado su casi completa desaparición actual.
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Aunque el año de mayor nivel de producción se alcanzó entre 1967 y 1968, con 326.818 vehículos, el nuevo consorcio tuvo que ser rescatado por el gobierno en 1974, en plena crisis económica mundial. Es muy posible que la falta de competitividad de sus coches hubiera ya comenzado entonces.
La cadena de propiedades termina con la venta en 1988 a British Aerospace, que a su vez vendió el grupo en 1994, incluyendo Land Rover, a BMW. Varias vicisitudes, como por ejemplo un tipo de cambio desfavorable o la caída de las ventas, entre otras, llevaron a la marca alemana a deshacerse de Rover y Land Rover en el año 2000, si bien conservando la marca Mini y las plantas de Oxford, la nueva de Hams Hall, dedicada a los motores, y la de prensado de carrocerías de Swindon.
En la actualidad, Oxford es la sede principal de la producción de MINI. Se trata de un coche que, aún hoy, con alrededor de 1,7 millones de unidades enviadas desde 2001 a más de 100 países, continúa generando unas cifras de exportaciones impresionantes. Bajo la batuta de BMW, es uno de las pocos productos automovilísticos británicos que ha conseguido mantenerse a flote.
Más cifras
En concreto, la fábrica ha pasado de construir 20 coches a la semana en 1913 a 4.500 en la actualidad, de los que 900 corresponden a los modelos de MINI. La producción total de automóviles desde su inauguración ha sido de 11.655.000, bajo 13 marcas británicas y una japonesa -Honda-, la mayoría de ellas hoy desaparecidas: Morris, MG, Wolseley, Riley, Austin, Austin-Healey, Princess, Triumph, Rover, Vanden Plas, Sterling y MINI. De ellos, 2.250.000 corresponden a Minis, tanto clásicos como modernos.
Por su parte, tres vehículos diseñados por el genial Alec Issigonis han obtenido unas ventas de más de 1.000.000 de ejemplares: el Morris Minor, el Mini y el Austin 1.100/1.300.
«MINI Europe Tour»: Recuerdo de la historia industrial en el Viejo Continente
Como el lector se habrá dado cuenta, el Mini ha cumplido un papel muy importante en la factoría de Oxford. Por ello, enlazando con las celebraciones en la propia fábrica, del 13 al 27 de marzo ha tenido lugar la travesía automovilística continental MINI Europe Tour, cuyo objetivo era recordar la naturaleza transfronteriza de la producción del modelo inglés. Y es que el Mini clásico se ensambló hasta principios de la década de los ’90 en lugares fuera de Inglaterra, a partir de conjuntos de piezas sin montar.
Como su nombre indica, los vehículos que formaban parte de la comitiva han sido tanto Mini clásicos como New MINI, a los que se han ido uniendo participantes locales temporales por los lugares que ha pasado.
El MINI Europe Tour ha visitado las ocho antiguas instalaciones de montaje del modelo, recorriendo un total de 10.500 kilómetros en el transcurso de su gira. La caravana de pequeños automóviles se ha detenido en Novo Mesto (Eslovenia), Milán (Italia), Malta, la ciudad portuguesa de Vendas Novas, Pamplona (España), Seneffe (Bélgica), Amersfoot (Países Bajos) y Dublín (Irlanda).
A su paso por nuestro país los hemos podido ver lucirse en las calles de Pamplona, Bilbao o Madrid.
Actualmente, solo tres de esos enclaves mantienen aún la producción de automóviles, entre ellos la fábrica de Landaben, en Pamplona, que es propiedad de SEAT desde los años 70. Sin embargo, en todos ellos sus habitantes consideran al Mini como una parte importante de la historia industrial local.
En España, entre finales de los años 60 y principios de los 70, fue fabricado bajo licencia por AUTHI (Automóviles de Turismo Hispano-Ingleses) en la citada factoría de Landaben. Compartió sus instalaciones con los Morris/MG 1.100/1.300 y con los Victoria, modelo este último exclusivamente español.
Lamentablemente, un incendio sumió a AUTHI en la ruina; SEAT compró entonces la fábrica, la reconstruyó y reinició en ella la producción de automóviles con la última serie del 124, la de faros rectangulares, cuyos vehículos son popularmente conocidos como «Pamplona». En la actualidad, se fabrica allí el Volkswagen Polo. Por su parte, el Mini Clásico no volvió a venderse en España hasta los años 90, importado por Rover.