Aunque su denominación original fue T45, el Hispano-Suiza “Alfonso XIII” pasó a denominarse así desde su lanzamiento en 1910 hasta la actualidad como homenaje a la creciente influencia del monarca en los designios de la empresa.
Aficionado al automovilismo deportivo, éste tuvo su primer encuentro con la marca durante 1905 –La Hispano-Suiza Fábrica de Automóviles S.A se había fundado tan sólo un año antes- en el marco de una carrera en Valencia. Evento donde quedó impresionado por el rendimiento de los motores a firma de Marc Birkigt hasta el punto de adquirir varios de sus vehículos comenzando con un 20HP en 1906.
No obstante, su papel para con La Hispano-Suiza no quedó en el de un simple comprador. Lejos de ello, Alfonso XIII entró en el capital de la empresa en 1910 llegando a tener hasta 1.580 acciones llegados a 1931. Es más, desde el primer momento su entrada en el accionariado se hizo junto a la de ciertos aristócratas e industriales de máxima confianza, creando así un grupo de presión propio dentro de la junta de accionistas.
A la postre algo realmente perjudicial para La Hispano-Suiza, abocándola a decisiones tan inesperadas y deficitarias como la creación de la planta de Guadalajara con el telón de fondo de la Guerra de Marruecos y sus necesidades armamentísticas. Tan sólo un hecho para que, más allá de haber pasado a la historia como el “Alfonso XIII”, no esté de más reivindicar la denominación original del que sigue siendo uno de los primeros automóviles deportivos producidos en serie: el Hispano-Suiza T45.
HISPANO-SUIZA T45, EMSAMBLADO EN FRANCIA
Acuciada por los problemas sociales experimentados en Barcelona -donde aún estaba vivo el recuerdo de la Semana Trágica de 1909-, la dirección de La Hispano-Suiza decidió crear a lo largo de 1910 una primera planta fuera de España; concretamente en París, donde las instalaciones de Levallois-Perret sirvieron como prólogo a la inauguración de la factoría de Bois-Colombes cuatro años más tarde.
Asimismo, aquel desdoblamiento de la producción no recibía una atención en absoluto subalterna. Es más, desde el primer momento Marck Birkigt y el grueso de su equipo técnico se desplazaron hasta Francia pasando a crear allí muchos de los modelos más exclusivos y avanzados.
En este sentido el Hispano-Suiza T45 nos da un buen ejemplo pues, revisando las tablas de producción, vemos cómo en Barcelona sólo llegaron a ensamblarse unas quince frente a una producción total estimada en torno a quinientas llegado 1914, su último año en cadena de montaje.
Debido a ello, el chasis 2252 -a la sazón el Hispano-Suiza T45 protagonista de esta noticia- salió de Levallois-Perret al haberse ensamblado junto a su motor durante 1915. Si a eso le sumamos que muy posiblemente el chasis de largueros aún siga siendo británico -hasta bien entrada la Primera Guerra Mundial era Andrew & Co quien suministraba los bastidores- no tenemos precisamente un coche español entre manos. Asimismo, se sirvió directamente rumbo a Australia.
UNA EXPORTACIÓN A AUSTRALIA
Más allá de contar con una industria auxiliar mucho más avanzada, lo más interesante para La Hispano-Suiza en relación a su instalación en Francia fue el poder acceder con más facilidad a los mercados internacionales. Algo imprescindible para una marca de lujo como ésta, la cual también puso sus miras en el público anglosajón logrando sus primeras exportaciones a los Estados Unidos allá por 1912.
Un contexto por el cual no es del todo extraña la exportación a Austalia de tres unidades del Hispano-Suiza T45 durante 1915. Una de ellas la que será subastada por RM Sotheby’s a comienzos del próximo noviembre en Londres. Además -y a pesar de provenir de un museo como último propietario- se le estima más de medio millón de millas recorridas sumando el uso de sus cuatro propietarios australianos, quienes documentaron ampliamente su historia a fin de comprobar hoy en día la amplísima presencia de este T45 en multitud de eventos como el Pebble Beach.
Eso sí, su estado no es del todo original ya que, aun teniendo “matching number” en lo referido al chasis y el motor, un especialista reconstruyó su carrocería a mediados de los años ochenta a imagen y semejanza de la de otro T45 actualmente depositado en la colección Miles Collier. Tiene toda la información disponible en el catálogo de la subasta London 2024.